Cualquiera de nosotros consume por día unos 10 kilos de aire, esto es, 10 veces de lo que consumimos de comida, y cinco veces más que el agua que bebemos.
por Federico Kopta
Cualquiera de nosotros consume por día unos 10 kilos de aire, esto es, 10 veces de lo que consumimos de comida, y cinco veces más que el agua que bebemos.
¿Qué pasa con la calidad del aire que respiramos en nuestra ciudad? No lo sabemos. La única certeza es que hay muchos más vehículos que hace unos 17 años, cuando se monitoreaban los contaminantes atmosféricos.
En la ciudad de Córdoba, el tránsito vehicular constituye la principal fuente artificial de contaminación atmosférica. Además del dióxido de carbono, los principales contaminantes son:
El monóxido de carbono. Producido por la combustión incompleta del motor. Es tóxico porque se une con la hemoglobina de la sangre e impide su capacidad de transportar oxígeno. En la década del 1990 era el principal contaminante artificial de la atmósfera de Córdoba.
El material particulado con un diámetro menor a 10 micras (10 milésimas de milímetro). Ingresa en los pulmones donde se acumula. Tiene como fuente natural las tormentas de tierra y los incendios forestales, pero la mala combustión de vehículos diésel también emite este material.
Los óxidos de nitrógeno producen una reacción química con la luz ultravioleta proveniente del sol y forman ozono, el cual es nocivo en la capa baja de la atmósfera. Reacciona con los hidrocarburos y forma smog, irritante para las vías respiratorias.
En las observaciones que presentamos desde el Foro Ambiental Córdoba durante la audiencia pública sobre el informe del Plan de Metas de la Municipalidad de Córdoba, señalamos que en tres años no se había avanzado en el trámite para la compra o reparación del equipamiento para el Sistema Informático de Monitoreo del Aire, a pesar de que en el informe se consideraba que esta meta tenía entre el 70 y 80 por ciento de avance, cuando no se había superado ni un mero trámite administrativo.
Mientras tanto, el control de la contaminación atmosférica en la ciudad de Córdoba sigue ausente.
Federico Kopta es biólogo y presidente del Foro Ambiental Córdoba
No se regulan las emisiones de CO2 de los vehículos
En Argentina no hay normas que controlen las emanaciones de dióxido de carbono, responsable del cambio climático.
por Lucas Viano
Argentina no cuenta con una normativa ni controles para limitar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos. El CO2 es el principal gas responsable del cambio climático. El 13 por ciento de las emisiones de CO2 del país se debe al transporte.
En Europa y Estados Unidos la normativa exige a la industria automotriz que fabrique autos cada vez menos contaminantes. Pero en Argentina no hay regulación sobre este gas, confirmó la Secretaría de Ambiente de la Nación.
Sí están reguladas las emisiones de monóxido de carbono e hidrocarburos, tóxicas para las personas y responsables del smog. Estas sustancias son las que se controlan en la Inspección Técnica Vehicular (ITV) de la ciudad de Córdoba y en plantas similares de otras localidades y provincias.
“Actualmente no se contemplan a nivel nacional los valores de emisiones de CO2 para otorgar la licencia de configuración de nuevos modelos de auto”, aseguró Julio Vassallo, del Laboratorio de Control de Emisiones Gaseosas Vehiculares de la Secretaría de Ambiente.
El funcionario también precisó que no hay obligación de controlar este gas en la ITV. Y agregó que “posiblemente en los próximos años” se desarrolle un marco normativo para el cumplimiento de emisiones de gases de efecto invernadero y eficiencia energética.
“Está actualmente en estudio entre las secretarias de estado relacionadas con la materia y los organismos de normalización”, comentó. Según Vassallo, una alternativa sería avanzar en el etiquetado de los autos, al igual que lo que sucede actualmente con algunos electrodomésticos como lavarropas y heladeras.
En 1999 la Unión Europea resolvió que los autos nuevos y usados a la venta deben tener una etiqueta que informe sobre la cantidad de emisiones de CO2 (en gramos por kilómetro) y la eficiencia en el consumo de combustible (en litros cada 100 kilómetros).
De esta forma se les otorga a los consumidores una herramienta para decidir la compra del vehículo según parámetros ambientales.
Pero a su vez, la idea es obligar a las empresas a competir por la producción de autos más eficientes para captar a los “consumidores verdes”. Finalmente, en 2009 el organismo europeo fijó un límite de emisiones que para este año es de 130 g/km en los autos familiares. Mientras que a partir de 2021 la cifra bajará a 95 g/km.
Las automotrices deben pagar una multa progresiva por cada auto vendido que se exceda en las emisiones regidas por la norma. La sanción es de cinco euros para el primer gramo por encima del límite y llega a 95 euros si se exceden en cuatro o más gramos.
Contrastes
Las filiales automotrices argentinas no informan sobre las emisiones de CO2. Por ejemplo, el Fiat 500 que se vende en Europa tiene un consumo medio de 4,2 litros cada 100 km y emite 119 g/km. Se fabrica en la planta de Polonia.
El mismo modelo que se vende en Argentina (y se fabrica en México) tiene un consumo medio de 12,8 litros cada 100 km.
El Peugeot 208 que se vende en Europa (se fabrica en Eslovaquia y Francia) consume
4,5 litros cada 100 km y emite 104 g/km, en la versión más “verde”. El mismo modelo
que se fabrica en Brasil y se comercializa en Argentina tiene un consumo de 5,6 litros/100 km en ruta y 9,45 litros/100 km en la ciudad.
En ninguno de los modelos vendidos en el país se informa cuánto CO2 emiten, pero se deduce que contaminan más que los vehículos europeos ya que están equipados con motores menos eficientes.
“Una legislación similar a la europea ayudaría a empujar los valores hacia abajo en Argentina”, asegura Enrique Puliafito, ingeniero especialista en física de atmósfera y docente de la Universidad Tecnológica Nacional de Mendoza.
El experto estima que los autos que se comercializan en el país emiten entre 190 y 230 gramos por kilómetros, según utilicen GNC, diésel o nafta.
También advierte que las emisiones de un auto en funcionamiento varían por diferentes factores como velocidad, estado de los neumático, diseño aerodinámico y características de los caminos.
Puliafito aclara que el CO2 no es un gas tóxico como sí lo son los óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono y el material particulado.
“Sí es importante que se controlen las emisiones de esas sustancias para no afectar la calidad del aire que respiramos”, dice.
¿Por qué hay que reducir las emisiones?
Cambio climático. EL CO2 es el principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático. Si el planeta se calienta más de la cuenta, habrá graves consecuencias: más eventos extremos como sequías, inundaciones y olas de calor; aumento del nivel del mar que afectará a las ciudad costeras, pérdida de la biodiversidad, aumento de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue.
Rumbo a París. En diciembre se realizará en París una cumbre de la ONU en la que se espera llegar a un acuerdo entre las naciones para lograr metas obligatorias por país para reducir las emisiones.
Fuentes:
Federico Kopta, Ausencia de controles de la contaminación atmosférica, 06/09/15, La Voz del Interior. Consultado 07/09/15.
Lucas Viano, No se regulan las emisiones de CO2 de los vehículos, 06/09/15, La Voz del Interior. Consultado 07/09/15.
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