jueves, 27 de mayo de 2010

El canal que no fue (primera parte)

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Gran parte de nuestra localidad pertenece a la cuenca del arroyo Los Chañares, que desagua en la desembocadura del Río Tercero con el lago de la represa Tercera Usina. Dicha cuenca presenta dos zonas bien diferenciadas: una rural alta de 962 hectáreas y otra urbana baja de 316 hectáreas. Se trata de una cuenca con pendientes importantes y alto grado de respuesta. A su vez, debido a su forma concentra los caudales en las cercanías del dispensario del barrio Aguada de Reyes.

Hacia el año 1991 la Municipalidad de Embalse, por entonces a cargo de Carlos Tomás Alesandri, inició la construcción del Canal Derivador, concebido para interceptar las escorrentías superficiales de la cuenca alta, tranvasándolas al lago del embalse de la represa Primera Usina. El canal posee ostensibles deficiencias desde el punto de vista científico- tecnológico, la más evidente es que no desemboca en ninguna parte, además presenta discontinuidades a lo largo de su traza.

Después, en 1994 se gestionó un Adelanto del Tesoro Nacional -Resolución Ministerial Nº 2271/94-, con el objeto de realizar desagües pluviales y cloacales. Lo que quedó de todo eso fue el Canal Derivador.

Por ahora nos limitaremos a analizar el primer tramo del Canal Derivador, cuya limpieza es la única medida concreta para mitigar las inundaciones, que a la fecha manifiestan haber tomado las autoridades locales. El tramo está resaltado en azul en la imagen de arriba, mientras que abajo se encuentran fotografías del mismo. La primera corresponde a la entrada del canal, a la izquierda de la calle de tierra, vemos que no es fácil de distinguir. Las dos fotografías siguientes corresponden al interior del canal, que se encuentra cubierto por la vegetación, se distingue una cocina vieja, habría que preguntar a los técnicos municipales que función hidráulica desempeña. La última muestra una pequeña pileta excavada al final del tramo en cuestión. El Canal Derivador continúa más adelante, pero a los fines prácticos la posible utilidad de toda la obra queda limitada al tramo analizado, de una longitud aproximada de 500 metros. La forma del canal es variable, con un ancho que oscila entre los 2 a 3 metros, según el lugar donde se mida. Otro tanto respecto de su altura, que oscila entre 0,8 y 1,5 metros, en algunas partes se objetiva un terraplén de tierra del lado del área urbana.

La probable utilidad del Canal Derivador se limita a un tramo de una cuarta parte de su longitud total. Que se encuentra en mal estado de conservación, contrariamente a lo manifestado por las autoridades locales. De la obra analizada se podría cuestionar hasta el nombre, ya que Canal Derivador suena algo pomposo para algo que no pasa de ser -lisa y llanamente- una zanja. En efecto, un canal hidráulico artificial debe reunir una serie de características técnicas que no posee la obra analizada.




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