El fuego de 2020 y un debate que se abre

Catastróficos incendios en Córdoba, agosto 2020. Foto: Ariel Luna / La Voz.

No basta con poner más bomberos en el frente de batalla, o dotarlos de mejores equipos. Todo eso es necesario, pero no suficiente.

por Gabriel Esbry

Córdoba es una de las provincias del país mejor preparadas para hacer frente a los incendios forestales (si no la mejor). No sólo cuenta con un programa gubernamental específico para atender estas catástrofes, también cuenta con insumos, equipamiento y un cuerpo de bomberos entrenado y con vasta experiencia.

A pesar de ello, en 2020 sufrió una seguidilla de incendios serranos que arrasaron con alrededor de 340 mil hectáreas de pastizales y bosques nativos, en uno de los peores registros de los últimos años.

Es cierto que las condiciones climáticas del año pasado fueron excepcionales, con muy pocas precipitaciones. La falta de lluvia transformó a las laderas de los cerros en verdaderas bombas de tiempo, muchas de las cuales, lamentablemente, terminaron por explotar.

La acción de los bomberos cordobeses, como siempre, fue titánica. Y si no fuera por ellos, no sólo que el balance final de hectáreas quemadas sería aún peor, sino que muchas viviendas y hasta vidas humanas se habrían perdido. Córdoba para siempre estará en deuda con ellos.

Sin olvidar todo lo anterior, la experiencia de los feroces incendios del año pasado obliga a repensar las políticas de combate a las llamas. Porque muchas veces no alcanza con poner más bomberos en los primeros frentes de batalla, o dotarlos de más y mejores equipos. Todo eso es necesario, pero no suficiente.

Especialistas sugieren revisar las estrategias empleadas, para anticipar la detección de cualquier inicio de fuego, al tiempo que incrementar las acciones de concientización dirigidas a la población y los miles de turistas que cada año disfrutan nuestras bellezas naturales.

Del triste balance de los incendios en el 2020, y de los debates que se abren a partir de ello, nos ocupamos en nuestro Primer Plano de hoy, a sabiendas de que se trata apenas del inicio de una discusión más amplia y que debe involucrarnos a todos.

Fuente:

Gabriel Esbry, El fuego de 2020 y un debate que se abre, 11 enero 2021, La Voz del Interior.