Tras la insistencia de vecinos y vecinas de Lomas y Lanús, tres celdas del curso de agua fueron destapadas. Estaban obstaculizadas por desechos domiciliarios y restos de obras. Prometen realizar un reservorio en Finky para evitar inundaciones. Aunque beneficiosas, son “paliativos”.
El arroyo Galíndez contaba con “una cuarta parte de su capacidad”. Es que tres de las cuatro celdas con las que cuenta a la altura del Parque Industrial de Lanús estaban taponadas y luego de la insistencia vecinal comenzaron a ser desobstruidas. En Lomas de Zamora, “hace 20 días (el secretario de Gobierno local, Guillermo) Viñuales se comprometió a hacer otro paliativo importante, que es el reservorio en el parque Finky”, aseguró una de las vecinas que organiza las asambleas que piden que cesen las inundaciones. Aguardan la verdadera solución: un aliviador.
Ya habían recibido sumideros en la zona de Temperley que demoraba lo que tardaban en inundarse, pero no lo evitaba. Si bien las nuevas obras tampoco resuelven el problema, elevan algo más el nivel de resistencia del cauce entubado que recibe agua de los distritos geográficamente más altos. La quita de los obstáculos en las celdas, que se realiza con fondos nacionales y no tiene fecha precisa de culminación, ayudará a una más rápida circulación y evitará que el cauce se desborde.
“Parte de los desechos son arrojados por los mismos vecinos que se inundan. Además, una de las celdas estaba tapada con un tabique que se realizó porque una obra, que creemos fue hecha por una empresa, no podía recibir el agua del arroyo, pero lo lógico es que cuando termine la obra se quite”, le explicó a La Tercera Bárbara Tarillo Egner, que hace dos meses pudo mudarse de la zona más delicada. Hasta el momento, liberaron “la del medio” de las tres taponadas, con lo que con la lluvia del viernes “estaba en su capacidad límite”, aseguró.
“Parte de los desechos son arrojados por los mismos vecinos que se inundan. Además, una de las celdas estaba tapada con un tabique que se realizó porque una obra, que creemos fue hecha por una empresa, no podía recibir el agua del arroyo, pero lo lógico es que cuando termine la obra se quite”, le explicó a La Tercera Bárbara Tarillo Egner, que hace dos meses pudo mudarse de la zona más delicada. Hasta el momento, liberaron “la del medio” de las tres taponadas, con lo que con la lluvia del viernes “estaba en su capacidad límite”, aseguró.
Para que la actividad llegue a su punto final “hay un grupo de vecinos que la visita todos los días, de lunes a viernes”, especificó la referente. Los interesados se reunieron el sábado último en Almirante Brown y Cangallo y allí anunciaron que dentro de un mes se realizará en Banfield, otra zona que queda sumergida. “El límite es 40 milímetros por hora, si llueve más en ese tiempo o cae esa cantidad más rápido, nos inundamos”, precisó.
Donde sí esperan que el agua cubra cada vez que llueve en demasía es el parque municipal de Turdera Finky. Allí, piden que se construya un “reservorio” que sea anegable para que el caudal en exceso vaya a esos terrenos especialmente preparados para ese fin y no para los barrios. “Viñuales dijo que contaba con los fondos y que tomaba la obra como un proyecto personal”, transmitió la vecina. Aunque la promesa coincidió con el período de campaña en la que se posicionaba como primer candidato de la lista oficialista, “no importa por qué lo hacen sino que lo hagan”, planteó, categórica, Tarillo Egner.
No obstante, la medida que entienden le pondrá un coto definitivo a la problemática es el aliviador, un canal paralelo y alternativo que funcionaría como soporte para recibir y conducir todo el líquido que el Galíndez no pueda abarcar.
Fuente:
Desobstruyen celdas del Galíndez, 05/11/13, La Tercera. Consultado 06/11/13.
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