"Estamos aislados, no tenemos por dónde salir”, aseguró la intendenta de Ballesteros Sud, Carolina Jara.
Las casas quedaron a salvo de la inundación y sólo seis familias se autoevacuaron por prevención. El problema para ellos es que nadie puede entrar o salir. Los caminos rurales, como los campos de los alrededores, quedaron bajo agua.
El puente que los comunica hacia la ruta 9 no se puede usar. De tan viejo, es un riesgo cruzarlo con el río bajo. Ni hablar con crecida. Tienen energía eléctrica pero están sin agua potable.
“Por ahora nos estamos arreglando, pero el agua sigue entrando. Aunque creemos que lo peor ya pasó”, agregó Jara. Una fábrica láctea hacia el norte del pueblo quedó bajo agua y en los campos se perdieron cultivos.
Fuente:
Ballesteros Sud, el pueblo que es una isla, 02/03/14, La Voz del Interior. Consultado 02/03/14.
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