por Laura Rocha
Esperé algunos días para escribir sobre el compromiso público que anunciaron la China y los Estados Unidos respecto de la reducción de emisiones en sus tierras.
Si bien hay que reconocer que le da bastante aire a la próxima cumbre a celebrarse en Lima y, al menos, una esperanza a la de 2015 en París, esperé a encontrarme con expertos en la materia para comentar la cuestión.
China se comprometió a que sus niveles de emisiones alcanzarán su nivel máximo en 2030 para comenzar a reducirse, y Xi Jinping anunció que en ese año un 20 por ciento de la energía producida en su país procederá de fuentes limpias y renovables. En ese sentido, el embajador Raúl Estrada Oyuela se preguntó en un encuentro en la Facultad de Derecho: “Y cuál es el nivel de emisiones que tendrán en 2030. Ni siquiera sabemos cuáles son las emisiones hoy. Sólo se trata de fuegos artificiales”.
Y continuó: “Por otra parte Estados Unidos reducirá sus emisiones para 2025 entre un 26 y un 28 por ciento con respecto a los niveles de 2005, lo que supone el doble del recorte previsto entre 2005 y 2020. Pero no explica cómo. Esta administración con el golpe que le han dado los republicanos es muy difícil que puedan conseguir imponerse”.
En el encuentro que se denominó “Cambio Climático: situación y perspectivas ante la Conferencia de las Partes”, también participó un experto Gautam Dutt, coautor del Segundo Reporte del IPCC. Él hizo una observación importante: a pesar de que las emisiones que genera cada país provienen de distintas fuentes, los programas de mitigación que se financian son bastante uniformes. Por ejemplo, aunque los gases que emiten los países son, en muchos casos, provocados por actividades agrícolas, casi no hay financiamiento internacional para programas que regulen esa actividad. Para pensarlo.
Por último otra de las frases que me gustaría destacar de ese encuentro fue la Claudio Lutzky, director ejecutivo del Programa de Derecho del Cambio Climático de la UBA. “Ante todo quiero destacar una cuestión central. Que ninguna amenaza de los efectos del cambio climático nos haga perder lo que hemos conseguido: la democracia y la economía de mercado. Ninguna tiranía surge con una excusa mala. Siempre vienen a defendernos de los peores males. Es por eso que hay que estar atentos”, advirtió. Me pareció muy apropiado, especialmente en el contexto en el que se dijo, y ante las posibles catástrofes climáticas que puedan suceder.
Fuente:
Laura Rocha, Cambio climático: un compromiso con fuegos artificiales, 14/11/14, Blog lanacion.com.ar/ Ecológico. Consultado 18/11/14.
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