Los operadores de la devastada central nuclear de Fukushima en Japón han anunciado planes para remover 400 toneladas de combustible gastado altamente irradiado, en una operación sin precedentes que comenzó el lunes 18 de noviembre. El investigador nuclear Harvey Wasserman cree que el procedimiento es altamente riesgoso, y que toda la central, deben sacarse de las manos del operador Tokyo Electric Power (TEPCO).
En esta entrevista con GRITtv, Wasserman explica cómo se han almacenado las barras de combustible del reactor número cuatro desde el terremoto y tsunami que afectaron a la central de Fukushima Daiichi en marzo de 2011. No pueden calentarse, exponerse al aire o romperse sin liberar gas letal, pero la piscina de enfriamiento en la que han estado se está filtrando y es posible que esté corroída por el agua de mar y nunca podría resistir otro temblor o terremoto. La piscina también se encuentra a 30 metros de altura.
“Estas barras deben llevarse al suelo. Algo que nunca se ha hecho bajo circunstancias semejantes”, dice Wasserman. Pero como activista de 40 años en este campo, a Wasserman le preocupan especialmente el operador, TEPCO.
“Creo que obtuvimos mejor información de la Unión Soviética sobre Chernóbil que la que estamos recibiendo de TEPCO y de los japoneses sobre Fukushima”, dijo a GRITtv.
Una petición con más de 150.000 firmas fue entregada a las Naciones Unidas a principios de noviembre, llamando a que el mundo tome medidas. ¿Pero quién? Como señala, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se encarga de promover la energía nuclear”.
¿Qué significa todo esto de la perspectiva de una energía nuclear segura y la “nueva generación de centrales” que apoya el gobierno de Obama? ¿Y qué pasará con los Juegos Olímpicos de Tokio? Las respuestas de Wasserman no son tranquilizadoras.
Laura Flanders: Lo vimos en una pequeña secuencia de vídeo [entregando su petición a las Naciones Unidas]. ¿Cuánto se tardó en juntar esa petición?
Harvey Wasserman: Solo algunas semanas. La presenté y en menos de un mes tuvimos 115.000 firmas en MoveOn, 40.000 en Roots Action; el Green Shadow Cabinet juntó a unas doscientas organizaciones. Fue muy rápido.
LF: Lo excitante respecto a su petición fue, por lo menos es lo que me pasó a mí, ¡que se comenzó a prestar atención a lo que estaba ocurriendo en Fukushima! Cuando leí, no la prensa estadounidense, sino la prensa internacional, me aterroricé.
HW: Debería estar aterrorizada. La situación en Fukushima es abrumadora. Llevo 40 años combatiendo la energía nuclear, lamento decirlo, cuando acuñamos la frase “No a las plantas nucleares” en 1973. En todos los años que hemos estado tratando con la energía nuclear, nadie nunca consideró tres colapsos simultáneos y cuatro explosiones en un solo sitio de reactores.
No se trata de reactores soviéticos, son reactores de General Electric. Hay dos docenas en Estados Unidos prácticamente idénticos a los de Fukushima.
LF: ¿Cuál es la situación en Fukushima, y cómo afecta al agua y los alimentos en el mundo?
HW: Parte del problema con respecto a la situación en Fukushima es que no lo sabemos todo. El lugar está controlado por Tokyo Electric Power (TEPCO), que es una corporación privada. La infame TEPCO y el gobierno de Japón son los responsables, y el gobierno de Japón se muestra muy poco comunicativo cuando se trata de informar sobre la instalación en Fukushima.
LF: Bueno, estoy segura de que han estado muy ocupados por conseguir los Juegos Olímpicos.
HW: Sí, bueno, consiguieron eso, por desgracia. Puede que en algún momento tengan que cancelarlos, pero el gobierno japonés tiene una administración muy pro nuclear y está causándonos muchos problemas. Creo que obtuvimos mejores información de la Unión Soviética sobre Chernóbil que la que recibimos de TEPCO y de los japoneses sobre Fukushima.
LF: La información que estuvimos recibiendo este verano incluía revelaciones de que 300 toneladas de agua tóxica se filtraban en una semana, y luego en otras noticias, de que 300 toneladas se filtraban a diario al Océano Pacífico.
HW: Cada día, y esto ha sucedido durante dos años y medio, y no hay final a la vista. Podría continuar, como dijo la doctora Helen Caldicott, durante 50 años. Ya hemos detectado radiación de Fukushima frente a la costa de Alaska. Hubo un estudio de atunes pescados frente a la costa de California; los 15 tenían radiación de Fukushima.
LF: ¿Suficiente radiación como para ser peligrosa?
HW: No son atunes que se puedan comer. Esto es algo realmente, realmente serio, Laura. Miro en Internet todos los días; estoy recibiendo informes del Pacífico, a los que solo me puedo referir como apocalípticos: grandes zonas muertas, radiación detectada por doquier. La radiación incluso en pequeñas dosis, cesio, estroncio, yodo, se "bioacumulará". Si se recibe una dosis relativamente pequeña en alguna alga marina, vendrán los peces; comerán suficientes algas hasta que sea significativa; serán ingeridos por la cadena alimentaria; nosotros estamos arriba en la cadena alimentaria; es muy serio.
LF: Al analizar la situación con más detenimiento, resulta que este mes el gobierno de Japón reacciona ante la crisis de verano diciendo, vamos a tomar medidas. Una de las acciones que parece estar emprendiendo es este procedimiento de reposición del combustible gastado que parece complicado…
HW: Se trata de una crisis de envergadura. Finalmente conseguimos un artículo en The New York Times que se ha surpimido en los medios importantes estadounidenses, "Removing Fuel Rods Poses New Risks at Crippled Nuclear Plant". Gracias a Dios por su programa y por Internet.
Hay una piscina de combustible gastado a 30 metros de altura, brillante diseño. John King en CNN la llamó “una tina de baño en el tejado”. No tiene contención por encima, y cuando ocurrieron el terrremoto y el tsunami, la unidad 4 perdió combustible. Hicieron inspecciones en esta piscina y una buena parte es muy radiactiva, y el asunto ha estado suspendido a 30 metros en el aire desde el accidente. Realmente se incendió en un punto y tuvieron que echar agua de mar, que es corrosiva. Hay escombros en la piscina; no conocemos la condición de las barras de combustible y hay que sacarlas de ahí porque, Dios no lo quiera, si hay otro terremoto… Si uno es suficientemente fuerte para lanzar esas barras de combustible al suelo, están revestidas de una aleación de zirconio que se inflamará espontáneamente si se expone al aire. El zirconio es el material que se usaba en cubos de flash que se queman muy rápido con mucho brillo. Si hay un incendio de ese material, se ha visto que hay suficiente cesio radiactivo en esas barras para exceder el liberado en Hiroshima en un factor de 14.000. Estamos hablando de inmensas filtraciones de radiación. Por lo tanto hay que bajar a tierra esas barras. Nunca se ha hecho bajo circunstancias semejantes.
LF: La compañía TEPCO distribuyó ese vídeo, de la operación. ¿Dice realmente que la ONU podría hacerlo mejor y que debería intervenir y hacerlo en su lugar?
HW: El problema es que no estamos solamente entre una roca y un sitio duro, una roca ha caído sobre nosotros. Hay más de 1.300 barras de combustible radiactivas en su interior. A fin de sacarlas apropiadamente tienen que estar en una condición decente, porque hay que extraerlas de un arreglo. Si están dobladas, deformadas, si son resquebradizas, si están hinchadas, no sabemos si van a salir, y hay que extraerlas.
LF: Mi pregunta sigue siendo: ¿está mejor equipada la ONU para hacer esto que TEPCO?
HW: Sí. TEPCO es una corporación privada. Sigue vinculada al dinero. Arne Gunderson, un gran ingeniero nuclear, escribió a la empresa y le dijo que tiene que cavar una trinchera entre la montaña, en la cual el agua corra a una tasa de 300 toneladas diarias, y la central, para poder desviar el agua. Le respondieron y le dijeron ¿sabe? No nos alcanza el dinero. De modo que tenemos que tener una situación en la que haya fondos ilimitados. No es el caso de TEPCO, ni siquiera el del gobierno japonés.
LF: ¿Quién será entonces?
HW: Tiene que ser la comunidad mundial, esa vaga entidad. Tenemos que tener a los mejores científicos, los mejores ingenieros y medios ilimitados para enfrentar la situación. Es un evento apocalíptico.
LF: Usted reunió 150.000 firmas en una petición pidiendo exactamente eso, pero concretamente, ¿qué quiere en términos de acción y por quién?
HW: Tenemos que averiguar cómo sacar las barras de combustible de la unidad 4; tenemos que sacar del servicio activo a las unidades 3, 2, y 1. Nunca pensé que me oiría diciendo eso, pero tenemos que descubrir dónde están realmente las barras fundidas de las unidades 1, 2 y 3 -faltan tres barras.
LF: ¿Pero quiénes son “nosotros” en este caso?
HW: La comunidad mundial. Se sabe que el Océano Pacífico está en juego en este asunto. Sé como esto suena –mire, nosotros ya hemos perdido el Golfo de México. De modo que tenemos un poco de entrenamiento en esto. El Océano Pacífico está en peligro. La radiación estará en California dentro de un año.
LF: ¿Quién entonces?
HW: Existe un Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en la ONU. Es el problema que enfrentamos. Si pedimos a las Naciones Unidas que tome medidas, nos enviarán al OIEA, pero el OIEA promueve la energía nuclear, y por eso todos los estudios de la ONU y de la Organización Mundial de la Salud no muestran correctamente el impacto de la radiación atómica en la salud. No son una fuente objetiva.
LF: Estoy cada vez más desalentada, Harvey.
HW: Hemos estado encarando esto durante mucho tiempo, y sabíamos que algo semejante iba a ocurrir, y ni siquiera es el peor de los casos. Si el terremoto que tuvo lugar y causó el tsunami a 120 km de la costa de Japón hubiera sido 32 kilómetros más cerca, toda Fukushima se habría convertido en escombros.
LF: ¿Cómo hemos visto en las Filipinas después del tifón?
HW: Escribí un artículo en 1979 burlándome de la central nuclear propuesta que iban a construir. No la construyeron, pero hubiera estado justo en el camino de ese tifón en particular.
LF: Todo esto tiene lugar ante la continua discusión respecto al cambio climático, pero también hay que decir que existen algunos científicos en las altas esferas -algunos de los que han ayudado a alertar al mundo ante los peligros del cambio climático, estoy pensando en James Hansen de la NASA y otros en todo el mundo- que recientemente pidieron a las organizaciones ecologistas que reconsideren la energía nuclear porque la eólica y la solar simplemente no cubren nuestras necesidades.
HW: No han hecho sus deberes. Lo que llamo "solartropia", la mezcla de energías verdes, puede realmente cubrir nuestras necesidades energéticas. No han mirado a Alemania… El aumento en eficiencia y la baja de los costes de las energías renovables. Todo está allí.
Tampoco han evaluado los verdaderos impactos de la energía nuclear, que son considerables, en el calentamiento global. [Hay muchas] emisiones de carbono en la minería y la molienda, en el proceso de gestión de los residuos, y el coste de los reactores está fuera de control; no pueden conseguir hacerlos seguros; no es una opción viable. Queremos ver una evaluación de los impactos en el calentamiento global de Fukushima, de esas cuatro explosiones, del continuo proceso para enfrentar la situación, y no me gusta decirlo, pero del próximo accidente. Es lo que realmente me asusta.
LF: ¿Y respecto a la próxima generación de centrales nucleares? Obama dice que se están preparando dos nuevas que serán mejores, más seguras, más pequeñas, una generación completamente diferente.
HW: Es un mito. Respecto a esas nuevas plantas nucleares están diciendo lo mismo que dijeron de las originales hace 50 años. No va a ocurrir. No hay dinero; hemos visto esas tecnologías; han fracasado. Sabes que Bill Gates y Paul Allen de Microsoft han invertido unos cientos de millones de dólares, dinero de bolsillo para ellos; lo descontarán en sus declaraciones de impuestos; gastarán y gastarán y gastarán dinero público; fracasará, y tendrán que limpiar el caos que habrán creado. La realidad es que las energías renovables funcionan, la energía nuclear es un desastre y seguirá siendo un desastre, y por suerte tenemos a nuestra disposición las opciones "solartropianas".
LF: ¿Tiene un mensaje para los atletas, si van a Tokio?
HW: Estuve en Japón a mediados de los años setenta. Incluso escribí un artículo sobre Fukushima en una revista progresista y todos en Japón decían, ¿por qué están construyendo una planta nuclear en una zona de terremotos y tsunamis? TEPCO y los japoneses decían no se preocupen, no sucederá, podemos manejarlo. Ahora dicen lo mismo de una nueva generación de reactores. Tenemos todas las razones del mundo para no creerles. Tenemos las opciones. No volveré a Japón; me encantó Japón. No volveré. Si tuviera parientes allí les diría que se fueran. La situación solo va a empeorar. Empezó hace dos años y medio. La situación en Fukushima es peor que cuando comenzó el accidente. Estamos ante una situación grave, Laura.
LF: Harvey, gracias por asustarme aún más.
HW: Siempre hay una solución; soy optimista. Este es un caso difícil.
Fuente:
Laura Flanders, “Chernóbil fue transparente en comparación con Fukushima”, 19/11/13, Truthout. Consultado 27/11/3.
No hay comentarios:
Publicar un comentario