Está prohibido aplicar agroquímicos en espacios públicos
pegados a rutas, salvo autorización expresa. Una infracción sobre la ruta 9,
cerca de Oliva, generó la última denuncia. La Provincia asegura que se
controla y que se han incrementado las sanciones.
por Andrés Ferreras
Oliva. Una aplicación ilegal de agroquímicos realizada a lo
largo de dos kilómetros, sobre una banquina de la ruta nacional 9, es
investigada por la
Subsecretaría de Fiscalización y Control del Ministerio de
Agricultura de la
Provincia. Se trata de una maniobra realizada a plena luz del
día y constatada por agentes de la repartición, a pocos metros del ejido urbano
de la ciudad de Oliva.
El caso se suma a las denuncias que desde hace varios años
se registran por aplicaciones de agroquímicos en esos espacios, donde no está
autorizado. Además, son terrenos públicos.
Norberto Aichino, subsecretario de esa área de la Provincia a cargo del
control en esta materia, advirtió que no está permitida la fumigación en
banquinas. “No es algo habitual encontrarnos ya con eso y es ilegal”, afirmó.
El ministerio tomó participación de este caso tras las denuncias recibidas, con el inicio de las averiguaciones sobre quién podría haber ordenado una aplicación de agroquímicos en una zona que está vedada. Según se supo, los arrendatarios del campo serían de Oncativo.
El ministerio tomó participación de este caso tras las denuncias recibidas, con el inicio de las averiguaciones sobre quién podría haber ordenado una aplicación de agroquímicos en una zona que está vedada. Según se supo, los arrendatarios del campo serían de Oncativo.
La agencia zonal del ministerio en Villa María constató que
se realizó una aplicación sobre una franja de unos dos mil metros de largo,
entre los kilómetros 613 y 615 aproximadamente, sobre la banquina norte de la
ruta nacional 9.
La aplicación fue realizada en la tarde del miércoles 10 de
marzo y fue advertida por quienes transitaban por la ruta en ese momento. Esa
misma noche hubo una inspección del ministerio y días después se hizo evidente
la acción del herbicida sobre la vegetación.
En diferentes puntos de la provincia se observa aún que hay
banquinas, que son espacios públicos, a las que llegan como extensión los
sembradíos de los campos vecinos. Años atrás, era aun más frecuente.
Lo oficial. Aichino dijo que trabajan permanentemente en el
control y prevención de aplicaciones ilegales con los 23 agentes zonales. Citó
que durante 2012, esa repartición realizó 1.390 controles, de los que alrededor
de 850 fueron por agroquímicos, en los que se clausuraron depósitos, locales de
expendios y se secuestró maquinarias no habilitadas para fumigaciones.
Aviones. En lo que va de 2013, la Subsecretaría de
Fiscalización y Control secuestró ocho aviones aplicadores en procedimientos
realizados en cercanías de Justiniano Posse, Morrison, Almafuerte, San Agustín
e Isla Verde, por estar en actividad sin todos los requisitos que fija la ley
de agroquímicos.
Uno de los procedimientos se realizó tras la denuncia de una
mujer en el sudeste provincia -en cercanías de Justiniano Posse- a quien se le
averió el auto en la ruta y, estando en la banquina, sufrió el paso de un avión
fumigando que descargó productos sobre ella. Esto derivó en el allanamiento de
dos predios, donde funcionaban pistas no autorizadas, y en la clausura de
hangares.
En otro caso se secuestró un avión que hacía aplicaciones y
no tenía matrícula. Además se secuestraron numerosas máquinas aplicadoras de
arrastre y autopropulsadas.
Denuncias. Para plantear denuncias, la Subsecretaría de
Fiscalización cuenta con un teléfono gratuito: 0800-888-AGRO (2476).
Último reducto de biodiversidad
Además de la seguridad en el tráfico y la apropiación de
tierras públicas, hay razones ambientales que justifican impedir que las
banquinas se cultiven.
por Fernando Colautti
La siembra de cultivos no está permitida sobre las banquinas
de rutas, salvo expresas y excepcionales autorizaciones. Sin embargo, no es tan
extraño ver que algunos campos, ya sin alambrados que determinen límites,
avancen casi hasta las carpetas de asfalto.
Un problema es de seguridad en el tránsito: las banquinas
están hechas para estacionar y, cultivadas, resulta imposible. Otro refleja un
abuso, además de una ilegalidad: se trata en la mayoría de los casos de la
apropiación de espacios públicos en beneficio de intereses privados.
Quienes justifican ese uso productivo de las banquinas
suelen argumentar que termina siendo el único modo, en algunas rutas, con el
que no quedan tapadas de altas malezas. Está a la vista que el mantenimiento
para ofrecer banquinas utilizables no es el adecuado en demasiadas rutas
(incluso hasta en algunas con peaje), pero transformarlas en tierras
cultivadas, además de ilegal, no representa una solución porque tampoco pueden
ser utilizables para estacionar vehículos con un mínimo de seguridad.
Pero hay otras razones de peso, más allá de la seguridad del
tráfico y la apropiación de tierras. Banquinas cultivadas implica banquinas
fumigadas. Y aparecen ahí los riesgos en materia ambiental. Que quienes
transitan por rutas reciban restos de pulverizaciones es un problema. Y que el
único y reducidísimo espacio que queda en las regiones agropecuarias para
mantener alguna biodiversidad en flora y fauna sea también invadido por el
paquete químico implica otro deterioro ecológico.
Para arrimar sólo un ejemplo, los apicultores del centro y
sur provincial vienen reclamando que su producción de miel se redujo
notoriamente en la última década. Entre las razones, citan que las abejas que
se salvan de morir por los agroquímicos, no tienen dónde nutrirse ya. Por eso,
reclaman que “al menos” se mantenga la biodiversidad en los estrechos márgenes
de las banquinas, que es lo único que se puede ver sin soja, maíz o sorgo en
vastas regiones del interior.
Ahora son 20 las localidades con más restricciones
Noetinger es la 20ª localidad cordobesa que incorporó una
ordenanza propia que prohíbe las fumigaciones alrededor de la zona urbana.
Se suma así a las que impusieron restricciones mayores a las
que establece la ley provincial vigente desde 2004.
El Concejo Deliberante de Noetinger, pueblo del sudeste
provincial con cinco mil habitantes, aprobó la creación de una “zona de
resguardo ambiental” donde ya no se permitirá la aplicación de ningún químico
de uso agropecuario en un radio de hasta 300 metros del ejido
urbano. Los infractores podrán ser sancionados con multas de entre 7 mil y 150
mil pesos, según la gravedad y la reincidencia. Desde hace tiempo, un grupo de
vecinos se venía movilizando con este fin.
En la última década, se han ido sumando ciudades y pueblos
con restricciones propias. En algunas se registra mayor control y cumplimiento
y en otras aparecen reclamos de que no se respeta el criterio. Las 20 con
ordenanzas restrictivas son San Francisco, Villa María, Villa General Belgrano,
Oliva, Alta Gracia, Huinca Renancó, Oncativo, General Baldisera, Jesús María,
Toledo, San Marcos Sierras, Anisacate, Mendiolaza, Estación Juárez Celman, Las
Calles, Villa Ciudad Parque y Las Bajadas. Se suman Achiras, que fijó
restricciones en torno a un lago del que se provee de agua, y Río Cuarto, que
sumó este año limitaciones adicionales en algunos sectores periurbanos.
Fuentes:
Andrés Ferreras, Investigan fumigaciones en banquinas, 27/04/13, La Voz del Interior.
Fernando Colautti, Último reducto de biodiversidad, 27/04/13, La Voz del Interior.
Ahora son 20 las localidades con más restricciones, 27/04/13, La Voz del Interior.
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