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Existe en España
una campaña en la cual trabaja fuertemente Carlos de Prada, llamada
“Campaña Hogar sin tóxicos”. Y dicen:
Si se le pregunta
a cualquier persona que nos encontremos por la calle: “¿qué es un
ftalato?”, lo más normal es que nos mire desconcertada. La mayor
parte de la gente, probablemente, ni siquiera ha oído nunca esa
palabra.
Sin embargo, la
mayor parte de la gente tiene, aunque no lo sepa, ftalatos en su
cuerpo. Puede parecer un nombre extraño, sin embargo, en realidad es
algo “entraño”, si es que puede usarse este término. Algo que
tenemos en las entrañas. Y ello debería preocuparnos. Porque, de
hecho, es algo que preocupa a los científicos. El motivo de esta
preocupación es que muchos de los ftalatos han sido asociados a los
más diversos problemas de salud.
Recientemente, la
Endocrine Society, que es la entidad mundial de referencia en el
asunto de las enfermedades vinculadas al sistema hormonal, valoraba
en unos 27.000 millones de euros anuales el coste sanitario que
algunos de estos ftalatos podían producir en la Unión Europea. Y
esto sólo por problemas relacionados con la infertilidad masculina,
la caída de los niveles de testosterona (asociado a incrementos de
mortalidad) y la obesidad en adultos. Además hay que considerar que
estos problemas podrían producirse frecuentemente a niveles muy
bajos, bajísimos, de concentración, que están presentes en
sectores amplios de la población.
Varias de estas
sustancias se han asociado en estudios científicos a más problemas,
especialmente -aunque no sólo- por exponerse a ellas en la etapa
prenatal, que es la más sensible: asma y alergia infantil,
limitación de la función pulmonar en hombres adultos, anomalías en
el desarrollo genital masculino, alteración de los niveles de
testosterona, ginecomastia en adolescentes varones, acortamiento de
la distancia anogenital en varones recién nacidos (síntoma de
virilización incompleta), alteraciones del comportamiento, telarquia
precoz (desarrollo prematuro de las mamas en las niñas),
endometriosis, cáncer de mama, alteración de la formación de los
folículos ováricos, partos prematuros, bajo peso al nacer (que
puede traer aparejado mayor mortalidad infantil y mayor riesgo de
problemas cardiovascular es y metabólicos en el estado adulto),
trastorno de déficit de atención en hiperactividad, problemas de
desarrollo cognitivo y motor en los niños, obesidad, resistencia a
la insulina (ligada a la diabetes), etc.
¿Qué son los
ftalatos y dónde están?
Son sustancias
sintéticas creadas por el hombre que no existían en la naturaleza.
Sustancias que la industria moderna utiliza con profusión para
diversos fines y que forman parte de infinidad de productos
cotidianos. Cada año, solo en Europa, se utilizan cientos de miles
de toneladas.
Básicamente se
usan como reblandecedores de los plásticos (plastificantes) o como
fijadores y, así, terminan en infinidad de elementos que puede haber
en cualquier hogar. Pueden, por ejemplo, formar parte de plásticos
como el PVC (pueden ser un 30-40 % o más del peso total del PVC). Y
como no están químicamente unidos al resto del plástico, pueden
irse desprendiendo de él, poco a poco, integrándose, por ejemplo,
en el polvo doméstico que se respira. Pero pueden estar en muchas
cosas más: pegamentos y adhesivos, aparatos electrónicos,
materiales de construcción, productos de limpieza, productos de aseo
personal (geles, champús, jabones, lociones, cosméticos…),
perfumes, recipientes y envases (botellas de agua, tuppers...),
pinturas, barnices, juguetes, arcilla para modelar, ceras, tintas de
impresión, ropas y tejidos, ambientadores, pesticidas, etc.
¿Por qué
aparecen en nuestro cuerpo?
Pueden ser
inhalados, absorbidos por la piel (por ejemplo desde cremas y otros
productos de aseo) o ingeridos (con alimentos contaminados con ellos,
por ejemplo desde ciertos envases y recipientes). En el mundo se usan
unos 100 ftalatos, de los que unos 26 habrían sido registrados en la
Unión Europea, y hasta ahora 12 han pasado a estar incluidos en las
listas de sustancias preocupantes. Lamentablemente, las etiquetas no
suelen decirnos si un producto determinado puede contenerlos. Y las
medidas adoptadas hasta ahora por las autoridades para reducir la
exposición humana dejan mucho que desear. Hay algunas prohibiciones
o restricciones para algunos ftalatos en productos para niños
pequeños, en cosméticos o en contacto con alimentos, pero no bastan
para afrontar debidamente el problema.
Es difícil que
la gente de a pie pueda adoptar medidas para autoprotegerse
reduciendo la exposición, aunque sí se pueden seguir algunas
recomendaciones, como evitar o reducir el uso de algunos productos
que se sabe que pueden contenerlos. Pero es necesario que sean los
poderes públicos los que adopten medidas más contundentes,
prohibiendo, por ejemplo, aquellos ftalatos que se consideran más
peligrosos, y desarrollando otras medidas para reducir el empleo de
estas sustancias, como pueden ser: dietil hexil ftalato (DEHP), el
di-isononil ftalato (DINP), el di-iso-decil ftalato (DIDP), el bu-til
bencil ftalato (BBP), el dietil ftalato (DEP), el dibutil ftalato
(DBP), y toda una cohorte con extraños nombres. Una de las mayores
preocupaciones es que algunos de ellos pueden actuar como disruptores
endocrinos, es decir, como sustancias que alteran el equilibrio
hormonal. Sustancias para las que la comunidad científica no tiene
claro que pueda establecerse un umbral seguro, por baja que sea su
concentración, en especial durante el embarazo.
La UE prohibió
su uso en chupetes, tetinas y mordedores infantiles, pero no se han
adoptado las medidas restrictivas debidas para otros muchos usos,
dándose la circunstancia de que sea precisamente en dependencias del
hogar, como el cuarto de los niños, donde más presencia pueda haber
de estas sustancias; al igual que en guarderías: suelos o paredes
empapeladas de vinilo, juguetes, colchonetas y manteles de plástico,
etc. Son compuestos químicos de atención prioritaria si queremos
prevenir problemas de salud en el hogar. Sobre todo teniendo en
cuenta que en los niños, que pueden ser más sensibles a estas
sustancias que los adultos, suelen encontrarse concentraciones más
altas.
La iniciativa
Hogar sin Tóxicos ha comenzado una campaña en la que solicita al
gobierno español que ponga en marcha una estrategia nacional sobre
ftalatos para reducir la exposición humana a estas sustancias, así
como que se promueva (a nivel nacional y europeo) una regulación más
estricta comenzando por la prohibición de los cuatro ftalatos más
preocupantes (DEHP, DBP, DiBP, BBP) y que, entre otras cosas, se
realicen campañas de información a la población y a los
profesionales sanitarios acerca de los riesgos de estas sustancias.
Cómo andamos por
casa?
(Carlos de Prada,
Campaña Hogar sin tóxicos)
Contenido
- Fusión
Bayer-Monsanto. Carlos Vicente
La compañía alemana Bayer consiguió la aprobación de las autoridades regulatorias de los Estados Unidos para la compra de Monsanto, una compra multimillonaria que continúa con el proceso de concentración de los alimentos primarios. Hablamos con Carlos Vicente, especialista en la temática de lo que significa en la práctica dicha fusión
- Reflexiones
sobre la reconversión agroecológica. Facundo Soria
Recordando
- Noche de los
Bastones Largos por Manuel Sadosky
- Doctor René
Favaloro por él mismo
Las últimas
noticias en ambiente y desarrollo.
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS se halla al
aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de
información y debate en el que se trabajan cuestiones globales
(convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales
(cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo general
Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión de las
temáticas ambientales y culturales en aras de la concientización y
la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
- Aumentar el
bagaje de información disponible para el público en general.
- Difundir las
cuestiones ambientales y culturales que se problematizan en la
región.
- Acompañar los
emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo sustentable.
- Facilitar el
acceso a las informaciones generadas en el seno de las instituciones
formales dedicadas al medio ambiente y a la recuperación de las
culturas tradicionales.
- Poner en
conocimiento del público en general disposiciones vigentes que
protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana Buján es
Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y
periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos
décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios
gráficos del país y del exterior.
Es activista
ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva adelante
desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y
las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y
salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción
Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro
del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red
Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de
Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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