por Fernando Berdugo
Este es el Centro Atómico Ezeiza, provincia de Buenos Aires.
Cuenta con una dotación del orden de 440 agentes, incluidos becarios e
investigadores externos, y es sede del Instituto de Tecnología Dan Beninson. Se
caracteriza por tener grupos técnicos, plantas piloto y semi industriales, y
laboratorios con capacidades destacadas en las áreas de producción de
radioisótopos, producción y desarrollo de radiofármacos y uso de radiaciones ionizantes, así como
también en las áreas de servicio y divulgación de sus aplicaciones. La mayoría
de los radioisótopos que la
Argentina requiere en el ámbito de la salud humana y para
aplicaciones agropecuarias e industriales son producidos en este Centro
Atómico. Además, en él se gestionan los residuos radiactivos generados en el
país.
Instalaciones relevantes:
Instalaciones relevantes:
Reactor de investigación RA 3, utilizado para producción de radioisótopos para uso medicinal e industrial, investigación y ensayo de materiales
Ciclotrón para Producción de Radioisótopos
Planta de Producción de Radioisótopos
Planta de Producción de Molibdeno 99 por Fisión
Planta de Fabricación de Fuentes Selladas de Cobalto 60
Planta Semi Industrial de Irradiación
Otras instalaciones: 23 instalaciones, plantas y laboratorios principales y 16 laboratorios e instalaciones menores
En su predio se encuentran instaladas las plantas
industriales de las empresas asociadas a la CNEA : Combustibles Argentinos Sociedad Anónima
(CONUAR S.A.) y Fabrica de Aleaciones Especiales (FAE S.A.).
En marzo de este año un juez federal le solicitó al
hidrogeólogo Fernando Máximo Díaz que llevara a cabo pruebas en el agua cercana
al Centro Atómico de Ezeiza, cerca del aeropuerto internacional de Ezeiza, al
noroeste de la ciudad de Buenos Aires, debido a la supuesta infracción de los
Artículos 200 y 207 del Código Penal, referidos a la contaminación de las
fuentes de agua potable.
Díaz descubrió que el 74 % de las muestras de agua tomadas en
las cercanías de la instalación atómica CONTENÍAN niveles de contaminación por
URANIO superiores a la norma de 15µg/l establecida por la Organización Mundial
de la Salud.
El informe confirmaba que el Centro Atómico de Ezeiza había
operado sin controles del gobierno, señalando "las aguas subterráneas
están contaminadas con uranio en una superficie de 2500 hectáreas .
Había uranio natural e incluso uranio enriquecido, este último solo producido
por actividades humanas. El valor más alto de uranio hallado en la zona (56
ug/L = microgramos por litro) supera en casi tres veces el estándar de 20 ug/L.
También hay un pico de radiactividad (actividad Alfa total) y de uranio en el
llamado Campo 5, donde se descargaban antiguamente residuos radiactivos".
El informe agrega que el 74 % de los pozos muestreados tiene agua no potable.
Desde que inció allí sus actividades, en el año 1957, la CNEA conocía a través de sus
propios informes internos que descargar residuos radiactivos líquidos al
subsuelo y a las aguas subterráneas era sumamente peligroso, pese a lo cual
utilizó desaprensivamente tres trincheras para hacerlo.
El Laboratorio Central de Salud Pública de la provincia de
Buenos Aires manifestó que la situación "no es alarmante", pese a que
recomendó "realizar un estudio integral, con criterio precautorio", mientras los habitantes de los municipios de La Matanza , Ezeiza y Esteban
Echeverría beben agua ¨sospechada¨ de contener elementos radiactivos. La CNEA sigue negando y
apelando, tal como hizo en Malargüe, adonde, al fin, se le condeno.
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