La falta de lluvias impide que las represas se llenen y el
abastecimiento de agua se dificulta. El gobierno cubano ya está adoptando
medidas de emergencia. ¿Qué sucederá si la sequía se profundiza? ¿Deberán pagar
los cubanos por el agua que consumen?
por Maximiliano Sbari Osuna
Mientras la delegación de Cuba en el VI Foro Mundial del
Agua celebrado en marzo en Marsella exigía un acceso universal al agua, para
evitar que esté regido por “despiadadas leyes del mercado y la especulación”,
irónicamente las escasas lluvias mantienen a gran parte de la población cubana
alejadas de este vital recurso.
Los huracanes y las sequías son los principales desajustes
climáticos que sufre la isla, pero esta última es la que afecta tanto a las
zonas rurales como a las principales ciudades: La Habana y Santiago de Cuba.
La inexistencia de grandes ríos provoca que las lluvias sean
las encargadas de abastecer el agua. La estación seca suele presentarse entre
noviembre y abril, pero este año ha sido más árida aun.
Los embalses almacenan el 60 % del agua que consumen los
cubanos, mientras que el resto se extrae de los depósitos subterráneos, que
llegan a los 3.000 millones de metros cúbicos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos, desde la revolución de 1959 la capacidad de almacenamiento de agua
se multiplicó notablemente, dado que pasó de 48 millones de metros cúbicos
hasta casi 9.000 millones de metros cúbicos actuales.
Pese a esas obras de ingeniería, el cambio climático vuelve
a golpear a Cuba con importantes sequías.
Según informes del gobierno cubano, el acceso al agua
potable llega a 10,7 millones de los 11,2 millones de habitantes del país,
mediante acueductos, bombas y camiones cisterna.
Planes de emergencia
Marzo fue uno de los peores meses en comparación con las
precipitaciones de años anteriores, ya que sólo llovió el 70 % del promedio para
esta época.
También, la producción de arroz se vio perjudicada, ya que
la mayor represa de Cuba, el embalse Zaza presenta una gran carencia de agua.
Ante la alerta de desabastecimiento, el gobierno está
volviendo a implementar las técnicas que utilizó en el llamado “período
especial”, cuando además del bloqueo, la Unión Soviética se
había derrumbado.
El principal desafío es llevar agua a través de zonas
montañosas con un buen caudal. Para ello se necesitan obras de ingeniería, que
ya comenzaron a implementarse, pero que darán sus frutos a largo plazo.
La costosa estrategia abarca la construcción de nuevos
diques, canales para el riego, tuberías y unos 80 kilómetros de
túneles que atraviesen las montañas.
El Instituto de Recursos Hidráulicos calcula que el programa
beneficiará a unas nueve provincias, principalmente las que están de la región
oriental, que posee deficitarias reservas de aguas subterráneas.
Además, el gobierno comenzó a concientizar a la población
sobre el ahorro de agua, tanto para el consumo humano como para el ganado.
Medidas impopulares
La aridez de los suelos y las escasas lluvias son los
principales problemas de la falta de agua. Sin embargo, la falta de
mantenimiento de algunos diques y redes de distribución también genera el
desabastecimiento.
El Instituto de Recursos Hidráulicos reconoció que casi la
mitad del agua bombeada hacia La
Habana no logra llegar a su destino por rupturas en las
cañerías, por lo que se deben emplear insumos extra para no derrocharla, como
por ejemplo más camiones y obras de reparación provisorias.
El bloqueo al que está impuesta Cuba también agrava la
situación económica, que se encuentra en pleno cambio, ya que el presidente
Raúl Castro autorizó meses atrás la apertura hacia un incipiente sector
privado, dado que el Estado debe reducirse por falta recursos.
Asimismo, el gobierno estudia nuevas medidas que afectarán a
las economías domésticas, como la posible regulación obligatoria del consumo de
agua y la medición y cobro del gasto, en el mediano plazo, en caso de que la
sequía se profundice.
Santiago de Cuba, posee seis embalses, una nueva planta
potabilizadora y un nuevo acueducto, luego de décadas de problemas en la
distribución de agua por causa de los daños en la infraestructura.
Aunque la sequía de 2005 fue mucho más profunda, el gobierno
ya tomó varias medidas para modernizar las redes de distribución y aprovechar
al máximo los embalses, pero al cambio climático se suma el aumento de la
población y por ende el de las cabezas de ganado y la producción agrícola, que
requieren de más agua.
El gobierno intenta solucionar el problema del
desabastecimiento antes de que la sequía avance, ya que un impuesto al consumo
sería letal para la economía de la población cubana.
Fuente:
Observador Global, 08/04/12, ¿Puede la economía de Cuba afrontar una nueva sequía?
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