sábado, 7 de noviembre de 2015

Alta Córdoba, a un año de la explosión: Desde lejos no se ve


Pasaron 12 meses de un hecho que marcó para siempre a un barrio de Córdoba. Las dudas, los controles, las excusas oficiales, las sensaciones de los vecinos en esta columna de opinión de uno de nuestros periodistas.

por Natalia Lazzarini

Una mascota, las fotos familiares o tu documento nacional de identidad. ¿Qué es lo primero que rescatarías si tuvieses que salir corriendo de tu casa? Supongo que yo salvaría mi guitarra y la máquina de escribir que mi abuelo me regaló cuando me recibí de periodista. Pero uno nunca sabe y siempre es fácil hablar con el diario de ayer en la mesa.

Material o simbólico, todos tenemos reliquias que representan un momento pasado, que se evoca en el presente y nos definen a futuro qué camino debemos seguir. No son pocos los vecinos de Alta Córdoba que perdieron todo esto y más, producto de la desesperación que sobreviene del instinto de supervivencia, post explosión. Por eso dedicamos esta cadena de favores a quienes, durante el año, nos abrieron las puertas de su casa y de su corazón. 

Es que cosas extraordinarias sucedieron aún en el momento de máxima tensión. La luz en la oscuridad, la salida entre el laberinto. Como el perrito que se había perdido y volvía todas las tardes al a casita del Pasaje Cordeiro donde vivía Débora, su dueña. O la historia de Lidia, de calle Avellaneda, que organizó una colecta para los afectados, estando también afectada ella. O el caso de Javier, de calle Argensola, que entre la desgracia se sentó en la vereda a bromear: “Mi casa parece Sarajevo, con perdón de Sarajevo”.

Hoy se usa el término “resiliencia” para describir la capacidad del ser humano de reponerse ante una desgracia. En este año de ir y venir al barrio, nos quedó claro que se salvaron aquellos que le pusieron humor y fe.

Pero claro que es fácil hablar con el diario de ayer en la mano. Hay otros tantos que no lo lograron. Hay que decirlo: por infarto o accidentes cerebrovasculares murieron cuatro personas en dos cuadras y otras cuatro se internaron en grave estado. Sin contar los casos de depresión y hemorragias, ni a los niños que cuando llueve y truena no se pueden dormir.

Son costos difíciles de cuantificar que ojalá pesen a la hora de detener otra tragedia. Para que potenciales inescrupulosos lo piensen dos veces.

A un año de la explosión en Alta Córdoba: cadena de favores

En Alta Córdoba, 16 familias perdieron su casa y otros tantos vecinos, pertenencias. Hoy, necesitan cosas mínimas que nadie les acercó, pero que entre todos, con un poquito de esfuerzo, quizás se las podamos conseguir. Compartilo.

por Natalia Lazzarini

Ayudanos a ayudar. A un año de la explosión de la química Raponi, hay familias que todavía no pudieron volver a su hogar. Y otros tantos vecinos que no se recomponen. A través de esta nota, pretendemos conectar esas necesidades con potenciales personas que puedan llegar a satisfacerlas. En lo que se llama cadena de favores.

Si entre estos requerimientos se encuentra algo que puedas donar, contactáte por favor con nosotros. Mandános un mail a cordoba@diaadia.com.ar consignando el objeto a entregar, una dirección y horario en el que podamos localizarte. ¡Millones de gracias!

Antonio Barrionuevo, es el dueño de la única casa que se salvó del pasaje Cordeiro
“Soy de sangre siciliana. Me gusta el orden y nunca me quedo quieto. Con eso he logrado salir adelante. No me quejo. Siempre uno puede estar peor”. Necesita que le apuntalen la pared contigua a su casa, que le pertenecía a un galpón que fue demolido.

Mercedes Yacante, su casa está ubicada en calle Góngora
Su ánimo decayó notablemente después de la explosión. “Me quiero ir de esta casa. Me trae muchos recuerdos. Justo a esta hora estábamos sentados con mi hermano en esta mesa, tomando mates. Él ya no está, falleció al mes de la explosión”.

Necesita, materiales de construcción y litros de pintura blanca para poder edificar una pieza que quedó destruida.

Javier Martín. Aunque su casa de calle Argensola resultó afectada
Siempre le puso humor y optimismo al asunto. Hasta que en agosto falleció su mamá de un ACV. “Siempre fui muy optimista, nunca me enfermé. Pero este año me pasó de todo. Me falta nomás agarrarme el dengue”. “Veo las manchas de pintura y me acuerdo lo que pasó. Quiero ver las paredes blancas. Lo pinto yo, no tengo problemas. Sé que hay gente que está pasando por lo mismo”.

Necesita 40 litros de pintura blanca para interior y 20 litros para exterior, además de madera para dos postigones.

Patricia Cabañas. Mamá de Pablito Amaya, el joven que resultó gravemente herido después de la explosión 
“Pablo está contenido. Entre la escuela y la terapia ha logrado hacer avances. Pero con la música, él logra sacar todo. Y se cura”.

Necesita un teclado, órgano o piano para que Pablito estudie música.

Lorena Cufré. Familia de Diego Di Pascuale. Su vivienda se encontraba en el pasaje Cordeiro
“Todavía no nos reponemos. Estamos viviendo todos juntos en la casita de una cooperativa”.

Necesita una mesa y seis sillas.

Mariela Puddini. Vive en la zona de la explosión
Aunque su casa no está lista, siempre vuelve al barrio para que su hija Lucía juegue en el limonero.

Necesita un colchón de dos plazas, cuatro sillas y un lavarropas.

Medfel Jachuf. Propietario del galpón donde funcionó el ex taller de autos ZF. El terreno colindaba con la química
“Si los gobernantes paran una semana de hacerse publicidad, ya tenemos las casas listas”.

Infraestructura demolió un departamento que tenía un dormitorio. Necesita materiales para volver a construirlo.

Ramón Iturria. Habitaba una de las viviendas del pasaje Avellaneda que fue demolido
Tuvo que mudarse junto con sus tres hijas y dos sobrinos. Necesita elementos de cocina y asistencia psicológica.

Alta Córdoba: abogado pide extender responsabilidad al intendente Mestre

Mauro Ompré, quien representa a algunos vecinos damnificados, solicitó a la fiscal que analice una posible imputación del jefe municipal y otros funcionarios. Considera que se obvió el requerimiento de un cinturón verde perimetral.

por Laura Giubergia

Un abogado que patrocina a un grupo de vecinos damnificados por el explosión de la Química Raponi, en Alta Córdoba, pidió a la fiscal Eve Flores que analice la responsabilidad del intendente Ramón Mestre, y otros dos funcionarios.

Además de Mestre, Mauro Ompré pide que sea alcanzado por la investigación José María Fernández, secretario de Control y Fiscalización, y José Mario Olmos, director General de Fiscalización y Control.

Según el letrado, la firma Raponi “jamás cumplimentó un requisito esencial y condicionante en absoluto para la consecuente habilitación municipal”, que consta en el artículo 57 de la lista de requerimientos para otorgamiento de habilitación.

La exigencia mencionada en el escrito consiste en “un cinturón verde perimetral de 20 metros lineales como mínimo”, requierimiento de resguardo de seguridad para empresas de alto riesgo. Y entiende que la no declaración de la parcela 10 no exime de responsabilidad penal a los funcionarios que debieron actuar conforme a derecho.

Bajo esta ordenanza, Ompré considera que si Raponi obvió esta exigencia fue por la omisión de los funcionarios municipales que no se lo exigieron, y esa fue la piedra basamental “para que la explosión del 6 de noviembre del 2014 se transformara en una tragedia con pérdida de vidas humanas y cuantiosos daños materiales”.
Fuentes:
Natalia Lazzarini, Alta Córdoba, a un año de la explosión: Desde lejos no se ve, 06/11/15, Día a Día Córdoba. Consultado 07/11/15.
Natalia Lazzarini, A un año de la explosión en Alta Córdoba: cadena de favores, 06/11/15, Día a Día Córdoba. Consultado 07/11/15.
Alta Córdoba: abogado pide extender responsabilidad al intendente Mestre, 06/11/15, Día a Día Córdoba. Consultado 07/11/15.

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