El río Ctalamochita bajó notoriamente, luego de dos semanas
en las que complicó al sudeste cordobés. La situación se normaliza.
La ciudad de Bell Ville respira, al fin, aliviada, tras 20
días en los que una inusual crecida del río Ctalamochita (o Tercero) la tuvo
asediada, con parte de su zona urbana anegada, terraplenes construidos para
evitar mayores desbordes, bombas que extraían millones de litros de agua por
día y una larga serie de complicaciones.
Ayer, el río estaba con 5,60 metros frente a esta ciudad,
casi un metro menos que apenas dos días antes. Respecto del pico de la crecida,
registrado el 4 de marzo, el río bajó 4,25 metros.
La bajante, en la última semana, ya es notoria. Pero durante
15 días el cauce se mantuvo llamativamente alto, como si el río se embalsara a
esta altura. La explicación de los técnicos de Recursos Hídricos es que, al
cauce crecido, se sumó el aporte de las aguas derivadas desde una amplia zona
rural hacia el río, alimentada por las sucesivas lluvias.
En la última semana, la falta de precipitaciones representó
un gran alivio. Como también que se haya reducido el nivel de evacuación desde
el lago Piedras Moras, el último que contiene al Ctalamochita.
De todos modos, la Junta de Defensa Civil local mantiene el
estado de alerta, hasta que el río ya no comprometa las defensas. Mientras,
todos los servicios se han normalizado ya, el tránsito está limitado sólo en
algunas calles y a los vecinos se les solicita precaución en la zona de la
costanera del río, por riesgos de desmoronamientos.
En la vecina localidad de Ballesteros también se está
normalizando la situación tras las serias complicaciones que provocó el agua.
En Idiazábal
A 62 kilómetros de Bell Ville, Idiazábal estuvo una semana
inundado, pero no por la crecida del río Tercero sino por el desborde del
arroyo que la atraviesa, a raíz del agua de lluvias que los campos ya no tienen
capacidad de retener.
El intendente Eliberto Favalli señaló a este diario que “la
situación ha mejorado”, citando que ya no hay calles anegadas ni evacuados,
aunque 20 familias sufrieron daños relevantes en sus viviendas. “Estamos
limpiando y reconstruyendo el pueblo, y Desarrollo Social de la Provincia y de
Nación prometieron ayuda para los damnificados”, dijo Favalli.
Durante varios días, tres bombas debieron extraer de las
calles del pueblo millones de litros de agua.
En Idiazábal, de 1.700 habitantes, sólo recuerdan una
situación similar vivida en 1978, hace 36 años.
Campos afectados
Sobra agua. En el sudeste provincial, suman decenas de miles
de hectáreas las afectadas por las inundaciones, tras las intensas lluvias de
los últimos 45 días. Desde Villa María y Villa Nueva, hasta la zona de Bell
Ville, Idiazábal y Ballesteros, numerosos tambos y amplias extensiones de
suelos cultivados quedaron bajo el agua. Algunas estimaciones preliminares
calculan cerca de 150 mil hectáreas, con diferentes grados de daños por el exceso
de agua.
Fuente:
Bell Ville e Idiazábal, ya más aliviadas, 26/03/14, La Voz del Interior.
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