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Muy buenas. Hoy vamos a tener una charla que nos va a dejar pensando mucho, y voy a ser muy breve en este principio del programa.
La Paleoclimatología es una disciplina apasionante. Es algo así como el trabajo de un detective: con reportes escritos (sea en piedra, sea en computadora) van revisando los testimonios de quienes registraron cómo estaba el clima en su época.
Pero claro, no alcanza porque somos bastante nuevitos en este planeta que tiene una larga historia climática. Y ahí sí que hay que tomar la lupa, el microscopio y salir a ver qué nos dicen los antiguos hielos, los centenarios árboles, el polen atrapado en resinas prehistóricas. Es de veras un desafío admirable para que nosotros, los que estamos en esta punta del tiempo (suponiendo que el tiempo tenga puntas, pero en fin, que mi mirada es de la modernidad) conocer cómo fluctuaron los climas del planeta.
Hay un período bastante reciente, en términos históricos, que se estudia como La Pequeña Edad de Hielo, un período que abarcó aproximadamente desde el siglo XIV hasta mediados del siglo XIX, y es uno de los capítulos más extraordinarios en la historia del clima, porque modificaron la geografía, el comercio, la cantidad de habitantes del mundo. ¿por qué?
Se lo conoce también como Mínimo Climático de la Edad Moderna y fue un tiempo que sufrió un enfriamiento generalizado. Hubo eventos climáticos extremos, inviernos muy fríos, glaciares que avanzaron a zonas donde nunca antes.
¿Sus causas? Por un lado, la actividad solar, los cambios como el llamado Mínimo de Maunder, que redujeron la radiación solar que llegaba a la Tierra, que claro, la enfrió. Otra fue la actividad volcánica, hubo un particular aumento de erupciones que liberaron partículas que bloquearon la radiación solar y enfriaron la superficie. Otra causa fueron las oscilaciones oceánicas como La Niña, que enfriaron las temperaturas superficiales del océano, generando un efecto dominó en el clima global. Y, aunque en una muy menor medida, la actividad humana a través de la deforestación (recordemos que se potenciaron las talas de bosques en todo el mundo para quemar como combustible, y las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de ellas.
Decía al principio que La Pequeña Edad de Hielo dejó huellas muy fuertes en la historia, en la cultura y hasta en la geografía.
Viniendo de una época llamada “Optimo medieval” en la cual hacía calorcito y los cultivos se expandieron hasta casi el Mar de Norte, se lograron dos cosechas por temporada en vez de una, y la población prosperó y aumentó. De pronto zás, alguien abrió la heladera y todo se vino abajo. La escasez de alimentos y las durísimas condiciones climáticas redujeron sensiblemente la población: la gente moría de hambre o moría de frío. Esa escasez de alimentos desempeñó un papel en el inicio de la Revolución Industrial, ya que había que hacer algo y buscar soluciones. Hubo eventos insólitos como la llamada Gran Inundación del Támesis en Londres, que encima se congeló por completo.
La Pequeña Edad de Hielo nos muestra ejemplos y nos da lecciones importantes para abordar la crisis climática. Claro que las causas de ambos fenómenos son diferentes, pero nos muestran la enorme dependencia del clima que tenemos los humanos. Altamente recomendable es el libro de Brian Fagan, La Pequeña Edad de Hielo, es delicioso como un helado, y hablando de helados, quiero cerrar con una deliciosa pequeña anécdota que allí se cuenta: en el centro de Europa había un pueblo tan pequeño en la montaña, que para cada Navidad debía tomar prestado un organista de la ciudad cercana para poder hacer música y celebrar la Nochebuena. Pero, ese año, hacía tanto frío que todos los caminos estaban bajo el hielo y la nieve, y nadie podría subir a tocar el órgano en esa noche especial. La gente del pueblo, entonces, decidió no quedarse sin celebrar, se organizó, y compuso una canción especial para cantar entre todos y, al menos, tener música para celebrar esa noche especial. La conoce? Esto es lo que esos pobladores aislados por el clima, compusieron sin saber que hoy, les estaríamos recordando...
Contenido
- Afectividad ambiental. Omar Giraldo
El Dr. Omar Giraldo es un académico investigador que da clases en varias universidades latinoamericanas. Recientemente edito el libro "Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía, estéticas del habitar", con el charlamos sobre el divorcio entre el ser humano y la naturaleza
- Desperdicio de comida y bienes comunes. Fernando Miñarro
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ECOS se halla al aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de información y debate en el que se trabajan cuestiones globales (convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales (cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca, radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
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- Facilitar el acceso a las informaciones generadas en el seno de las instituciones formales dedicadas al medio ambiente y a la recuperación de las culturas tradicionales.
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Conductora
Silvana Buján es Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios gráficos del país y del exterior.
Es activista ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires (2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva adelante desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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