Investigadores en Geografía analizaron las variaciones en la vegetación como consecuencia de los incendios. A partir del procesamiento de imágenes satelitales, llevaron a cabo un estudio intertemporal de las áreas afectadas por el fuego, para estudiar los cambios ocurridos en la vegetación y así detectar la correlación entre el tipo de incendio y la capacidad en su recuperación.
Es frecuente que en la estación seca, en las Sierras de los Comechingones, se produzcan incendios, los cuales llegaron a amenazar a la población y provocar cambios o destrucción de flora y fauna. Un relevamiento de las características de la cobertura vegetal constituye un importante aporte a la temática de las amenazas o peligrosidades por este tipo de disturbios.
Es en este marco un grupo de investigadores del departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) encaró el trabajo denominado “Análisis de la amenaza antrópica como componente del riesgo ambiental: Estudio de las variaciones sufridas en la vegetación en un área de las Sierras de Comechingones afectada por incendios forestales en la localidad de Achiras, Departamento Río Cuarto, Córdoba”.
El equipo de investigadores realizó un estudio intertemporal del área afectada por el incendio ocurrido en agosto de 2009. La zona serrana del sur cordobés presenta gran cantidad de transformaciones territoriales en las últimas décadas, las cuales -si bien indican oportunidades de crecimiento- significan también el aumento de la probabilidad de que se presenten eventos naturales o antrópicos que producen daños en los ecosistemas.
Los especialistas señalaron a Argentina Investiga que los incendios son disturbios frecuentes en la provincia de Córdoba y “es de necesidad urgente que se constituyan normativas para su manejo y control, ya que la ausencia de éstas o su falta de aplicación vuelven frágiles a los ecosistemas, que son el soporte de vida de muchas comunidades bióticas autóctonas”.
Por ello, los autores de este estudio destacan la necesidad de contar con una ley de presupuestos mínimos en la materia, que tienda a armonizar conceptos, procedimientos, cooperación entre jurisdicciones locales y entre éstas y la jurisdicción federal como encargada de velar por la protección del ambiente sano y su uso racional.
Un factor repetido
Según señalaron, en las últimas décadas, en el área de estudio, el fuego “es un factor repetido que incide ya que provoca cambios en la cobertura vegetal autóctona. Las acciones antrópicas irresponsables o intencionales llevaron al incremento de efectos no deseados, y los incendios están incluidos en esas acciones”.
Indicaron que “la ausencia o escasez de elementos legales, la falta de control del cumplimiento de la legislación vigente, como así también la discrepancia entre las normativas provinciales argentinas, que permiten determinadas acciones relacionadas con el uso del fuego, vuelven vulnerables a los ecosistemas”.
Un ejemplo de esto, precisaron, es lo que ocurre entre la provincia de San Luis y la de Córdoba, que al ser espacios contiguos y compartir parte de las Sierras de Comechingones, en reiteradas oportunidades el foco del incendio se provoca en una de las provincias, propagándose y llega a afectar a la otra, lo que constituye la principal causa la intencional ante la permisividad en el uso del fuego de las leyes en ambas provincias.
Impacto
En este trabajo se analizaron específicamente las relaciones entre el incendio producido entre el 12 y 13 de agosto de 2009 y el impacto que sufrió la vegetación como consecuencia de éste. Fue un incendio forestal y de interfase, es decir, que afectó el área de bosque serrano, romerillal y pastos de las sierras, pero que llegó también al área urbana. Fue un incendio de superficie y de copas activo. Se generó en la provincia de San Luis, a partir de la quema intencionada de campos por sus propios dueños, y se propagó hasta la localidad de Achiras.
Comentaron los investigadores que, a partir del análisis de imágenes satelitales realizado en años posteriores, se identificó un rápido proceso de recuperación de la cobertura vegetal propia del ecosistema, el cual correspondería a etapas serales de un proceso de sucesión ecológica secundaria de aproximadamente tres años. Se observó un gran crecimiento de especies arbustivas como el romerillo, la tola, la chilca, casi a una altura normal de la planta, es decir, que estas especies volvieron a crecer muy rápidamente luego del disturbio. También se observó que las especies herbáceas repoblaron sin modificaciones. En cuanto a las especies de árboles como el espinillo, se observaron individuos de cerca de 50 a 70 centímetros de altura, teniendo en cuenta que la altura promedio de estas plantas de edad adulta es de entre 2 y 4 metros.
Cuando un ambiente sufre un disturbio (como en este caso por un incendio) y sus poblaciones desaparecen, la comunidad se reconstruye en forma lenta y tiende a tener la misma composición y estructura anterior. El proceso de reconstrucción se denomina “sucesión ecológica”: primero crecen en el ecosistema las comunidades iniciales o pioneras, es decir, aquellas que repueblan sobre el suelo quemado; luego, se suceden especies de comunidades intermedias llamadas serales; hasta llegar a la comunidad final, que se llama “comunidad clímax”. Las comunidades clímax o climácicas son estables y están en equilibrio con el ecosistema debido a que tienen la mayor diversidad ecológica de todo el proceso de sucesión; se llega a ellas cuando el ecosistema está en su máxima evolución y equilibrio final.
Los autores del trabajo explicaron que el incendio señalado no fue subsuperficial, es decir, que no se propagó por debajo del suelo quemando las raíces de la vegetación, lo cual puede explicar que, a tres años del incendio, aún se encuentra en pie una importante cantidad de restos de árboles quemados (troncos) y con una recolonización en su base de rebrotes de las mismas especies. Se puede concluir que el hecho de que el incendio no haya afectado las capas del suelo permite que el proceso de sucesión ecológica de la vegetación sea más rápido.
Subrayaron los investigadores que el estudio de estos procesos mediante el análisis de imágenes satelitales “representa una herramienta de gran valor para el proceso de manejo de los recursos naturales en relación al análisis de disturbios recurrentes como el fuego y la toma de decisiones”.
El trabajo, realizado por Gilda Cristina Grandis, César Gustavo Brandi, Ana Laura Picciani y Alfio Finola, integra el proyecto “Territorio usado y problemáticas ambientales. El proceso de organización espacial de las Sierras del Sur de Córdoba”, aprobado y subsidiado por la secretaría de Ciencia y Técnica de la UNRC.
Alberto Ferreyra
prensa@rec.unrc.edu.ar
Fredy Dutra
Departamento de Prensa y Difusión
Universidad Nacional de Río Cuarto
Fuente:
Los efectos de los incendios en las Sierras de los Comechingones, 27/04/15, Argentina Investiga.
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