“Monsanto en una empresa muy chiquita; grande es Coca
Cola”. “Discutan con los Estados”. Las frases de Francisco do Pico,
representante de Asuntos Gubernamentales de Monsanto, fueron pronunciadas el
jueves pasado durante un encuentro con vecinos en el municipio de Santa Rosa de
Conlara, San Luis. Frente a la resistencia local al avance de la empresa en la
zona, la multinacional más grande de semillas puso el rostro. Consultados por
medios locales y gente de a pie, desde la compañía se negaron a dar datos
acerca del tipo y cantidad de agroquímicos que aplican en los campos que
explotan en el Valle del Conlara.
Alertados por los proyectos de la compañía, que instalará la planta de acopio de semillas de maíz más grande del mundo en Córdoba, vecinos del valle comenzaron a movilizarse. Monsanto produce en la zona, según Cecilia Rossi (representante de Comunicaciones de la empresa), desde hace 14 años. La alarma llega debido a que el valle podría ser una zona apropiada para abastecer los 216 silos de 137 toneladas de semillas de maíz transgénico que la firma busca emplazar en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas, y que comenzaría a funcionar el año próximo.
Alertados por los proyectos de la compañía, que instalará la planta de acopio de semillas de maíz más grande del mundo en Córdoba, vecinos del valle comenzaron a movilizarse. Monsanto produce en la zona, según Cecilia Rossi (representante de Comunicaciones de la empresa), desde hace 14 años. La alarma llega debido a que el valle podría ser una zona apropiada para abastecer los 216 silos de 137 toneladas de semillas de maíz transgénico que la firma busca emplazar en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas, y que comenzaría a funcionar el año próximo.
Tras algunas movilizaciones, acciones informativas en las
rutas, y debates a nivel local acerca del impacto que podría tener este avance
de la empresa, los representantes de Monsanto se hicieron presentes el jueves
pasado en Santa Rosa de Conlara. Previo a reunirse con vecinos y el intendente
Miguel Postiguillo (Unión Cívica Radical) brindaron una entrevista al medio
local El Merlino. En el video de la entrevista, Rossi explica que hace 14 años
producen en la zona, “en el campo La Gramilla ”, de la empresa Cresud, de Eduardo
Elsztain, el mismo que controla el grupo desarrollista inmobiliario IRSA. Y agregaron
que explotan algunos campos linderos, que en total suman 1.700 hectáreas .
“Acá hacemos producción de semillas de maíz en forma
sustentable”, dijo Rossi. “Estamos en los más altos estándares del mercado”,
agregó acerca de las prácticas empresarias Francisco do Pico, de Asuntos
Gubernamentales. Ninguno de los dos dio precisiones ante las consultas del
periodista por el tipo y cantidad de agroquímicos que utilizan.
Desprestigiar las luchas
Luego de la entrevista televisiva, los miembros de la empresa
se reunieron con vecinos y miembros de la Asociación Campesinos
del Valle del Conlara, que consultaron acerca del modelo de producción, el tipo
y cantidad de fumigaciones, y los planes de la empresa en la zona.
Del otro lado, dijeron una y otra vez que la cantidad de
agroquímicos que aplican es información “’confidencial’”. Algunas frases
vertidas por Do Pico que registraron los presentes, ante la incomodidad de los
cuestionamientos.
- No somos los únicos
- Somos legales
- Discutan con los Estados
Do Pico no dejó el municipio sin desprestigiar el reclamo de
los vecinos de Malvinas Argentinas, Córdoba, que intentan frenar la instalación
de la planta de acopio de semillas, debido al impacto ambiental que ese
emprendimiento generará. “La asamblea no representa al pueblo. El pueblo apoya
a Monsanto”.
Do Pico desconoce un relevamiento de la Universidad Católica
de Córdoba que confirmó que el 87 % de los vecinos de Malvinas reclama
una consulta popular para decidir si aceptan la instalación de Monsanto o no.
Tanto por la vía judicial, como por la Legislatura provincial y el Concejo Deliberante,
hasta ahora no han obtenido resultados para frenar el proyecto. La inversión de
la multinacional cuenta con el apoyo de la presidenta Cristina Fernández, quien
anunció el emprendimiento el 16 de junio del año pasado desde el Consejo de las
América, Nueva York; el gobernador José Manuel de la Sota -Ambiente de la Provincia aprobó el
aviso de proyecto-; y el intendente radical Daniel Arzani.
La necesidad de decidir acerca de este proyecto por parte de
los vecinos se funda en el temor a los daños sanitarios. Un documento de las
cátedras de Medicina Psicosocial, Alergia e Inmunología, Medicina I, y Clínica
Pediátrica de la Facultad
de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba registró que en
esa ciudad rodeada de campos de soja, la patología respiratoria “suma 551
afectados” entre 3563 encuestados, “con una prevalencia de 15,46 % para todos
los grupos etarios”. Es un 50 % más alta que la estimada como frecuente en
Estados Unidos (hasta 10 %). “Además, un informe encargado por el Ministerio de
Salud estimó que para el año 2004/05 los abortos espontáneos alcanzaban al 0,6 %
de Mujeres en Edad Reproductiva (MER) a nivel país. En Malvinas, sobre 805 (MER) encuestadas surge
que 1 de cada 6 pierde un embarazo; y en el barrio Nicola Bari, el más expuesto
a las pulverizaciones con agroquímicos, 1 de cada 5 padeció un aborto
espontáneo.
Los médicos explican que Malvinas presenta “el perfil de enfermedades
que se reitera en las poblaciones expuestas a pesticidas aerolizados” y
“someter a esta población a un nuevo golpe en su salud ambiental”, como el que
generará la planta de acopio de semillas, “no es recomendable desde el punto de
vista médico e intolerable desde el punto de vista social”. Y fundamenta:
“vivir alrededor de los acopios de granos es de alto riesgo para patología
respiratoria”, a causa de la cascarilla de maíz rociado con herbicidas,
fungicidas e insecticidas que flota en el aire. La planta estará a sólo 700 metros de una
escuela primaria y un jardín de infantes.
Un gigante chiquito
“Monsanto es una empresa muy chiquita”, dijo Do Pico
frente a los vecinos, ante los permanentes cuestionamientos. En la televisión
había señalado que eran una “empresa líder”. Algunos datos de la compañía del
informe la Lucha
contra Monsanto -Vía Campesina (VC) 2012-: la centenaria empresa estadounidense
controla el 27 % del mercado semillero mundial y el 90 % del comercio de semillas
de soja. En 2009, el mercado global de semillas estaba valuado en 27.400
millones de dólares. Monsanto se hizo con 7.297 millones de dólares, el 27 % de
la torta, reporta el informe ¿Quién controlará la economía verde?, publicado
este año por el Grupo ETC, espacio de investigación internacional abocado a las
grandes firmas del agro.
Fernando Frank, de la Asociación Campesinos
del Valle de Conlara, estuvo presente en la reunión con Do Pico. “Nunca dijeron
qué agroquímicos usan ni qué cantidad”, contó indignado. Y tampoco “aclararon
si van a avanzar en la zona con sus monocultivos”. Por un lado dijeron que no
aumentarán su superficie productiva en la región, pero al ser consultados
acerca de qué lugar abastecerá la mega planta de Malvinas dijeron “no
sabemos”.
Un sitio ideal
Conformada por médicos que trabajan la problemáticas
sanitarias vinculadas a la aplicación de agroquímicos, la Red Ambiente y Salud
(Reduas) argumenta por qué el Valle de Conlara es el sitio ideal para las
proyecciones de Monsanto. “La zona posee agua subterránea de calidad y cantidad
suficiente, desde el riquísimo acuífero subterráneo del valle que se encuentra
a 60 o 150 metros
de profundidad”. El gobierno provincial “ofrece disposición de energía
eléctrica suficiente” para abastecer las “bombas de extracción que proveen agua
a inmensos sistemas de riego por pivot de 600 a 900 metros de
extensión”, y en materia de acceso la región cuenta con una moderna red vial.
Para esta red de médicos, de concretarse este avance
proliferarán las problemáticas sanitarias y ambientales. La producción de
semillas implica mayores aplicaciones de agrotóxicos “que los cultivos de maíz
para forraje”. “Nada debe alterar la posibilidad de generar las semillas más
óptimas y de esta manera la exposición de los operarios, como así también de la
población del Valle de Conlara, es extrema”, apunta un reciente informe de la
red.
Los especialistas no dudan de que “la semilla INTACTA, el
nuevo maíz mutante de Monsanto, que se cultivará en San Luis y preparará en
Malvinas Argentinas, es una verdadera amenaza a la salud humana y al ambiente
general de nuestro país”.
Veneno para todos
La política agraria oficial que impulsa la Presidenta está sintetizada
en el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA 2020). El texto no repara en estas
cuestiones sanitarias ni en las doce millones de personas que conviven cada año
con las pulverizaciones químicas. Por el contrario, apuesta a sumar nueve
millones de hectáreas la siembra de granos -de 33 a 42 millones-. La
superficie sembrada con maíz debe pasar de 3,7 millones (2010) a 5,7 millones
de hectáreas en 2020. En este marco,
Monsanto reportó que la nueva planta tendrá una “capacidad máxima de producción
para 3,5 millones de hectáreas” de maíz transgénico.
Salir a la luz
Monsanto presenta cuestionamientos en diversas partes del
mundo. Está condenada por publicidad engañosa en Francia, demandada por
biopiratería en India, y su maíz MON810 está prohibido en seis países de
Europa. Además, es investigada en Estados Unidos por prácticas antimonopólicas,
indica el Grupo ETC. En nuestro país además de contar con el apoyo de Gobierno
tiene una permanente presencia en grandes medios de comunicación del Grupo
Clarín, por ejemplo. No obstante, no es habitual ver a sus representantes en
entrevistas críticas ni cara a cara con la ciudadanía organizada.
En asamblea, reunidos el sábado por la tarde, los Campesinos
del Valle del Conlara celebraron “verle la cara a Monsanto”, conscientes de que
la movilización en la región preocupa a una empresa que desde hace catorce años
vagaba como una sombra en el lugar. Rubén Soria, campesino de Bajo del Río,
abrió el encuentro. “Esta lucha recién empieza, luchemos todos juntos y sigamos
adelante”.
Fuente:
Leonardo Rossi, Monsanto, del oscurantismo a poner la cara en San Luis, 22/07/13, Leonardo Rossi.
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