Foto: Michael De Mocker/ The Times Picayune |
El huracán Isaac llega con vientos de 130 kilómetros ,
provoca grandes inundaciones y deja 600 mil hogares sin luz. Los sistemas de
defensa construidos luego de la tragedia de 2005 están a prueba.
El huracán Isaac impactó ayer con ráfagas de más de 130 kilómetros por
hora la región costera del estado de Louisiana, en el sur de Estados Unidos, lo
que provocó inundaciones y millonarios daños materiales. Pero todos los temores
estaban puestos en Nueva Orleans, donde una crecida de las aguas de más de tres
metros y medio ponía a prueba el sistema de protección establecido por las
autoridades tras el devastador Katrina, que hace exactamente siete años
resultó catastrófico para la región, con más de 1.800 muertos.
Si bien Isaac fue perdiendo intensidad y se transformó de
nuevo en tormenta tropical al bajar levemente sus vientos máximos, sigue
causando torrenciales lluvias en el estado de Louisiana y su vecino
Mississippi. “Todavía hay peligros de marejada ciclónica y amenazas de
inundaciones”, alertó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Mientras la gigantesca tormenta avanzaba peligrosamente hacia Nueva Orleans, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense aseguró que el sistema anti-inundación -construido por ellos en torno a la ciudad- resiste los embates de las aguas. “Tenemos confianza en ese sistema que reacciona como debe hacerlo”, sostuvieron los profesionales a través de un comunicado, y ante el recelo de la población. La ciudad cerró sus muros de contención y dispuso un operativo de emergencia que contempla 1.000 integrantes dela Guardia
Nacional y casi 300 policías que están atentos para actuar
frente una situación crítica.
Mientras la gigantesca tormenta avanzaba peligrosamente hacia Nueva Orleans, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense aseguró que el sistema anti-inundación -construido por ellos en torno a la ciudad- resiste los embates de las aguas. “Tenemos confianza en ese sistema que reacciona como debe hacerlo”, sostuvieron los profesionales a través de un comunicado, y ante el recelo de la población. La ciudad cerró sus muros de contención y dispuso un operativo de emergencia que contempla 1.000 integrantes de
Luego del paso del Katrina en agosto de 2005, y en virtud de
las duras críticas a la inacción gubernamental, los ingenieros militares
construyeron 560 km
de diques en Nueva Orleans, con puertas corredizas y 78 estaciones de bombeo
para detener las crecidas. Se gastaron alrededor de 14.000 millones de dólares
en todo el sistema.
Ahora se teme que Isaac atraviese directamente esa ciudad,
causando nuevos destrozos. La tormenta se va desplazando hacia el interior del
país a unos 9 km
por hora, y tiene unos 90 km
de extensión. Pese a ser más chico que el Katrina en dimensión y ferocidad,
los meteorólogos lo califican de malicioso, porque puede provocar cuantiosos
daños. Además, la gran amenaza es que se extienda por varios días, lo que
implica una fuerte presión sobre los sistemas de contención.
A su paso por la costa baja de Louisiana, frente al Golfo de
México, ya impactó con fuerza en algunas comunidades. La más afectada fue
Plaquemines Parish.
Tras la rotura de un dique, fuertes marejadas dejaron
numerosas calles y viviendas bajo el agua. Muchos habitantes lograron ponerse a
resguardo a tiempo gracias a las insistentes advertencias de las autoridades.
Pese a ello, numerosas familias se vieron sorprendidas durante la noche. “El
agua llegó de repente y parecía que íbamos a perder todo”, dijo Gene Oddo, quien
quedó atrapado en el techo de su casa junto a su mujer y su pequeño bebé. “Pasó
todo tan rápido que no tuvimos tiempo de nada”, aseguró.
El temporal dejó más de 600.000 hogares sin luz y numerosos
barrios inundados. Los equipos de rescate se movieron con rapidez y lograron
rescatar a decenas de familias. En Nueva Orleans, el alcalde Mitch Landrieu
declaró el toque de queda para evitar saqueos, como ocurrieron cuando la ciudad
fue arrasada por el Katrina.
Ante la crítica situación, el presidente Barack Obama habló
con los gobernadores de Alabama, Louisiana y Mississippi para ofrecerles ayuda.
Utilizando como referencia la destrucción que causó el Katrina, el mandatario
dijo que “es un importante recordatorio de los efectos a largo plazo que este
tipo de tormentas puede tener en las comunidades”. La verdadera capacidad de
destrucción de Isaac quedará demostrada recién el fin de semana, aunque
estimaciones preliminares hablan de US$ 2.500 millones de pérdidas y daños,
sólo en costas de Louisiana.
Fuentes:
Nueva Orleans, otra vez bajo el agua a siete años de Katrina, 30/08/12, Clarín. Consultado 30/08/12.
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