sábado, 25 de enero de 2014

Nonogasta, un año después

Un año se cumplía de mi primer visita a Nonogasta. Un cielo diáfano, el Famatina a lo lejos y un coro de coyuyos me daban la bienvenida. Como aquella vez el calor se hacía sentir. Llegue sin avisar, “sin hacer ruido” como dicen... y a la hora de la siesta. Con que me encontraría esta ves?


por Fernando Berdugo

Comienzo a seguir el río, en silencio, pero unos metros mas arriba para no llamar la atención. El paisaje es desolador, lo que antes eran jarillas y chañares hoy son enormes “limpiones” listos para transformarse en piletas de la muerte… a poco de andar ya se comienzan a ver las primeras, parecen recientes porque la vegetación apenas ha comenzado a crecer dentro de ellas. Para mi sorpresa son mucho mas grandes que las que vi el año anterior. La Curtiembre CBR sigue sembrando destrucción.

Me acerco al rio. A la distancia contemplo las instalaciones de la empresa que un tiempo atrás fuera el “orgullo”de la familia Yoma. Detrás de unos pinos alcanzo a ver la “planta de tratamiento de efluentes”, esa de la que tanto hablaron en estos tiempos el Secretario de Ambiente de la Provincia Nito Brizuela… y su par de Chilecito Florencio Gordillo Dávila…“yo personalmente he ido a buscar los fondos y en 4 meses la planta estará en funcionamiento” dijo en septiembre de 2013 la máxima autoridad departamental en materia ambiental… seguramente hablaba en términos de “meses jupiterianos” porque la planta sigue siendo un enorme decorado que no funciona.

Sigo avanzando vadeando el río por un camino. El olor al ácido sulfhídrico ya se empieza a sentir. A mi derecha una enorme abertura en un terraplén llama mi atención. Atrás una de esas tantas “piletas”, el suelo color gris. Seguramente cuando llueve y el río trae agua allí van a parar todos esos desechos. La impunidad sigue paseándose a sus anchas en Nonogasta.

La planta de tratamiento de efluentes industriales comenzó a construirse en 2008 y se gastaron cerca de $ 40 millones (actualizado al dólar actual). Tras 5 años, aún no funciona por "problemas de cableado".

El camino se hace cuesta arriba y el olor ya hace difícil respirar. Arde la vista. Ante mi el puente que cruza el río, el caño y los efluentes saliendo de a miles de litros hasta perderse en una inmensidad de tóxicos, químicos cancerígenos… y cromo. Los recuerdos se me agolpan. Una mezcla de bronca y tristeza se hace sentir en el pecho. La historia se repetía.

Sigo caminando esta vez en dirección a la ruta. El suelo es color celeste producto de 30 años de arrojar y enterrar desechos impunemente. Adelante una enorme montaña de “virutas”, producto del descarne del cuero se yergue como un monumento a la desidia y la impunidad de la curtiembre y los funcionarios que se lo permiten. Alli permanecerá hasta que se seque y se evapore el cromo, para luego desaparecer bajo una capa de tierra, como quien esconde la basura bajo una alfombra.

Las piletas se suceden una tras otra… los pozos donde se entierran desechos también. Todo es gris, tétrico… Quiero salir de allí.

Cruzo el alambrado y empiezo a caminar. Lo hago como aquella primera ves, siguiendo el irónico “camino de la vida” en dirección a Nonogasta… un camino de la vida a metros del reino de la muerte y la contaminación… mas alla, en un cartel una foto del Gobernador Beder Herrera sonriente…. Le pone el broche de oro a la grotesca burla.

El sol comenzaba a perderse tras el “guardian del oeste”, era hora de emprender el regreso. Apuro el paso. Me espera la gente de la Asamblea El Retamo con algo fresco y mil cosas para contar y compartir.

"La montaña azúl". Es un montículo de "viruta" de desechos de cuero procesado. Se encuentra en el medio del campo, detrás de la curtiembre.

Pareciera que nada cambio en Nonogasta, que todo sigue igual… o peor. La muerte y la enfermedad siguen siendo moneda corriente… el miedo a hablar también… Pero a pesar de todo eso algo cambio: la gente. Hoy son muchos mas los que están tomando conciencia y dicen basta! Queremos vivir en un ambiente sano!. Hoy son mas los que se animan a hablar. A pesar de todo Nonogasta está de pie y lucha por la vida, por un futuro mejor para ellos y para sus hijos.

Me voy con esa sensación mezcla de tristeza y alegría... y con una certeza: Se les esta acabando la cuerda a los mercaderes de la muerte

Gracias a Dios Nonogasta de a poco esta despertando.

Fuente:
Fernando Berdugo, Nonogasta, un año después, 23/01/14, Diario de Chilecito. Consultado 25/01/14.

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