por Tharanga
Yakupitiyage
NACIONES UNIDAS,
23 mar 2018 (IPS) - Frente a los viejos y nuevos desafíos que ponen
en riesgo el acceso al agua, la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) dedica la próxima década a reforzar la protección de ese
recurso natural fundamental, pero vulnerable.
La ONU lanzó la
“Decenio Internacional para la Acción: Agua para un Desarrollo
Sostenible” para activar la cooperación en lo relativo a ese
recurso vital por su especial relación con el desarrollo sostenible.
“Es una
iniciativa importante porque arroja luz sobre cuestiones relacionadas
con el agua y el desarrollo sostenible salidas de la Agenda 2030 y de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, destacó el director
de comunicaciones de la Asociación Mundial para el Agua (GWP, en
inglés), Steven Downey, en conversación con IPS
A diferencia de
los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los ODS
tienen metas específicas vinculadas al agua que van más allá de
las cuestiones relacionadas con el suministro de agua potable y
saneamiento.
También tienen
metas específicas para mejorar la calidad del agua reduciendo la
contaminación y la eficiencia en el uso del recurso, para
implementar una gestión integrada y para ampliar la cooperación
internacional y la construcción de capacidades.
Los ODM tuvieron
su propio “Decenio Internacional para la Acción: El Agua fuente de
vida 2005-2015”, que fue insuficiente, según el coordinador
internacional de End Water Poverty, Al-Hassan Adam.
Esas iniciativas
generan un impulso político para hacer frente las crisis hídricas
mundiales, pero también ofrecen un momento para reflexionar, apuntó,
en diálogo con IPS.
“El éxito del
actual decenio depende de no repetir el mismo foco ni los mensajes
que tuvimos en el pasado”, añadió Adam.
Crisis mundiales
Tanto en países
en desarrollo como industrializados, las comunidades deben hacer
frente a numerosas dimensiones de crisis hídricas.
“No hay lugar
en el mundo donde, si no hay crisis, no haya algún tipo de
problema”, observó Downey.
Según el Panel
Internacional de Alto Nivel sobre el Agua (HLPW, en inglés), más de
2.000 millones de personas viven sin agua potable, lo que impacta en
la salud, la educación y el sustento.
En Estados
Unidos, la ciudad de Flint, en el estado de Michigan, concentró la
atención internacional cuando se descubrió que el agua por cañería
tenía un alto y peligroso contenido de plomo.
El metal, que
tiene un efecto particularmente dañino para el desarrollo de los
niños, puso en riesgo la vida de más de 25.000 niñas y niños de
la zona.
Pero el agua por
cañería no apta para el consumo no es un problema exclusivo de
Flint.
Un nuevo estudio
concluyó que más de 20 millones de estadounidenses, de California a
Nueva York, usaban agua de sistemas que en 2015 no cumplían con los
niveles de calidad.
Los contaminantes
hallados en el agua incluyen plomo, arsénico y materia fecal.
El HLPW también
concluyó que unas 3.000 millones de personas, casi la mitad de la
población mundial, sufrían escasez de agua. Si no se toman medidas,
ese número podría llegar a 6.000 millones en 2050, con unas 700
millones que podrían verse desplazadas por la grave escasez de agua
en 2030.
Con un limitado
recurso hídrico, aumenta el riesgo de conflictos.
Se teme que la
escasez del agua sea responsable de la guerra civil en Siria,
mientras las tensiones se acreciente en el noreste de África por una
megarepresa en Etiopía.
La Gran Represa
del Renacimiento de Etiopía, en construcción en el río Nilo, se
convertirá en la central hidroeléctrica más grande del continente
e impulsará el crecimiento económico y la producción de energía
en ese país africano.
Aproximadamente
70 millones de etíopes carecen de electricidad, y una tercera parte
de los más de 102 millones de habitantes viven en la pobreza.
Con la represa,
la industria y el empleo crecerán, lo que será fundamental, pues se
estima que la población de África se duplicará para 2050.
Pero el proyecto
amenaza con provocar una guerra geopolítica por el agua entre
Etiopía y Egipto, que hace tiempo que depende del río.
El Nilo
suministra casi 85 por ciento del agua utilizada por Egipto. Ese país
ya podría sufrir escasez hídrica en 2025, y la represa no hará más
que exacerbar el problema.
“El agua es un
asunto de seguridad”, subrayó Adam en diálogo con IPS. “No la
puedes tratar como un juego de suma cero, hay espacio para la
cooperación”, añadió.
Volviendo a la
naturaleza con responsabilidad
A fin de hacer
frente a los desafíos emergentes en materia de seguridad hídrica,
se necesitan nuevas soluciones.
“La seguridad
hídrica sostenible no se logrará con los mismos enfoques de
siempre”, dijo a IPS el jefe de edición del Informe de la ONU
sobre el Desarrollo de Recursos Hídricos en el Mundo, Richard
Connor.
En el documento,
Connor y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, proponen soluciones basadas en la naturaleza
para lograr una mejor gestión del agua.
Esas soluciones
usan y replican procesos naturales para mejorar la disponibilidad de
agua y su calidad, como son la retención de la humedad del suelo, la
recarga del agua subterránea y los humedales naturales y
construidos.
Las comunidades
han dependido de infraestructura “gris” o construida por la mano
del hombre, como las represas, que ya no serán suficientes para
resolver los problemas vinculados a la escasez del recurso, observó
Connor.
Las soluciones
basadas en la naturaleza, que incluyen infraestructura verde, pueden
sustituir o ir de la mano de la infraestructura gris de forma más
sostenible y eficiente, puntualizó.
El informe apunta
al éxito de esas soluciones naturales en Rajasthan, India, donde
hubo una tala excesiva, que derivó en una de las peores sequías de
la historia.
Pero apoyándose
en la naturaleza, la comunidad pudo recargar sus ríos, elevar los
niveles de aguas subterráneas y aumentar las tierras agrícolas
productivas.
“Sin una
aceptación más rápida de las soluciones basadas en la naturaleza,
la seguridad hídrica seguirá decayendo y, probablemente, también
rápido”, alertó Connor.
Adam apuntó que
si bien las soluciones naturales son importantes, los gobiernos
también deben tomar medidas y hacerse responsables de trabajar para
lograr la seguridad hídrica.
“Si hablas de
las soluciones naturales, pero los gobiernos firman un contrato con
una minera y las empresas contaminan el agua con impunidad, si esa es
la actitud, entonces es mera retórica”, explicó.
“Se trata de
que los gobiernos tengan las agallas para responsabilizar a los
grandes contaminadores; si los gobiernos no asumen esa
responsabilidad, terminaremos con los mismos resultados que la vez
anterior”, añadió Adam.
Downey coincidió,
y subrayó que la gestión del agua debe ser una prioridad nacional y
que todos los actores de todos los sectores deben estar involucrados.
“El agua está
vinculada a todos los sectores, energía, alimentos, salud y
educación”, dijo a IPS.
Para el Decenio
de Acción, el GWP ya comenzó una serie de programas de apoyo que
incluyen la gestión integrada del agua y de la sequía.
“El agua es
irremplazable. Si no tienes agua, ¿qué vas a hacer? No puedes beber
gasóleo”, añadió.
El Decenio
Internacional para la Acción: Agua para un Desarrollo Sostenible
comenzó el 22 de marzo de este año, en el Día Mundial del Agua, y
terminará ese mismo día de 2028.
Traducción:
Verónica Firme
Fuente:
Tharanga Yakupitiyage, Comienza otro decenio de acción por el agua, 23/03/18, Inter Press Service.
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