martes, 24 de junio de 2014

El “código” de Weatherford y la resistencia de los trabajadores

Crónicas y lectura de la dominación omnipotente y de la resistencia esforzada: Weatherford, Río Tercero, Córdoba, 2014.

por Susana Roitman

Lo sucedido desde abril de este año en la empresa Weatherford, en la localidad cordobesa Río Tercero, depara no pocas sorpresas. El modo en que se han cruzado cuatro elementos -por cierto extendidos en la Argentina contemporánea- dan al conflicto una configuración singular: la omnipotencia patronal, la obstinada resistencia de los trabajadores, la complicidad empresa-conducción gremial y estado, y la solidaridad de la ciudad y sus vecinos. El Observatorio de Conflictividad laboral y Socioambiental de Córdoba estuvo conversando en Río Tercero con los trabajadores en acampe. En esta nota buscamos dar visibilidad al conflicto, en una reflexión conjunta con el lector apelando a su solidaridad con los obreros de Weatherford.

Weatherford, el “Código” y Río Tercero
¿Qué tiene que ver un código de conducta de negocios -al que desde ahora llamaremos El Código- elaborado en Houston, Texas, Estados Unidos con un acampe en puerta de fábrica de trabajadores despedidos en Rio Tercero, Córdoba, Argentina?

Weatherford es una empresa norteamericana de servicios petroleros con sede en Houston, que opera en más de 100 países, con 730 locaciones según se lee en su página Web. Solo en Argentina las localizaciones son 28 entre la exploración, la perforación, el mantenimiento y la producción de tecnología para los pozos. Se estima en 2500 el número de los empleados argentinos, y en el mundo 100 mil. En una entrevista de la Revista Petroquímica, publicada en marzo del 2013, Martín Rodríguez, representante de Sales & Business Development de Weatherford señala en relación al yacimiento Vaca Muerta “En ese sentido, en Weatherford estamos expandiendo sensiblemente las capacidades en los servicios que brindamos desde hace tiempo y potenciando con fuertes inversiones los relacionados con fracturas, coiled tubing, completaciones, testing y direccional drilling”. Por su parte el vicepresidente general para América Latina, René Zahn, en el mismo medio, en mayo del año pasado dice “Es la tercera reserva no convencional de hidrocarburos a nivel mundial y existen pruebas en lo que se refiere a su tamaño”, pero advierte: “Hay cuestiones de la macroeconomía política que provocan incertidumbre en la industria, más allá de los u$s 7,50 para el gas nuevo. Hay que ordenar la relación con los sindicatos y la inflación de los costos”. El entrevistador recuerda el paro de 60 días de los petroleros en 2011 y la toma de yacimientos por el grupo Los Dragones en 2012. He aquí entonces la primera pista.

La segunda pista: en El Código, elaborado por la empresa y que se puede encontrar en su página web de Weatherford traducido a 15 idiomas que incluyen al árabe, el chino, el noruego, el hindi y el vietnamés se puede leer:

“El Código tiene muchos propósitos. No sólo establece las expectativas de comportamiento y brinda orientación sobre cómo llevar a cabo los negocios, sino que también menciona las políticas y leyes aplicables que debemos cumplir para mantener las expectativas. Además, el Código nos guía en la toma de decisiones inteligentes y éticas y nos proporciona la información de contacto que debemos utilizar cuando tenemos preguntas o inquietudes adicionales.”

Para afirmar después que toda duda con respecto a las conductas debe ser evacuada a través de algo llamado Listen Up, que no se alcanza a descubrir qué es y que está disponible las 24 horas, con atención en 180 idiomas: “Siéntase libre de plantear todas las dudas que tenga sobre sus responsabilidades éticas a través de Listen Up. Listen Up lo derivará a un foro donde usted podrá informar sus inquietudes o le indicará el proceso que debe seguir en su país para informar a la Compañía sus inquietudes o conductas cuestionables en virtud del Código. Dado que la manera de denunciar las violaciones puede variar de país en país, si usted conoce o sospecha de alguna actividad real o prevista que viola o parece violar el Código, lo alentamos a contactarse con Listen Up. Si usted toma conocimiento de alguna situación que puede implicar una violación de este Código, la política de la Compañía o cualquier ley o reglamentación aplicables, lo alentamos a que la denuncie. Tenga en cuenta que el incumplimiento del Código y la política de la Compañía puede tener serias consecuencias, desde una medida disciplinaria hasta el despido, así como también posibles sanciones civiles o penales”. Esto es, fomento de la delación y sanciones disciplinarias para quien no esté dispuesto a la sumisión más completa.

Apuntemos la mirada ahora al cruce de las calles Peñaloza y Pellegrini en Rio Tercero, Córdoba, donde se encuentra una de las 28 localizaciones de Weatherford, una manufactura que produce insumos para la exploración, perforación y funcionamiento de pozos. Río Tercero es una localidad que es un polo químico y metalmecánico instituido desde 1937 alrededor de una fábrica Militar con ese doble perfil productivo. El “saber hacer” de los obreros formados en la industria y la trama productiva resulta atractiva para la inversión en las décadas industrializadoras. En 1969 se instala Cilindros Ambert especializada en insumos metálicos para el petróleo. La crisis industrial de los ‘90 pegó fuerte a Río Tercero lastimada por las explosiones de la Fábrica Militar y los intentos de privatización y/o cierre. En este marco de crisis, cilindros Ambert es absorbida en el 2002 por la norteamericana Weatherford y pronto incorpora una línea química ligada al cromo, muy contaminante y peligrosa. La planta emplea 182 empleados, 132 operarios y unos 50 más entre administrativos, técnicos e ingenieros y exporta el 70 % de su producción, siendo abastecedora de YPF, Petrobras y de sus mismas subsidiarias desparramadas por el mundo.

Si se lee atentamente El Código queda develada la condición de la empresa para invertir en Río Tercero o en cualquier otro lugar. Las situaciones conflictivas se solucionan en un foro y quien no cumpla con las normas elaboradas en Texas debe ser denunciado y hasta despedido. Eso es así, de aquí a la China, literalmente. La organización sindical no tiene cabida en el mundo Weatherford, pero sí lo tiene en la Constitución y la legislación argentina. Tenemos pues un problema potencial que se hizo efectivo en Río Tercero.

En los 35 años de la empresa y los 11 de Weatherford en Río Tercero, nunca se eligieron delegados, ni siquiera se permitió a los trabajadores afiliarse a la Unión Obrera Metalúrgica, en el que están encuadrados de oficio y por el que les realizan descuentos compulsivos. “Cada vez que intentamos elegir delegado, organizarnos, la empresa despidió a los que encabezaban. La empresa se enteraba por al UOM y desde Recursos humanos se largaba algún despido”, comenta Sacha, un delegado despedido que agrega “La empresa trabaja con la amenaza, de que te va a echar o de que se va a ir. Siempre te amenaza y te divide, el miedo es su herramienta”

Resistencia, intransigencia y solidaridad: 45 somos todos
“El problema comienza -comenta Sacha- cuando nos organizamos para ir a hacer ciertos reclamos, los primeros días de enero de este año. Elegimos entre nosotros quien iba a hablar porque desde la UOM no nos dejaban elegir delegado. La gerencia nos cierra las puertas y nos dice que ellos van a resolver con quien y cuando van a hablar. Pero el problema había que resolverlo, había un faltante de ropa, el cromo contamina y ellos nos daban una sola muda de ropa. La ropa hay que cambiarla cada seis meses igual que los botines. Además había un premio prometido de quinientos pesos que nunca lo pagaron” -Y agrega “Aca se hacen caños para la extracción, bombas, llaves especiales, mandriles para separar el gas del petróleo. Es lo que se gasta. Ellos tienen contratos millonarios con YPF con Petrobras. Miren si no va a haber trabajo. El problema es estrictamente sindical. No quieren trabajadores organizados”.

En abril los trabajadores intentan saltar el cerco de la conducción sindical UOM y acuden al sindicato de químicos y petroquímicos, con fuerte presencia en la zona interpretando que el gran porcentaje de actividad química ameritaba tal encuadre. Recordemos que la ley de Asociaciones Profesionales consagra el “unicato” del sindicato por rama de actividad y la carencia de libertad sindical. Pero hay buenas razones para suponer que cuando hay varias actividades en una unidad productiva hay también varios encuadres posibles. En este caso la química era una posibilidad cierta. “Nosotros hacemos el tratamiento químico del cromo, los efluentes, el 40 % de la gente es química y entendimos que nos corresponde también incluirnos en ese gremio”, advierte un trabajador. Así, deciden jugar una carta, y afiliarse masivamente a químicos, cuya conducción los recibe solidariamente. Se realizan elecciones de de delegados que son avaladas por el Ministerio de Trabajo de la Provincia. La UOM impugna la elección, pese a que no había un solo afiliado a ese gremio “Jamás la UOM se acercó a presentar una planilla de afiliación. Esto pasa en toda la zona, en todas las metalúrgicas”. -subraya Sacha. A los dos días del histórico acontecimiento de obreros organizados, la empresa cierra la fábrica, no deja entrar a nadie: lock out patronal. El Ministerio de Trabajo de la Provincia indica que hay que continuar y se reabre. En ese mismo momento se difunde la noticia de que habrá 45 despidos en Weatherford en los medios locales. Los trabajadores plantean al Ministerio de Trabajo la preocupación frente al rumor. Consultada la empresa dice no tener noticias de despidos. A las 48 horas, llegan los 45 telegramas. Son despidos “con causa” y la causa es el ¡“quite de colaboración”!. Insólita causa para un trabajador que pone el cuerpo todas sus horas de trabajo. Posible si es el fatídico Código el que rige las relaciones de trabajo. Quitar colaboración es intentar organizarse, elegir representantes y reclamar por sus derechos

Abreviadamente la historia sigue así: El Ministerio de trabajo señala que debe ser la UOM el negociador y dicta la conciliación obligatoria por 45 días, durante los cuales la UOM toma claro partido por la empresa. El mensaje del Ministerio que se puede leer entre líneas de considerandos y resoluciones es “por algo será”. Entretanto los 45 días de trabajo son de padecimiento diario frente a amenazas y presiones en el espacio de la fábrica. Las denuncias de los trabajadores por “abusos de poder” simplemente son cajoneadas por la UOM. Al final emerge La propuesta más magnánima de la empresa: 25 despidos y 20 suspensiones. Los obreros, en masivas asambleas no aceptan y termina la conciliación con un “45 somos todos”, consigna que ya recorrió el mundo. Huelga, campamento y piquete en la puerta de la fábrica. Nuevos telegramas de despidos hasta completar los 69. Hay 25 suspensiones, 20 trabajadores con carpeta psiquiátrica por el estrés de la situación, 5 haciendo la huelga en el interior y unos 25 operarios que simulan que trabajan, lo mismo que administrativos y técnicos en una planta a la que no ingresa y de donde no egresa nada a causa del piquete. Andan como sombras en una fábrica muerta…

Dos grandes marchas muestran la solidaridad riotercerense. La primera a fines de mayo y la mayor, masiva, el 3 de junio. Se suman todos los gremios, el intendente, los vecinos, nadie quiere quedar afuera. Las gestiones se multiplican.

La empresa se mantiene inflexible y los trabajadores unidos, pese a las ofertas hechas bajo la mesa para dividir y los rumores echados a andar sobre cierre y traslado.

En el campamento se cocina, se organiza el piquete, se conversa con la prensa y se recibe la solidaridad. La policía “cuida“ las dos puntas del piquete. La pulseada está viva.

Lo singular del caso, es que no hay maquillaje alguno para disfrazar la intención patronal: no hay baja de producción -por el contrario la rama petrolera está a toda máquina-, sólo persecución y discriminación. Persecución que apunta a la posibilidad misma de organizarse. Las conducciones tradicionales del sindicalismo muestran su lado más oscuro. El Estado en todos los niveles mira para otro lado, y teje alianzas con una empresa cuyas fuertes inversiones en los megaproyectos opera como amenaza. Tampoco ha sido posible organizar la solidaridad de toda la rama petrolera, de toda la producción, indispensable para mover el fiel de la balanza hacia el lado obrero, que necesita más solidaridad de clase, más compromiso.

Fuente:
Susana Roitman, El “código” de Weatherford y la resistencia de los trabajadores, Observatorio de Conflictos Córdoba. Consultado 24/06/14.

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