La Provincia
podrá violar ocho leyes que les exige a los loteos privados.
por Virginia
Guevara
No fue un
aprendizaje fácil. Costó una verdadera tragedia en Sierras Chicas
hace un año y medio. Pero la lección parecía aprendida por muchos:
el desarrollo urbano sin controles y sin ley puede agravar de modo
determinante los estragos que produce la naturaleza.
Desde el aluvión
de Sierras Chicas, la presión social sobre los nuevos loteos y
urbanizaciones fue creciente -tanto por los desmontes que suponen
como por las zonas inundables donde avanzó la construcción o la
carencia de servicios para los nuevos barrios- y obligó al Estado
a ejercer controles que antes se pasaban por alto: estudios de
impacto ambiental, factibilidad de cada servicio, audiencias públicas
y, en el Gran Córdoba, planes regionales para moderar el uso del
suelo y ordenar la urbanización.
La ilusión de
avance -trabajoso y conflictivo, sin dudas- duró hasta esta
semana. El miércoles pasado, la bancada de Unión por Córdoba
resolvió que cuando el que lotea o “promueve” los nuevos loteos
es el Estado, en cualquiera de sus estamentos, buena parte de los
controles podrá obviarse.
En esencia, la
ley aprobada anula otras ocho leyes para el caso de loteos estatales
y reemplaza todos esos controles por una “factibilidad” que
otorgarán los intendentes o jefes comunales.
Las excepciones
apuntan -en primera instancia- a apurar el avance del plan de
loteos sociales LoTengo. Lo concreto es que aquellos intendentes que
le nieguen esa factibilidad a la Provincia se quedarán sin
posibilidad de que se ejecute el loteo en su localidad.
Entre las leyes
que no regirán para los loteos oficiales, están la 4.146 (Régimen
de Fraccionamiento de Loteos), la 5.735 (Régimen de Inmuebles
Fraccionados en Loteos), la 7.343 (Principios Rectores para la
Preservación, Conservación, Defensa y Mejoramiento del Ambiente),
la 8.548 (Orgánica de la Dirección de Agua y Saneamiento), la 9.595
(Convenio de Avance para el Plan de Ordenamiento Territorial del Área
Metropolitana de Córdoba), la 9.841 (Regulación de los Usos del
Suelo en la Región Metropolitana de Córdoba), la 9.867 (Creación
de la Administración Provincial de Recursos Hídricos) y la
resolución N° 646/2005 (Certificado de Factibilidad de Agua), la
10.208 (Política Ambiental Provincial de Córdoba) y el decreto
774/02 de Epec.
La única
explicación que expuso el oficialismo fue la de acortar los plazos.
Toda la oposición cuestionó la ley y el Foro Ambiental Córdoba
solicitó al gobernador Juan Schiaretti que la vete, con un argumento
políticamente impactante: eximir a los loteos sociales del
cumplimiento de las leyes de ordenamiento territorial y protección
ambiental contradice la intención de beneficiar a sectores más
vulnerables.
El otro costado
de la discusión es todavía más álgido: que una Legislatura decida
que se puedan incumplir ocho leyes es cuanto menos contradictorio.
Por más que se trate del Estado.
Y luego viene el
confuso mensaje que los legisladores y la Provincia envían a los
urbanizadores y desarrollistas privados. Ese mensaje indica que no es
importante el cumplimiento de las leyes, que la premura justifica la
falta de controles y los planes de uso del suelo pueden ser letra
muerta en cualquier momento.
Todo esto en una
provincia donde habilitar un loteo lleva años si se respetan las
leyes. ¿Cuánto pasará hasta que los desarrollistas privados
ofrezcan lotes “sociales” y reclamen las mismas excepciones?
Fuente:
Virginia Guevara, Leyes para todos, menos para el Estado, 06/08/16, La Voz del Interior. Consultado 08/08/16.
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