El toxicólogo Alejandro Mazzarini advierte que la creciente
contaminación en el contexto actual ha provocado un aumento de patologías
crónicas de difícil tratamiento. En Río Cuarto, los agroquímicos, la basura y
las radiaciones electromagnéticas son los principales factores de riesgo, según
el médico.
por Lucía Maina
El impacto de las distintas problemáticas ambientales en la
salud humana ha generado un amplio
debate en los últimos años.
En ese marco, diversos especialistas, organismos y estudios
a nivel mundial están planteando la necesidad de reconocer aquellas
enfermedades provocadas por la creciente contaminación ambiental. Así lo indica
el médico toxicólogo Alejandro Mazzarini, especialista en medio ambiente y
dueño de la Consultora
de Riesgo, Salud y Ambiente en Río
Cuarto.
“La idea es reconocer que hay un nuevo factor dentro de este
gran concepto de etiologías de las enfermedades que es el ambiental. Antes se
decía ‘esto es viral, esto es por estrés, esto es por tal o cual bacteria’:
bueno, ahora la enfermedad ambiental se incorpora como un concepto para
entender la situación de origen de una enfermedad”, explicó.
Según Mazzarini, quien ha cursado especializaciones en
Europa, Estados Unidos y Centroamérica, la presencia cada vez mayor de
sustancias tóxicas en nuestro entorno ha provocado un deterioro de las defensas
en nuestro organismo, volviéndolo más susceptible a contraer enfermedades
crónicas degenerativas, una situación que afecta especialmente a niños y
ancianos.
“La
Organización Mundial de la Salud determina que hoy no es tan importante
entender las enfermedades endémicas infecciosas como las endémicas crónicas
porque nos estamos desabasteciendo de la capacidad de defensa y eso hace que
tengamos cada vez más enfermedades crónicas: vivimos más pero vivimos peor”,
describió el especialista.
A la vez, señaló que se han dado distintos avances a la hora
de asociar salud humana y medio ambiente, pero destacó que el mayor desafío
para la medicina actual es cómo tratar esas afecciones teniendo en cuenta que
los pacientes continuarán expuestos a las mismas sustancias tóxicas que
provocaron su enfermedad.
“Barril tóxico”
El médico local sostuvo que una de las problemáticas más
serias a la hora de asociar salud y medio ambiente se relaciona con la
interpretación de las enfermedades y los factores que las ocasionan.
De cualquier modo, relató que en los últimos años comenzó a
trascenderse el tratamiento lineal de ciertas patologías a partir del “reporte
de muchas enfermedades crónicas, más vinculadas a un desarrollo fisiopatogénico
de origen incierto”. Ello, sumado a los cambios que se observan en el medio
ambiente, despertó la necesidad de nuevos estudios y abordajes, que se expresó
con mayor evidencia en los países desarrollados.
Más allá de lo que ocurre en el ámbito médico y académico,
el especialista consideró que a la hora de comprender el vínculo entre salud y
ambiente también existen ciertas interpretaciones erróneas en la sociedad en
general. Para ejemplificarlo, se refirió a nuestra alimentación: “Uno cree que
está intoxicado simplemente porque tiene una diarrea o un síntoma determinado,
pero te estás intoxicando todos los días con los alimentos por lo que significa
la situación de conservación de ciertos alimentos para que lleguen a tu mesa de
consumo y la elaboración aplicando aditivos y sustancias que de forma
acumulativa generan un impacto en el mecanismo de absorción del organismo”.
En función de esta situación, Mazzarini alertó: “El
organismo se va deteriorando a medida que se tiene que forzar cada vez más para
desintegrar sustancias que no son conocidas. Eso se llama barril tóxico.
Entonces, hemos aumentado nuestro barril tóxico interno, endógeno,
comprometiendo lo que se llama la tolerancia inmunológica orgánica: cada vez
tenemos más tolerancia para poder soportar tanta agresión tóxica”.
El médico indicó que este proceso se fue incrementando a lo
largo de las últimas décadas, a partir de un crecimiento de la “agresión toxica
medioambiental”, que se expresa, entre otras cosas, en el creciente uso de
agroquímicos y en la aplicación de cada vez más aditivos en los alimentos.
Más afecciones crónicas
Mazzarini explicó que esta creciente toxicidad tiene su
correlato en el aumento de determinadas patologías a nivel mundial: “Las
enfermedades crónicas degenerativas, inclusive las neurológicas
desmielinizantes, son las que más alto impacto tienen en cuanto a este
desarrollo de toxicidad ambiental, por ejemplo, en lo que significan los
metales pesados. Hoy hablar de metales pesados no solamente es hablar de plomo
sino de mercurio, aluminio, cadmio”, enumeró.
Enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, la
esclerosis lateral amiotrófica, Parkinson y Alzheimer son algunas de las
afecciones que, según el médico, podrían estar asociadas a la presencia de
metales pesados.
Los niños y los ancianos son los sectores más vulnerables a
las enfermedades provocadas por la contaminación. De hecho, tal como indicó el
profesional, en el último tiempo se detecta una mayor cantidad de casos de
cáncer y enfermedades neurodegenerativas en niños respecto de otras épocas.
El toxicólogo consideró que, a pesar de que desde el ámbito
académico se ha logrado avanzar en el vínculo entre salud y ambiente, el mayor
desafío de la medicina actual consiste en saber cómo actuar para revertir estas
situaciones y tratar a los afectados.
“Si vos estás intoxicado porque vivís cerca o trabajás en un
ambiente donde permanentemente estás adquiriendo o absorbiendo éstas
sustancias, ¿qué se puede hacer? Ese es el eslabón perdido”, dijo el
especialista. E indicó que, por ello, la consultora a nivel local está también
implementando una institución médica que a través de diversos estudios y
tratamientos pueda darle solución a las problemáticas sanitarias asociadas al
medio ambiente.
En Río Cuarto
En cuanto a las problemáticas ambientales más relevantes que
se observan en nuestra ciudad, desde la Consultora de Riesgo, Salud y Ambiente sostienen
que la utilización de agroquímicos es uno de los principales factores a
modificar debido a la contaminación que generan en la tierra y el agua.
Respecto de la manera en que las fumigaciones pueden afectar
a la salud, Mazzarini señaló: “Hoy estamos tomando agua que seguramente tiene
una partícula de sustancias que hace diez años en Río Cuarto no estaban. Y no
estoy hablando en contra de la entidad Emos, que es la que da el agua porque en
realidad los filtros que ellos tienen son para purificar y dejarla sin
bacterias, sin metales, pero hay un montón de otras sustancias que no se pueden
reparar, entonces depende del cuidado de todos”.
La segunda problemática mencionada por el especialista es la
basura a cielo abierto. En ese sentido, puntualizó que la quema de residuos
despide múltiples contaminantes atmosféricos que impactan en el aire, y luego,
a través de las precipitaciones, influyen en el agua e incluso en los
alimentos.
Por último, dijo que las radiaciones electromagnéticas deben
ser revisadas y reguladas por sus posibles consecuencias en la salud.
Ante el impacto que la contaminación está generando en la
salud, Mazzarini advirtió acerca de la urgencia de tomar conciencia como sociedad
sobre la importancia de cuidar el medio ambiente: “Hoy la educación es el
concepto más importante y el compromiso de la población en general está detrás
de todo esto”, dijo.
Fuente:
Lucía Maina, Enfermedades ambientales: un nuevo desafío para la medicina, 11/08/13, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 13/08/13.
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