José
Herrera Plaza (Almería, 1955) cursó estudios de Economía en la
Universidad de Valencia. Técnico Superior en Imagen y sonido,
trabaja actualmente, como cámara operador, en Canal Sur TV. Desde
1985 ha seguido de cerca todo lo relacionado con el accidente nuclear
de Palomares. En 2003 fue coautor y coorganizador del libro y
exposición en el Centro Andaluz de Fotografía ”Operación Flecha
Rota. Accidente nuclear en Palomares”. Posteriormente dirigió el
largometraje documental homónimo (2007).
por Salvador
López Arnal
Estamos
en el capítulo VIII, el dedicado a la Duquesa Roja. ¿Quiénes eran
y son los Medina Sidonia?
JH.-
Son una familia de la aristocracia cuyo abolengo se remonta antes de
la formación de España (S. XV) como nación. Casualmente, entre su
retahíla de títulos estaba también la de XVIII Marquesa de los
Vélez, cuyo antiguo dominio se extendía por el norte de la prov. de
Almería y el propio pueblo de Cuevas del Almanzora, de cuyo
ayuntamiento depende la pedanía de Palomares.
JH.-
A nadie le cabía en la cabeza su voluntad de ayudar a aquellos
desamparados, a pesar de vivir en un país con fuertes vínculos
cristianos, donde se oraba reiteradamente con hermosas palabras como
mantras los domingos y fiestas de guardar; pero palabras huecas,
desprovistas de sentido y significación. La práctica diaria del
ciudadano medio se contradecía con los postulados teóricos de su
religión. Por eso en la Agencia Efe, en el mandato de Carlos Mendo,
le pusieron ese apodo, porque la atipicidad de su conducta únicamente
podría obedecer a un posicionamiento ideológico de tipo comunista.
Ella misma nos lo explicó con clari dad: Franco, al que protestaba
por algo, lo metía en el partido comunista de entrada (…) y por
otra parte el PC tenía gran interés en meter a todo el que
protestaba en el partido.
Todo
un capítulo del libro dedicado a ella. ¿No es un exceso por tu
parte?
JH.-
Desde el inicio nos pareció que su intervención y ayuda, por
extensa y relevante, merecía un capítulo aparte. Cuando conseguimos
el dossier inédito con todos los informes policiales realizados por
la Guardia Civil y la policía política de la Dictadura -la
Brigada Político-Social- del archivo de la Dirección General de
Seguridad del Ministerio del Interior, a pesar de resultar muy
interesante e inédito, nos vimos obligados a extractar el relato
para no sobrepasar los límites. Hemos reconstruido los hechos en los
que intervino desde dos puntos de vista radicalmente diferentes: a
través de la autobiografía y los informes policiales.
¿Llegaste
a conocerla personalmente? ¿De qué hablasteis si fue el caso?
JH.-
Fue una de las primeras personas a entrevistar a la hora de diseñar
el contenido del largometraje « Operación Flecha Rota ». Ya
habíamos leído su libro « Palomares. (Memoria) » y el relato por
capítulos en « Sábado Gráfico » , por lo que éramos conscientes
del papel que jugó en la historia posterior al accidente. También
sabíamos que no tenía pelos en la lengua, frente a otros
entrevistados que aquilataban en extremo sus palabras, o aquellos que
todavía se comportaban como si estuviésemos aún en los 60, en
plena Guerra Fría, con la mirada esquiva y sudorosas manos.
Con
la entrevista en cámara nos atuvimos estrictamente al cuestionario.
Personalmente tenía mucho interés en saber cuáles eran las razones
para abandonar la comodidad de su estatus y meterse en un fregado que
le costó la cárcel. Terminamos y nos acompañó hasta la puerta
principal del Palacio. Cuando bajábamos las escaleras de piedra
hacia la salida recordó cómo, cuando era niña, siempre utilizaba
la entrada de servicio. En la década de los 40 y 50, su madre tenía
ocupado ese recinto de la entrada con un dispensario, donde se
servían comidas a los abundantes menesterosos de San Lúcar de
Barrameda (Cádiz). Según su progenitora, el alimento era la mejor
medicina para aquellas gentes.
Un
resumen: ¿qué es lo que hizo de destacable cuando se produjo el
accidente atómico? ¿Vivía cerca de allí? ¿Tenía amigos en la
zona? ¿Propiedades acaso?
JH.-
Cuando se publicó la noticia del accidente, apenas le prestó
atención. Ni vivía cerca de allí, ni tenía amigos, ni
propiedades. Preparaba un viaje de unas semanas a Francia. Fue allí,
cuando leyó en la prensa francesa que los pícaros palomareños se
estaban aprovechado de la proverbial generosidad norteamericana,
entonces le interesó comprobar si era verdad o era una de las
hábiles intoxicaciones de los servicios de inteligencia de la
embajada norteamericana.
¿Visitó
el lugar siniestrado? ¿Cómo fue recibida por los campesinos del
lugar? No creo que les visitaran muchas duquesas. ¿Cómo fue
consiguiendo la confianza del paisanaje?
JH.-
Ella conocía bien cómo se había comportado el ejército de los
EEUU cuando se construyó la base de Rota y cual era la actitud del
país anfitrión en el desamparo de sus ciudadanos frente al coloso.
Por eso no creyó del todo lo que había leído en Francia y en
algunos diarios nacionales, como el ABC. Decidió acudir directamente
a Palomares. Allí pudo comprobar sus peores sospechas. La noticia de
su llegada corrió como la pólvora en la zona. Cuando llegó la
Duquesa, los vecinos ya se sentían indefensos. Faltaban 3 días para
los dos meses del accidente. Los adeptos a la ilustre visitante
fueron aumentando al comprobar que su única intención era
prestarles ayuda. El lechero Paco Flores sentencia: Ni los españoles
ni los norteamericanos; lo que estuvieron fue engañando. Si supimos
algo fue por ella.
¿Fue
amenazada a muerte por el Capitán Calín? ¿Qué capitán es ese?
JH.-
Era el jefe de línea de Cuevas del Almanzora. Tras el accidente, fue
el que delimitó un perímetro de seguridad de 3 km de diámetro. En
un momento de tensión entre los dos, desenfundó su pistola y la
amenazó de muerte. Pero no era la primera vez que él u otro mando
local le amenazaba. Según ella, utilizaban sus “sutiles” maneras
de persuasión: Me dijeron, o te vas o te partimos la boca, así de
claro.
¿Y
los americanos, cómo reaccionaron los americanos? Pensarían que
estaba loca tal vez.
JH.-
No existen testimonios ni documentos directos de su reacción.
Puestos a conjeturar, me inclino a pensar que se sentirían
perplejos, al igual que los españoles. Con posterioridad ambos
gobiernos diseminaron la teoría que le movía la venganza, por haber
sido expropiada de unos terrenos, cuando se iba a construir la Base
de Rota. La filantropía, la solidaridad, el amar a los demás como a
uno mismo, según el mensaje de Jesucristo, no era procesable por las
neuronas de los jerifaltes, ni por los partícipes en las liturgias
dominicales, los rosarios vespertinos, romerías y semanas santas, ni
mucho menos por aquellos que en su dinero tienen escrito en Dios
confiamos (in God we trust).
Hablas
de manifestación y de cárcel en uno de los apartados del capítulo.
¿Qué manifestación es esa?
JH.-Se
había organizado en Palomares una manifestación a Madrid para
presentarse en la Embajada norteamericana el 17/01/1967, cuando se
cumplía el primer aniversario del accidente. El descontento,
respecto a su salud y las minusvaloraciones de las reclamaciones o
agravios comparativos, no había hecho más que crecer en un
significativo sector de la población. Ese día se prepararon unos 60
vecinos para viajar en el autobús que había fletado Luisa Isabel.
El vehículo se hallaba en Cuevas, a unos pocos kilómetros de
Palomares. Iban a realizar el camino que les separaba del autobús a
pie, acompañados por unos 200 familiares y amigos. Nada más
comenzar aparecieron una centena de guardias civiles pertrechados
para el combate: escopetas Mauser, subfusiles, munición completa,
como único equipo antidisturbios para unos agricultores desarmados,
acompañados de sus esposas.
¿Quién
o quiénes fueron a la cárcel?
JH.-
Se detuvo a la duquesa y a quienes exigieron a los guardias civiles
una explicación. Fueron Francisco Cervantes y su hermana, vecinos de
Vera y propietarios de los terrenos donde se asentó 3 meses el
campamento norteamericano sin permiso y sin respuesta por la demanda
de alquiler.
Citas
una carta de 20 de diciembre de 1966 dirigida nada menos que al
dictador golpista y fascista. ¿Qué carta es esa? ¿Quiénes la
firmaron? ¿A quién iba dirigida? ¿La escribió la Duquesa Roja? Te
pregunto a continuación por ello.
Cuando quieras.
Fuente:
Salvador López Arnal, “La Duquesa Roja fue amenazada de muerte por el Capitán Calín”, 20/04/17, Rebelión. Consultado 20/04/17.
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