La decisión de no vaciar artificialmente la laguna de A
Frouxeira para preservar su valor ambiental bloquea el acceso a 22 viviendas
construidas al pie del humedal.
Hace cinco días que Fernando Villar y su familia duermen en
un hostal con cargo al seguro del hogar. La laguna de A Frouxeira se ha tragado
un buen tramo del paseo marítimo de Valdoviño y el agua, mitad dulce mitad
salada, anega una pista asfaltada que es el único camino a su casa. En la misma
situación están otros 70 vecinos que habitan las 22 viviendas afectadas por el
desborde de la laguna.
Algunos son residentes habituales y otros llegaron desde
Madrid a pasar unas fiestas que han terminado por celebrar apiñados en un salón
de la planta baja del Ayuntamiento, donde se encerraron en Nochebuena en
protesta por la negativa de la
Xunta a intervenir con máquinas en este espacio protegido y
abrir un aliviadero para rebajar el nivel del agua.
La única solución provisional que ha autorizado el Gobierno
gallego se puso en marcha ayer y pasa por colocar grandes sacos de arena en los
muros de las fincas y achicar el líquido con bombas. Varios operarios se
afanaban a mediodía en cargar las sacas junto a la caseta de socorrismo
mientras dos técnicos cortaban la corriente de una larga hilera de farolas casi
flotantes, como el resto del mobiliario del paseo.
A Frouxeira, una de las lagunas costeras más singulares de
España, paraíso de las aves migratorias y cinco veces protegida por su valía
ambiental (LIC, Red Natura, ZEPA, Ramsar y humedal de importancia
internacional), ha crecido más de la cuenta en el último mes. No es la primera
vez que ocurre, pero sí la primera en que no se abre un canal artificial de
desagüe para aliviar la presión hídrica sobre las viviendas.
La albufera ocupa unas 580 hectáreas junto a
la playa de A Frouxeira y una estrecha franja de arena de apenas 20 metros la separan del
mar. Sin aliviadero natural para autorregularse, el lago ha crecido sin cesar
con la lluvia y los aportes de varios arroyos y los riachuelos Castro y Vilar.
El agua todavía no ha entrado en las casas pero ha sepultado la carretera y la
única forma de entrar en las fincas es saltando los muros por la parte de
atrás, explican los vecinos.
Miriam, del bar O Lago, tiene el fregadero saturado y teme
que las cañerías empiecen a escupir porquería en cualquier momento. A partir
del número 29, las viviendas del paseo de la laguna están impracticables.
Vicente Corral vive en el número 15 y lleva más de medio siglo anclado en
Valdoviño con su mujer en una casa todavía a salvo de la crecida. Cuenta que se
crió junto a la laguna litoral, donde hace décadas se pescaban sin mucho
esfuerzo anguilas, lubinas y algún rodaballo. Corral ha visto la orografía de
la laguna transformarse con los temporales y las mareas pero "el nivel
nunca había subido tanto".
Los vecinos coinciden (e insisten) en señalar que el origen
del problema fue la barrera de piedras que la Demarcación de Costas
colocó para frenar la entrada de fuel del Prestige hace nueve años. "Todos
estuvimos de acuerdo, pero resultó que alteró la dinámica del laguna",
razonan. "Ni los quads, ni los caballos. Tanto lo quieren proteger que lo
estropearon ellos (Costas)", se queja una vecina. Cuenta que sus abuelos
abrían a mano "un caño estrecho de pocos metros" para desaguar cuando
el lago inundaba los pastos. Sospechan que la barrera artificial alteró el
equilibrio natural de una laguna que perdió profundidad con los aportes de
arena y que ahora embalsa agua, se expande a lo ancho y amenaza unas casas que
se construyeron en los setenta "demasiado cerca" del litoral.
Los afectados amagaron con abrir un canal de madrugada pero
el Seprona los vigilaba de cerca y las autoridades "amenazaron" con
multas de hasta 600.000 euros por delito ambiental. Para los ecologistas, la
raíz del problema está en el despropósito de un paseo marítimo mal pensado y
peor ejecutado que invadió las dunas, robó terreno al humedal y donde se
autorizaron construcciones "que nunca se debieron permitir". Tampoco
se olvidan del estudio científico que la Xunta comprometió en 2010 como solución al
problema y que no ha visto la luz.
Fuente:
El País, 29/12/2011, "Un paraíso que inunda casas". Consultado 02/01/2012.
El País, 30/12/2011, "Colocación de sacos de arena para frenar el desbordamiento de la laguna protegida de A Frouxeira". Consultado 02/01/2012.
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