El terremoto que sacudió San Juan en 1944 fue el mayor desastre natural de la historia argentina y el lanzamiento de Perón a la política nacional. Una charla con el historiador que investigó la catástrofe como nadie.
por Víctor Laurencena
Un hombre volvía a su hogar después de una jornada agotadora, en alguna iglesia doscientas personas celebraban una boda, en una cocina una señora cortaba lechuga y cebollas para una ensalada. El día bajaba sus persianas con total normalidad cuando, sin previo aviso, poco antes de las nueve de la noche, la tierra tembló durante siete segundos. 7,4 grados en la escala de Richter y San Juan, aquella ciudad monumento al adobe, ahora es una inmensa ruina, un pozo de absoluta oscuridad, inundada de gritos y con varios miles de personas sepultadas bajo los escombros, de las que cerca de diez mil no sobrevivirán.
El terremoto del 15 de enero de 1944 fue la catástrofe natural más grande de la historia argentina. Un movimiento sísmico que hizo saltar los puntos de la precaria costura social que unía a los sanjuaninos entre sí y con el resto del país. Pero también, fue el comienzo de dos historias: una política, ya que fue la plataforma de lanzamiento a nivel nacional de Juan Domingo Perón; y otra de amor, porque Perón conoce a Eva Duarte en un evento solidario que organizó en beneficio de las víctimas del terremoto.
Sobre todo esto trata “El peronismo entre las ruinas”, el libro del historiador norteamericano Mark Healey. Son casi 400 páginas de un trabajo hiperdocumentado y con una investigación de campo que lo llevó a conversar con varios testigos directos del terremoto y sus consecuencias políticas.
La tragedia
Seis meses habían pasado desde el golpe del ‘43 que derrocó a Ramón Castillo y el gobierno militar estaba signado por las pugnas entre los grupos nacionalistas y aquellos que se decían liberales, más favorables a los aliados y menos conectados con la Iglesia Católica. En ese turbulento contexto político ocurre el terremoto.
¿Cuáles son sus primeras consecuencias?
El terremoto, por un lado, es un juicio al orden social de la Argentina liberal, porque revela la radical desigualdad de la provincia y su precariedad. Porque destruye no sólo casas de los pobres, que ya es grave, sino muchas casas de los ricos y la Municipalidad recientemente terminada. Y el estado provincial en San Juan, controlado por el conservadurismo, es incapaz de responder. Entonces, el terremoto viene a descubrir unas carencias sociales, una debilidad de poder y una fractura de la sociedad ante lo cual el Gobierno nacional se siente llamado a responder. Con el agregado de que esta respuesta coincide con unos postulados que tenían los militares de que ellos iban a establecer un nuevo orden de justicia social bajo un estado jerárquico, católico y militar.
¿Y cómo interpreta el gobierno militar al terremoto?
En los primeros meses hay distintas tendencias, una de Ramírez y la cúpula llamando a esto un sacrificio expiatorio por el pasado liberal del país y que debe ser tomado como muestra de que la Argentina debe volver al camino recto; y otro proyecto, liderado por Perón, que propone una transformación y que promueve una participación ciudadana, sobre todo a partir del uso de los medios para lanzar una colecta de ayuda y un intento de reclutar a las estrellas de ese momento para movilizar a la gente.
El ascenso de Perón
Hasta que ocurrió el terremoto, Perón había sido sólo una figura secundaria dentro del régimen. Un día después de la catástrofe, rápido de reflejos, Perón, funcionario a la cabeza de la flamante Secretaría de Trabajo y Previsión, habló por radio y en cadena nacional y lanzó una campaña solidaria para ayudar a las víctimas. Para muchos argentinos, esa fue la primera vez que escuchaban su nombre.
¿Qué significó el terremoto para la carrera de Perón?
Fue el lanzamiento de su carrera política, es el momento en que él gana la simpatía del público, gracias a la colecta. Incluso, he visto informes de diplomáticos estadounidenses y británicos, quienes estaban en contra del gobierno militar, que informaban cómo Perón iba captando lealtades incluso en grupos hasta ese momento insospechados de simpatías hacia los militares, gracias a esta campaña y la visión de país que proponía.
Pero en el libro también se mencionan los límites que encontró Perón…
Claro, él intentó llevar a cabo una transformación a nivel de la estructura productiva de la provincia, pero descubrió que había una sociedad ahí. Incluso, el hecho de que mucha gente fuese evacuada y que los únicos que quedasen sean algunos líderes de las bodegas, hizo que en el momento en que el orden antiguo era más cuestionado, quienes estaban ahí para hablar con las ciudades eran sus máximos representantes y así ellos lograron resistir. Eso significó que, al principio, San Juan había sido fundamental al presentar a Perón frente al país, pero en el 45 ya le jugaba en contra. Poco antes de las elecciones del 46, la Unión Democrática saca, en todos los diarios del país, un anuncio con una foto de las ruinas que dice: “San Juan espera todavía”. Y el peronismo pudo haber argumentado que eran ellos los que impidieron la reconstrucción… pero no ha sido un fuerte del peronismo el dar explicaciones matizadas sino formar potentes y condensadoras bombas retóricas.
¿Y qué pasó después?
A partir de ese momento, se abrieron otros caminos para el peronismo, que terminó reconstruyendo San Juan, pero no supo aprovecharlo afuera de la provincia. En sus discursos, Perón trata a San Juan como un caso local y no como antes, que era modelo nacional.
A 71 años del gran terremoto en San Juan, una charla con uno de los investigadores, 16/01/15, Revista Rumbos Digital. Consultado 16/01/15.
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