Una charla técnica brindada ayer por un especialista
invitado por el Municipio, logró clarificar, de algún modo, por donde pasará la
discusión en torno de la posible instalación de la empresa Dioxitek en Río
Tercero: el destino e impacto de sus residuos industriales que genere por
encima del proceso en sí de purificación del uranio. El tema no está aún
resuelto en su actual planta de Alta Córdoba, y ayer el intendente Alberto
Martino supeditó la radicación a una solución integral en torno a los desechos
que poseen niveles de radioactividad, aunque se mostró permeable a su
radicación.
Darío Sbarato, licenciado en Física y especialista en temas
del ambiente, hizo hincapié en las ventajas y desventajas de la radicación.
Mientras, Martino expresó que “no tomará ninguna medida hasta que la empresa
solucione el problema en Córdoba”. Para lograr su instalación la empresa
necesitará el aval del Concejo Deliberante.
Dioxitek actualmente está radicada en la ciudad de Córdoba
de donde debe trasladarse en 2014, además de sanear el predio en el que se
encuentran depositadas 57.600 toneladas de colas de uranio aproximadamente.
Martino afirmó que si permite la instalación de Dioxitek sin
la empresa haber cumplido el compromiso asumido “hablaría muy mal de mí como
persona más allá de mi responsabilidad como intendente”, reflexionó. Así, el
jefe comunal parece haber moderado su posición luego del rechazo casi
mayoritario que causó la futura localización de la planta.
La empresa que ya tiene aprobada la factibilidad del uso del
suelo por parte de la
Municipalidad local y la de Embalse, es una empresa química
que produce dióxido de uranio, una materia prima que se utiliza para la
elaboración del combustible de las centrales nucleares del país, además de
encapsulado de cobalto, de diversos usos industriales y medicinales. Para su
proceso utiliza como insumos ácido nítrico, fluor y cobalto, entre otros. El
dato no es menor puesto que la Fábrica Militar de Río Tercero posee una de las
dos plantas de elaboración de nítrico en el país. De instalarse, Dioxitek se
ubicaría en varias hectáreas de la empresa estatal local.
Según explicó ayer Sbarato, “no habría riesgo para la salud
humana” de permitirse la instalación de una empresa de estas características en
la ciudad. El especialista dijo que la ciudad está inmersa en un “conflicto”,
no en un problema, del cual se sale tomándose un tiempo para analizarlo. “La
empresa además tiene una historia que limpiar, requiere una limpieza de cara,
necesitamos esa prueba para confiar”, aclaró el especialista refiriéndose a la
cantidad de desechos que la planta posee en Córdoba capital y que todavía no ha
resuelto qué hacer con ellos.
Martino se mostró cauteloso y dispuesto a abrir el abanico
de opiniones antes de tomar una decisión sobre la instalación, incluso de
convocar a una consulta popular. “No tenemos que apresurarnos; primero debemos
conocer el estudio de impacto ambiental y luego resolver entre todos”, señaló.
Sbarato afirmó que el estudio de impacto ambiental comprende
dos partes: una tiene que ver con el impacto que generará la empresa donde
decida radicarse y la otra es el impacto que dejará en el lugar donde estuvo,
haciendo hincapié en la responsabilidad social empresaria que deberá demostrar
en este último punto, y lo que ayudará a tomar la mejor decisión para no
perjudicar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad.
Más allá de lo ambiental, el especialista reflejó la
cuestión social que generan estas empresas. “Si la firma se tomó 30 años para
mudarse, ustedes también se pueden tomar tiempo para decidir qué es lo que
quieren. En Río Tercero hay una gran sensibilidad por los temas
medioambientales, pero hay que pasar por esto sin pelearse”, aconsejó Sbarato.
Carta Orgánica
Asimismo, el intendente Martino relativizó los alcances del
artículo 55 de la Carta
Orgánica Municipal que prohibe la instalación de industrias
que manipulen insumos nucleares. “Si nos vamos a regir taxativamente por ese
artículo no se podría hacer medicina nuclear en la ciudad. Si tenemos la
certeza de que no se pondrá en peligro la seguridad del medio ambiente no veo
impedimento en este artículo. El peor error que podemos cometer es politizar
esta cuestión”, dijo. Respecto de la prefactibilidad de uso del suelo que firmó
señaló que “el paso fue meramente administrativo. El certificado dice en el
último renglón, que se le prohíbe a la empresa el inicio de todo tipo de
actividad hasta tanto esté el estudio de impacto ambiental de la Provincia. La
decisión definitiva la debemos resolver entre todos”.
En tanto, se conoció ayer que el asesor letrado de los
Tribunales locales, Alfredo Brouwer de Koning pedirá informes para evaluar
sobre los posibles riesgos a embarazadas que la planta en funcionamiento podría
originar y actuará en defensa del niño por nacer. Según un artículo de La Voz del Interior publicado
ayer en su página web, en Dioxitek está vigente una advertencia hacia
embarazadas para que se abstengan de visitar la planta. De acuerdo con la
publicación el funcionario judicial no descartó presentar un recurso de amparo.
Similar advertencia formularon las ONGS Funam y Greenpeace.
Fuente:
Los residuos de Dioxitek, el principal dilema para su radicación, 01/06/13, Tribuna Digital. Consultado 01/06/13.
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