Foto: Nucleoeléctrica Argentina SA. |
Un repaso por las estrategias utilizadas por Nucleoeléctrica para ocultar la gravedad de un accidente en la Central Nuclear Atucha I.
Por Cristian Basualdo
Un accidente fatal ocurrió en la Central Nuclear Atucha I el miércoles 7 de septiembre, cuando cuatro trabajadores fueron enviados a realizar tareas de mantenimiento a la playa de maniobras, donde una descarga eléctrica provocó graves quemaduras a Juan José Salazar, que falleció al día siguiente.
Desde un primer momento, tanto Nucleoeléctrica Argentina SA como la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) ocultaron la gravedad del accidente, utilizando diversas estrategias para el suministro de información; comenzando con el silencio: no respondieron las consultas de los medios de comunicación y de las organizaciones no gubernamentales.
El accidente tomó estado público con el paro convocado por los sindicatos con representación en el Sitio Atucha el 8 de septiembre. Así las cosas, las primeras publicaciones se nutrieron de la información brindada por los sindicatos, la única disponible hasta ese momento.
Es importante considerar que Salazar se acercó a una celda de media tensión (6600 voltios) para remover el polvillo de su interior, “pero cuando arrimó la aspiradora, saltó el arco, se ionizó y se produjo una explosión que le incendió todo el cuerpo”, explicó Fernando Pérez, secretario General de ATE Zárate.
La crisis en Nucleoeléctrica se produjo el 9 de septiembre, cuando la palabra “explosión” apareció en los titulares de los medios de alcance nacional, tomemos por ejemplo: “Un operario de Atucha murió a partir de una explosión en la central nuclear” (Clarín 09/09/22), o “Explosión en la central nuclear de Atucha I: murió un trabajador” (La Voz del Interior 10/09/22). Recién entonces, 3 días después del accidente y cuando la demora informativa le jugaba en contra, la empresa estatal salió a perseguir la noticia con un comunicado en el que señaló que “el accidente tuvo lugar en la zona eléctrica convencional de la central. No se registraron explosiones ni riesgos radiológicos de ningún tipo”.
Nucleoeléctrica repite como un mantra que opera las centrales nucleares en forma segura, si fuera cierto no morirían las personas trabajando. Para mantener el mito de la seguridad nuclear, los funcionarios del átomo recurrieron a un viejo argumento: la división entre la zona nuclear (un limbo donde todo funciona a la perfección), y la convencional (el resto de las cosas, donde ocurren los accidentes). En 2014 falleció electrocutado Manuel Serralta, trabajador del Sitio Atucha, y el correspondiente comunicado de Nucleoeléctrica dijo que ocurrió “dentro de la zona convencional no nuclear de la central”.
En la red social twitter Nucleoeléctrica publicita la seguridad de las centrales nucleares. |
Station blackout
El Movimiento Antinuclear de la República Argentina advirtió, en un comunicado emitido el 12 de septiembre, que la ARN no había reportado el accidente en la sección “Información para la comunidad - Informes sobre sucesos notificados” de su página web. El organismo regulador, que suele informar sobre las paradas de las centrales nucleares, los extravíos de fuentes radiactivas, o las inspecciones realizadas, omitió algo tan grave como la muerte de un trabajador.
Recién entonces, 5 días después del accidente, la ARN informó de un “accidente laboral” en la CNA I, mediante un reporte con fecha predatada (lo publicó el 12 de septiembre con fecha 9 de septiembre), en el cual explicó que “el accidente ocasionó un cortocircuito y los sistemas de seguridad, que se mantienen activos durante la condición de parada programada, actuaron de acuerdo a lo previsto, conectándose el sistema de emergencia de generadores diésel”.
La pérdida del suministro eléctrico en una central nuclear es una emergencia grave conocida como “station blackout”. En la CNA I el sistema de suministro de energía de emergencia con generadores diesel es utilizado solo en el caso de una pérdida simultánea de tres fuentes alternativas: la red principal, el turbogrupo, y la red de 132 kV.
Nucleoeléctrica no me respondió una consulta sobre el estado de los sistemas de la central al momento del accidente (sistema de refrigeración del reactor, sistema moderador, etc.). La CNA I había salido de servicio el 3 de septiembre.
De la documentación de la ARN cito un párrafo aquí por extenso dada la importancia de sus palabras: “Si el sistema de energía de servicio falla, ciertos equipos (bombas, etc.) son necesarios para eliminar el calor residual y para operar la planta en condiciones seguras. Este equipo debe permanecer en operación o tiene que ser puesto en servicio, y por lo tanto debe ser alimentado con energía de emergencia”.[1]
La muerte de Salazar pudo evitarse con un acceso de doble chequeo (automático y personal) o mediante llaves electrónicas, dijo a SciDev.Net Orestes Galeano, director del Instituto de Salud y Seguridad de los Trabajadores de ATE.
No se puede soslayar que la Central Nuclear Atucha I es un diseño de 1968, con problemas derivados del envejecimiento físico y la obsolescencia de sus sistemas, sus estructuras, y sus componentes.
Los sindicatos exigieron a Nucleoeléctrica la renuncia del gerente del Sitio Atucha y el desplazamiento de todo aquel funcionario con responsabilidad en el accidente. La empresa estatal no tomó la medida solicitada “hasta tanto no se realice el análisis del evento y las razones que lo ocasionaron”, según publicó Econojournal, pero separó preventivamente del cargo por 60 días al gerente del Sitio Atucha, ingeniero Alejandro Sanda.
Nucleoeléctrica también anunció la creación de un comité para la investigación del accidente, con un ingeniero de la Central Nuclear Embalse (CNE) como revisor independiente. Los gremios reclamaron tener representantes en dicho comité. Cabe señalar que un ingeniero de la CNE no califica como revisor independiente porque es empleado de Nucleoeléctrica. En general, para una persona es difícil señalar los errores que cometió una organización cuando su sueldo depende de que no lo haga.
- Informe de Evalucación de Resistencia Realizada a las Centrales Nucleares Argentinas 2012 - 3.1.6.5. Sistema de Suministro Eléctrico, Página 12 y subsiguientes.
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Siempre la muerte de una persona es lamentable. Pero este blog solo le importa si tiene que ver con una central nuclear. Segun datos del gobierno, en 2020 murieron 512 perosnas en situacion de trabajo. Pero a ustedes les gusta ensañarse con la central.
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