miércoles, 3 de octubre de 2012

Para el municipio, Dioxitek debe relocalizarse

No cumple con la ordenanza de uso de suelo. Fabrica combustible para centrales nucleares. Hay 57 mil toneladas de desechos.

Tras la clausura a la planta de elaboración de dióxido de uranio que la empresa Dioxitek tiene en barrio Alta Córdoba de la capital provincial, desde la Municipalidad indicaron que, conforme con las normas vigentes, no puede estar funcionando en ese lugar. De esta manera, el Ejecutivo municipal retoma la misma posición que tuvo en 1994, cuando se iniciaron los pedidos en ese sentido.

El 99 % de Dioxitek es propiedad de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) y el 1 %, del Gobierno de la provincia de Mendoza. En la planta de Alta Córdoba, elabora dióxido de uranio, una materia prima que se utiliza para la elaboración del combustible de las centrales nucleares del país. También se elaboran fuentes selladas de cobalto 60, de diversos usos industriales y medicinales.

El viernes pasado, la Municipalidad clausuró las instalaciones de Dioxitek por violar la ordenanza 8.133 de uso de suelo. Facundo Cortés Olmedo, secretario de Gobierno municipal, explicó los motivos de la clausura: “La hemos clausurado porque se vencieron los plazos para que se trasladara”.

“Se aplicó la ordenanza, hay que ver qué posición asume la empresa. Si se va a ir, si no se va a ir, lo cierto es que allí no podría seguir funcionando”, insistió el funcionario.

La historia del pedido de traslado de Dioxitek se remonta a 1994, cuando el entonces intendente, Rubén Martí, comenzó con las gestiones para la relocalización.

Desde ese momento, se sucedieron los anuncios y las promesas sobre un nuevo lugar para radicar Dioxitek. En 18 años se barajaron posibilidades como Los Gigantes y Despeñaderos, en la provincia de Córdoba; San Rafael, en Mendoza, y, por último, La Rioja.

Este diario intentó, durante toda la jornada de ayer, conocer la posición de los directivos de Dioxitek respecto de la clausura. La única información suministrada fue que se encontraban en Córdoba analizando la situación.

Empleados preocupados. Gabriel Gómez, delegado de la Asociación de profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear (Apcnean), comentó que hay preocupación por el futuro de los 85 empleados que trabajan en la planta. En el mismo sentido se expresó Javier Giordano, delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quien agregó que el cierre de Dioxitek “afecta a más de dos mil familias”, en toda la cadena que se abastece con lo producido en Alta Córdoba.

“Que no haya existido una suficiente planificación urbana no es nuestra culpa; no tener adónde ir, mucho menos. Es fácil tomar decisiones cuando las consecuencias las cargan otros. ¿Qué va a pasar si la empresa se ve forzada a cerrar? ¿Qué va a pasar con la ‘capacidad nuclear estratégica’? ¿Qué va a pasar con la disponibilidad energética a futuro? ¿Qué va a pasar con los que directa e indirectamente comemos de esto?”, cuestionó Giordano en un comunicado de prensa.

Gómez, por su parte, admitió que el principal inconveniente es la oposición encontrada en otros lugares. “En todos los lugares donde se estudió la radicación surgieron trabas”, dijo el delegado. Sobre las acciones que está realizando la empresa, explicó que se están evaluando los puntos para presentar el descargo al acta de clausura.

Medida “excelente”. El biólogo Raúl Montenegro, presidente de Funam, calificó la medida dispuesta por el municipio como “tardía pero excelente”. “No tiene margen para seguir funcionando ahí. En realidad se paga el precio por la falta de planificación sobre esto que es una decisión inexorable”, agregó el biólogo, quien recordó que allí quedan miles de toneladas de colas de uranio.

Son desechos que durante décadas se enterraron en el predio. Según datos oficiales de la Cnea, hay allí 57.600 toneladas de colas de mineral de uranio.

A esperar las presiones

por Diego Marconetti

Es de esperar que en la Municipalidad de la capital provincial se reciban presiones de todo tipo para levantar la clausura de la planta de Dioxitek de Alta Córdoba. El motivo es simple de explicar: sin la materia prima que se elabora allí, no pueden funcionar las plantas nucleares, por lo que se vería seriamente afectada la producción energética del país.

Según comentó una fuente calificada de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea), si la clausura de Dioxitek fuera definitiva, las centrales nucleares de Atucha I y II y la de Embalse tendrían combustible garantizado sólo hasta fin de año. A lo sumo, habría capacidad hasta los primeros meses de 2013. Esas centrales producen, según datos oficiales de la Secretaría de Energía de la Nación, siete millones de megavatios hora anuales.

Por otra parte, la relocalización viene complicada desde mediados de la década de 1990, por los rechazos que genera en la comunidad una actividad con estas características.

Ahora, la batalla se presenta en la provincia de La Rioja, donde las trabas no son pocas.

De todos modos, si se radicara en La Rioja, se necesitarían al menos un par de años para su construcción y puesta en marcha. En ese tiempo, es difícil imaginar la planta de Alta Córdoba cerrada o las plantas nucleares paralizadas.

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Fuentes:
Para el municipio, Dioxitek debe relocalizarse, 02/10/12, La Voz del Interior.
A esperar las presiones, 02/10/12, La Voz del Interior.

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