Es
muy difícil que un fallo judicial logre resolver un conflicto como
el que rodea al complejo ambiental de Cormecor.
por
Virginia Guevara
¿Podrá
la Justicia lo que no pudieron hasta ahora Cormecor, 12 intendentes
del área metropolitana -comenzando por el de la ciudad de
Córdoba-, la Secretaría de Ambiente de la Provincia y varios
organismos técnicos universitarios, a la hora de brindar seguridad y
certezas a los vecinos de Villa Parque Santa Ana?
En
caso de rechazar las objeciones judiciales al Complejo Ambiental,
¿logrará la Cámara Contencioso Administrativa convencer a los
vecinos de Villa Parque Santa Ana de que la cercanía de los residuos
no les arruinará la calidad de vida?
En
caso de darles la razón a los vecinos y establecer que el Complejo
Ambiental no puede hacerse, ¿podrán los camaristas determinar qué
hacer con la basura que en los próximos 30 años genere casi el 65
por ciento de la población de la provincia?
Es
obvio que no se le puede pedir tanto a un fallo judicial.
Pero
lo real es que la Justicia es la única que, a esta altura, puede
aportar a la solución del enorme conflicto socioambiental generado
en torno del futuro de los residuos sólidos urbanos de todo el Gran
Córdoba. Y del todavía mayor problema que la basura representa en
la Capital y en gran parte de las localidades que la rodean.
Repasemos
el panorama. El Complejo Ambiental que Cormecor promete desde hace
cuatro años está frenado por la Justicia hasta tanto la Cámara
resuelva la situación de fondo de una de las causas en curso, que se
acumularon esta semana en la Cámara.
Si el
complejo es autorizado, aún deberá resolverse la licitación para
su construcción y luego concretarse esas obras. Tratar y enterrar
basura en ese nuevo predio nunca demoraría menos de un año.
A
través de su empresa Crese, la Municipalidad de Córdoba notificó
hace ya tres semanas a los intendentes de 20 localidades del Gran
Córdoba que a partir del 1° de agosto ya no podrán enterrar
residuos. Es decir que, lejos de resolverse, el problema del
enterramiento de la basura podría multiplicarse.
La
gestión de Ramón Mestre acaba de anunciar que destinará 100
millones de pesos a ampliar Piedra Blanca, el enterramiento
proyectado para un año, que ya lleva siete años funcionando y que
deberá aguantar un año más.
Cien
millones para una medida que no implica una solución, sino que
consiste en extender la precariedad de ese predio, que no cuenta con
las dimensiones necesarias para permitir un crecimiento de mediano
plazo y que, además, está muy cerca de Nuestro Hogar III, un barrio
castigado por la pobreza y los problemas ambientales. Y también está
relativamente cerca de Villa El Libertador, el gigante popular de la
zona sur.
Desde
el punto de vista técnico, el proyecto de Cormecor es superador de
todas las situaciones actuales existentes en el Gran Córdoba en lo
que a residuos se trata. Lo que se discute es si puede hacerse o no
en el predio ya expropiado en Alto El Durazno. Hasta ahora, los que
dicen que “no puede” hacerse ahí son los vecinos de la zona y el
municipio de Parque Santa Ana.
La
Justicia resolverá si se ajustó a la ley la autorización para que
ese complejo se haga. No tiene por misión convencer a nadie de que
ese complejo sea conveniente, pero lo real es que algún poder del
Estado debe encargarse de esa negociación. Si no, se impondrá un
complejo por la fuerza. O se impondrá la decisión de una minoría.
Fuente:
Virginia Guevara, ¿Podrá la Justicia con un conflicto ambiental?, 27/05/17, La Voz del Interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario