por Colectivo Tinta Verde
Cuando las aguas llegaron
Las inundaciones del 2 de abril en La Plata dejaron secuelas que
tardarán en cicatrizar. Numerosas víctimas fatales. Cuantiosas pérdidas
materiales. Después de tres semanas en que la ciudad de a poco parece
recuperarse, se reabren los debates sobre las causas de la tragedia, las
posibilidades de haberla evitado y la necesidad urgente de repensar la
planificación estratégica de la ciudad.
Producción: Daiana Melón, Josefina Garzillo, Sabrina Carnéz,
Florencia Ruiz, María Paz Rodríguez Srtiebeck, Luciana Franco.
Textos: Florencia Yanniello
Pasaron veinte días desde la inundación, una catástrofe que
puso en evidencia la necesidad de implementar estrategias de planeamiento
urbano e infraestructura. Los barrios platenses aún se están recuperando del
temporal: los vecinos se organizaron en asambleas para reclamar al municipio
planes de contingencia y subsidios para los afectados, las facultades hacen
relevamientos y todavía hay muchas dudas sobre las cifras oficiales de víctimas
fatales.
Desde aquel día se buscan explicaciones. Numerosos
especialistas manifestaron sus opiniones sobre las posibles causas de la
tragedia. La mayoría coincide en que se trata de un cúmulo de varios factores,
asociados a dos ejes: el cambio climático, por un lado y la urbanización
indiscriminada y el crecimiento de la ciudad sin planificación, por el otro.
El futuro ya llegó
Estamos acostumbrados a oír hablar del cambio climático como
algo que afectará solamente a las generaciones futuras; hasta ahora parecía
intangible, ajeno a la cotidianidad, incluso desde las agendas de las políticas
públicas, ya que no se lo tomaba como una prioridad. Sin embargo, son muchos los
especialistas que asocian los “eventos extremos” que vienen sucediendo en la
región con este fenómeno. Es claro que estamos ante signos concretos del cambio
climático, de hecho, desde el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU advierten que nuestra
región está convirtiéndose en una zona de clima tropical y por eso debemos
tener políticas y trabajos para la adaptación.
En este sentido, Roque Pedace, Magíster en Política y
Gestión de la Ciencia
y la Tecnología
e investigador en política climática y energética de la Universidad de Buenos
Aires (UBA), señala que “en los últimos 30 años han ocurrido lluvias
excepcionales que son coherentes con la mayor cantidad de energía disponible
debido al calentamiento global, al igual que vientos huracanados como los del 4
abril del 2012” .
Pedace, agrega que “los estudios realizados en la Cuenca del Plata indican
una mayor frecuencia de precipitaciones de mas de 100 milímetros en el
día, lo cual implica usualmente inundación, hasta siete veces mas en algunas ciudades”.
A nivel internacional existe una estrategia para enfrentar
el cambio climático; en 1992 se acordó la Convención Marco
de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) con el objetivo de que
todos los países del mundo se comprometan a llevar adelante acciones que
contribuyan a revertir los efectos del calentamiento global.
El principal compromiso adquirido por los países que forman
parte de la
Convención Marco es el de formular y aplicar programas
nacionales orientados a mitigar y facilitar la adaptación. Argentina, ratificó
en 1993 la Convención
y comenzó a instrumentar políticas y acciones con el objetivo de hacer frente
de manera coordinada y eficiente a los desafíos que implica la problemática,
tales como la
Estrategia Nacional en Cambio Climático, cuya autoridad de
aplicación es la Dirección
de Cambio Climático, bajo la órbita de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable
de la Nación .
Sin embargo, una materia pendiente es el seguimiento y
monitoreo de los planes, estrategias y grado de ejecución de los presupuestos
previstos, ya que estas medidas en la región metropolitana parecen no ser
suficientes o por lo menos no han logrado evitar los desastres sucedidos en el
oeste del Gran Buenos Aires en abril de 2012 ni las inundaciones en la Ciudad de Buenos Aires y en
La Plata en
abril de 2013.
Monocultivo de cemento
“La ciudad de La
Plata fue fundada bajo el máximo exponente de la generación
de ´80, una ciudad masónica, de fácil transporte, con una circunvalación y en
la cual el ferrocarril tiene un eje importante. Claramente es una ciudad en la
que se intentó hacer olvidar a la naturaleza; el hombre pensó que podía
dominarla”, expresa Gustavo Desplats, especialista en planeamiento urbano y
miembro de la ONG
Protocomuna Caballito.
“La Plata
fue el sueño de la ofuscada elite porteña por la pérdida del control
territorial de la provincia. Pero con la diferencia de que La Plata no desemboca
directamente al río y tiene arroyos meandrazos que buscan valles de inundación
en esas vueltas”, agrega Desplats.
He aquí otro de los puntos que aparecen como causantes del
desastre: el crecimiento no planificado de la ciudad y la impermeabilización
del suelo por la construcción indiscriminada, sin la necesaria infraestructura
para afrontar este tipo de lluvias.
Desde la
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional
de La Plata
(UNLP) elaboraron un informe en que sostienen que una de las causas del
desastre fue la falta de obras de infraestructura, que en la última década no
se concluyeron o quedaron sólo en anuncios. Indican que “se construye sin
planificación en una ciudad bajo crecimiento poblacional, siguiendo lógicas de
maximización de la rentabilidad del suelo, expulsando a los pobres a
localizarse en las áreas más vulnerables y avanzando sobre cuencas y arroyos,
espacios verdes y humedales, alterando la regulación hídrica natural del
territorio”.
En la misma línea, desde el Centro de Investigaciones del
Medio Ambiente de la Facultad
de Ciencias Exactas de la UNLP ,
Alicia Ronco manifiesta: “La ciudad está tapizada por cemento y baldosas, hay
un porcentaje elevadísimo, yo diría que hasta más del 50 % de la superficie del
casco urbano y los alrededores, que está tapizado por cemento y eso no deja
superficies absorbentes, entonces las calles se transforman en aludes de agua”.
Ronco plantea que se trató de una lluvia extraordinaria que
magnificó el desastre por las modificaciones que se le hacen al paisaje urbano
al cual “no le estamos ofreciendo alternativas de absorción”.
“Nosotros tenemos debajo de la ciudad numerosos cauces
sepultados, los cursos de agua no son cañerías, tienen su planicie de
inundación. Los arroyos tienen sus sectores inundables y si los encerramos, no
tienen por donde nivelar. En los últimos 50 o 60 años todo fue canalizado, la
demostración es que el entubado genera este tipo de conflictos”, expresa Alicia
Ronco y agrega: “Hay perturbaciones infinitas por todos lados, la autopista es
una, incluso las propias construcciones que funcionan como diques, entonces
¿qué es lo que está libre? la calle, que es donde se arma el río”.
Las trampas del COU
“Pensamos que la magnitud de la inundación está íntimamente
ligada al avance del Código de Ordenamiento Urbano (COU), toda vez que no se
hicieron las obras que correspondían y se dio vía libre a la construcción de
edificios sin ningún tipo de plan director, como por ejemplo hidráulico. En
simultáneo a estas, las obras de saneamiento deberían haber acompañado al
crecimiento de la ciudad y no lo hicieron”, manifiesta el arquitecto Oscar Álvarez,
integrante de la
Asamblea Defendamos La Plata.
Desde este espacio sostienen que a partir de la sanción de
COU en el 2010 se profundizó el avance de grupos financieros que no se
corresponden con la inversión en servicios públicos, y se permitió que en la
ciudad se construyeran emprendimientos de departamentos unifamiliares y
comercios, en desmedro de otros. “Es una demanda del mercado capitalista, ya
que deja más dinero a corto plazo. Los vecinos alertamos que cuando prevalece
el negocio se pone en riesgo al ciudadano”, denuncia Álvarez.
En la misma línea, Gustavo Desplats manifiesta que “la
planificación de la ciudad de La
Plata , sufrió un gran cambio con el nuevo COU, primeramente
impedido por la acción de asociaciones como Defendamos La Plata , que presentaron un
recurso de amparo, aunque no pudieron evitar su implementación. La aprobación
del COU, hizo que en los últimos dos años se construyeran en el centro
histórico de la plata, dos millones de metros cuadrados de construcciones, una
cantidad absolutamente desmedida, que además va expulsando a la gente de menos
recursos a las zonas que son inundables”.
Ya en el año 2010, Defendamos La Plata se había anticipado:
en un documento presentado el 27 de septiembre de ese año al Defensor del
Pueblo, en relación a la implementación del Código de Ordenamiento Urbano, se
plantea que “los desbordes cloacales e inundaciones representan un problema no
menor en la saturación de las cloacas, las obturaciones de las mismas y las
inundaciones que provocan el aumento constante, por un lado de efluentes y la
falta de absorción provocada por el exceso de cemento”.
En el documento se advierte además que “se ha podido
constatar que en ciertos barrios los caños colectores que pasan por debajo de
la vía pública son del mismo diámetro que el desagüe de los edificios. Está
claro que los desagües de nuestra ciudad que fueron diseñados para soportar
holgadamente una determinada población (50.000 habitantes), no están preparado
para soportar los más de 700 mil habitantes que quieren que habiten en el casco
urbano”.
En este sentido, Oscar Álvarez agrega: “La tormenta fue la
punta de iceberg de una situación caótica. Esto va a volver a pasar si las
autoridades municipales y provinciales no toman recaudo sobre este contexto
generado por ellos. El gobierno provincial tampoco invierte en una
planificación regional y debiera hacerlo; ¡construyen un estadio único y no
mantienen las redes cloacales! ¿Cuántas veces al mes, para qué y para quiénes
se usa el estadio? Agua en el barrio necesitamos todos. Usan el dinero público
para construir obras para pocos”.
Con respecto a las obras de denaje el especialista en
política climática, Roque Pedace manifiesta: “son insuficientes ante lluvias de
gran magnitud, por lo cual el terraplén actúa como dique reteniendo aguas. Esto
no puede resolverse con bombas cerca del río ya que el cuello de botella son
los drenajes, los cuales debieran aumentar en varios segmentos”.
Por su parte, Gustavo Desplats plantea que “la cuestión es
volver a cambiar el COU, revisarlo, prohibir que se realicen distintos tipos de
edificios en altura en las zonas céntricas, preservar los espacios verdes y los
pulmones de manzana, trabajar con materiales que permitan la permeabilidad del
suelo, generar la forestación y sobre todo, no creer que todo se va a
solucionar con nuevas infraestructuras, sino entender a la naturaleza y
prohibir la construcción de viviendas en zonas que son inundables”.
Barajar y dar de nuevo
El escenario futuro debe ser preventivo; es primordial que
se implementen sistemas de alarma temprana y de emergencia. Al ser consultado
por estas medidas, Roque Pedace señaló: “Las hay estructurales, como la
construcción de presas en las cuencas altas y bombeo hacia el río. Pero las más
importantes son aquellas que permiten alertar tempranamente para evitar
pérdidas humanas. A corto plazo se debe evitar la impermeabilización y a largo
plazo aumentar la superficie de absorción. Mientras tanto, todas las construcciones
debieran revisar su adaptación a inundaciones mas graves y mas frecuentes”.
En la misma línea, Alicia Ronco del CIMA sostiene:
“Tendríamos que tener un mejor registro de los cauces subterráneos, porque
tenemos un olvido en la memoria de la topografía. Hay que empezar a ver el
estado de los ríos subterráneos, porque pueden estar totalmente taponados,
pueden estar llenos de basura. Es una caja negra, no los vemos”.
La investigadora agrega que se deben estudiar estas
situaciones y enmarcarlas en un contexto de cambio climático. “¿Qué pasa si
esto se da con más frecuencia?, ¿qué medidas estamos tomando por el momento?”,
se pregunta Ronco.
En este sentido, Gustavo Desplats indica que “lo que ha
quedado en evidencia en estas últimas inundaciones es el fracaso manifiesto del
proceso de entubamiento, es un modelo que se basó en tratar de dominar a la
naturaleza y después de 100 años ha fracasado”.
Desde Defendamos La
Plata , Oscar Álvarez plantea que lo necesario es “un plan
estratégico de crecimiento de la ciudad sustentable e inclusiva. Debe haber
políticas de crecimiento más equilibrado, que atiendan a la realidad de los
trabajadores. Son prioridad las viviendas sociales y obras de infraestructura
como red de desagües cloacales e hidráulicas”.
Relevamiento barrial tras la inundación
Compartimos un relevamiento confeccionado con la
colaboración de los compañeros de ComAmbiental
(http://www.comambiental.com.ar/), en el que se pueden ver cuáles fueron las
zonas más afectadas por las inundaciones del 2 de abril en La Plata y el Gran La Plata. En el mapa se
puede ver barrio por barrio hasta qué altura llegó el agua, cuáles fueron las
consecuencias del temporal y cuál es la situación sanitaria. El relevamiento es
parcial y esperamos ir completándolo a medida que tengamos más información
precisa sobre los barrios a los que no pudimos acceder aún.
RELEVAMIENTO INUNDACIONES EN LA PLATA
ABRIL DE 2013
1) BARRIO SAN CARLOS – ISLAS MALVINAS – LA GRANJA – LA LOMA
REFERENCIA: Comunidad Qom – Calle 140 y 256
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: Casas de chapa y madera, piso de
tierra. Calles de tierra. No hay cloacas.
ALTURA DEL AGUA:1.30 m. en algunas casas y en otras 1.50 m .
OTROS DATOS: Las familias afectadas fueron 52. El Arroyo El
gato está a media cuadra de la comunidad y desborda seguido. No es la primera
inundación, pero sí la peor. No contaron con ayuda inmediata del municipio.
REFERENCIA: Centro Vecinal El Triunfo – Calle 134 y 525
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: Calles de tierra, casas de
material y otras de madera y chapa.
ALTURA DEL AGUA: Llegó a 1.50 m .
OTROS DATOS: No se destaparon las cloacas, situación
sanitaria complicada, la salita del barrio no da a basto. Basura en las calles
durante más de una semana. No había acceso a agua potable. El centro vecinal
centralizó donaciones. Aún hace falta ayuda.
REFERENCIA: 139 y 38 – 161 y 37
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: Asentamiento, casillas muy
precarias.
ALTURA DEL AGUA: 1 m.
OTROS DATOS: 50 familias damnificadas. Sólo había llegado
ropa y donaciones de vecinos. El barrio se llenó de ratas cuando bajó el agua.
Hasta el domingo siguiente a la inundación seguían sin agua y sin luz.
Situación sanitaria complicada, riesgo de hantavirus y dengue. Siguen
necesitando ayuda.
2) TOLOSA
REFERENCIA: 532 hasta 524 – 13 a 7
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: Calles de asfalto, casas de
material.
ALTURA DEL AGUA: Llegó a 1.70 m . en algunas casas
OTROS DATOS: El agua era de color negro, parecía contener
aceite de autos o carbón. Las pérdidas de algunos vecinos fueron totales. Llegó
ayuda municipal a algunos lugares, de organizaciones sociales y Cruz Roja. Se
entregaron bidones de agua potable en los días posteriores a la inundación.
3) RINGUELET
REFERENCIA: Hospital Móvil – 5 y 520
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: Casas humildes, algunas de
material, muchas de madera y chapa.
ALTURA DEL AGUA: Hasta 1.70 en algunas casas.
OTROS DATOS: Las pérdidas fueron totales para muchos
vecinos. El Hospital Móvil recibió 200 personas por día con enfermedades
eruptivas y respiratorias y diarrea. Situación sanitaria complicada. Las
cloacas estuvieron tapadas durante varios días posteriores a la inundación. La
ayuda tardó en llegar. Llegaron donaciones de vecinos, de iglesias y
organizaciones sociales.
4) BERISSO
REFERENCIA: Barrio Mocoví – 127 y 156
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: El barrio está en una zona baja.
Son casas precarias, algunas de material.
ALTURA DEL AGUA: 0.50 m . a 0.70 m .
OTROS DATOS: Son 40 familias mocovíes, de las cuales 25
fueron afectadas. Se autoevaluaron cuando el agua empezó a subir. La ayuda
llegó dos días después de la inundación desde las facultades, organizaciones y
los vecinos. Al agua tardó varios días en drenar. Siguen necesitando ayuda.
5) VILLA ELVIRA
REFERENCIA: Hospital Móvil 8 y 117 – Comunidad Sanitaria 90
y 117
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: Asentamientos. Barrio muy
cercano al Arroyo Maldonado. Casas de chapa y madera. Calles de tierra.
ALTURA DEL AGUA : 1 m. a 2 m . en las viviendas cercanas al arroyo.
OTROS DATOS: El agua tardó un día en bajar. El barrio se
inunda frecuentemente. Pasaron cuatro días hasta que llegó ayuda. Estuvieron
varios días sin agua potable, las donaciones no alcanzaban a cubrir a la
población afectada. Situación sanitaria grave: niños y adultos con diarrea,
producto del consumo de agua de pozo; afecciones respiratorias, reagudizaciones
de crisis asmáticas, lesiones en la piel. Riesgo de leptospirosis, hantavirus y
dengue.
6) BARRIO AEROPUERTO
REFERENCIA: 6 y 92 – Hospital Móvil 7 y 89
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: Viviendas precarias, destruidas
por el agua, desaparecieron casillas enteras. Calles de tierra
ALTURA DEL AGUA: de 1 m . a 1.50 m .
OTROS DATOS: Los hospitales móviles con médicos residentes
aparecieron luego de las manifestaciones barriales transmitidas por televisión.
Llegaron donaciones de vecinos de Almirante Brown, que se organizaron y
llegaron hasta el lugar para entregar en mano ropa, agua y lavandina.
7) ALTOS DE SAN LORENZO – PLAZA CASTELLI
REFERENCIA: 15 entre 80 y 81
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: viviendas precarias, muchas
casillas, algunas habitaciones de concreto pero con cerramientos precarios en
puertas y ventanas.
ALTURA DEL AGUA:1 m. hasta 1.50 m .
OTROS DATOS: 80 grupos familiares afectados. Cuatro días
después de la inundación no había llegado ayuda y se relevaron entre los
vecinos. Para 80 familias tenían 15 colchones y alrededor de 20 bidones de agua
en los días siguientes a la inundación.
REFERENCIA: 58 y 28 – 66 y 25
INFRAESTRUCTURA DEL BARRIO: calles asfaltadas, casas de
material
ALTURA DEL AGUA: 1m. a 1.50 m .
OTROS DATOS: El agua empezó a bajar al día siguiente de la
inundación. Llego poca ayuda: lavandina y bolsas de residuos. Los daños fueron
parciales. Las cloacas estuvieron tapadas varios días posteriores a la
inundación. Algunos vecinos descompuestos, aunque la situación sanitaria no fue
alarmante.
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