A las 4 de la mañana del 28 de marzo de 1979, con la falla de una válvula de presión del reactor 2, comenzaba el peor accidente en la historia de la industria nuclear de Estados Unidos. Más de la mitad de la base del núcleo del reactor resultó fundida y se liberaron gases radiactivos a la atmósfera. Unas 100.000 personas huyeron de las ciudades circundantes.
El 1 de abril, el presidente Jimmy Carter llegó a Three Mile Island para inspeccionar la planta. Carter era ingeniero nuclear, y había ayudado a desmantelar un reactor canadiense accidentado, durante su servicio en la Marina de los Estados Unidos. Su visita logró el objetivo de calmar a los residentes locales y a la nación.
El accidente fue calificado como un "accidente con consecuencias más amplias", 5 de 7 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares. La comisión presidencial designada para estudiar el accidente emitió un informe que citó como causas a un mal funcionamiento mecánico, complicado por error del operador y la mala gestión.
Los peores efectos sobre el medio ambiente se evitaron, ya
que sólo una pequeña cantidad de los productos de fisión liberados eran
sólidos a temperatura ambiente. Si bien la mayoría de los
estudios de estuvieron de acuerdo en que los efectos sobre la salud de la población local fueron mínimos, casi 25 millones de dólares de seguros se pagaron a la población
local. La operación de limpieza finalmente
terminó en 1993, con un costo general de alrededor de mil millones de dólares.
7 años después del accidente de Three Mile Island, la
central nuclear de Chernobil en Ucrania explotó y es ampliamente considerado el peor desastre nuclear de la historia. Hace apenas 3
años, la central de Fukushima en Japón sufrió un destino similar, provocada por
un tsunami. Ambos han tenido efectos duraderos en el medio ambiente y
las comunidades locales, y fueron valorados al máximo de 7 en la Escala
Internacional de Sucesos Nucleares.
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