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Activistas de Greenpeace detienen el accionar de una topadora, en la finca Cuchuy, Salta, 10 de enero de 2018. Foto: Hernán Vitemberg / Greenpeace. |
Con
más de un millón de kilómetros cuadrados, el Gran Chaco es el
segundo ecosistema forestal de Sudamérica, después del Amazonas.
por
Hernán Giardini
Los
bosques concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del
planeta y de ellos obtenemos bienes y servicios indispensables para
nuestra supervivencia, como alimentos, maderas y medicinas. Son hogar
y sustento de miles de comunidades indígenas y campesinas, y juegan
un rol fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de
las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos.
Con
más de un millón de kilómetros cuadrados, el Gran Chaco es el
segundo ecosistema forestal de Sudamérica, después del Amazonas. Se
extiende a lo largo de Argentina, Paraguay, Bolivia, y una pequeña
porción en Brasil. Los bosques del Gran Chaco son una de las áreas
más ricas en biodiversidad del planeta, que ayudan a mitigar el
cambio climático al tiempo que albergan una vegetación y vida
silvestre únicas que incluyen 3.400 especies de plantas, 500
especies de aves, 150 mamíferos, 120 reptiles y 100 anfibios. Se
estima que en la región chaqueña existen unas 25 especies de
mamíferos amenazadas, como el yaguareté, el tatú carreta, el
tapir, el oso hormiguero, el aguará guazú, el ciervo de los
pantanos, el lobito de río, y el chancho quimilero; siendo las
principales causas la constante destrucción y fragmentación de su
hábitat y la caza indiscriminada.
Allí
viven 4 millones de personas, muchos son campesinos y pequeños
productores agropecuarios. Cerca del 8 % de sus habitantes son
indígenas, quienes dependen del bosque para obtener alimentos, agua,
maderas y medicamentos. Chaku significa “lugar de caza” en lengua
quechua. En el Chaco argentino hay alrededor de 200.000 indígenas de
nueve pueblos originarios (en su mayoría wichi y qom).
Argentina
se encuentra en emergencia forestal. La Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ubicó a nuestro
país entre los diez que más desmontaron entre 1990 y 2015: se
perdieron cerca de 8 millones de hectáreas, una superficie similar a
la provincia de Entre Ríos. El 80 % de la deforestación se da en
cuatro provincias del Gran Chaco: Salta, Santiago del Estero, Chaco y
Formosa.
Las
consecuencias de la deforestación no son pocas: pérdida de
biodiversidad y de recursos; aumento del cambio climático y de la
desertificación; inundaciones; enfermedades; desalojos de campesinos
e indígenas. ¿Cuál es la solución ante la codicia de grandes
terratenientes que impunemente arrasan con bosques en beneficio de
sus negocios, gracias a la inacción de los gobiernos? Hoy, en el Día
Internacional de los Bosques, esta pregunta resuena aún más (1).
Las principales causas de la pérdida de bosques son el avance de la
frontera agropecuaria, mayormente por la ganadería intensiva y la
soja transgénica. Chaco es la provincia con mayor deforestación en
los últimos cuatro años: 130.000 hectáreas fueron arrasadas en ese
período y ya perdió cerca de 2 millones de hectáreas de bosques en
total. Durante 2019, también fue la provincia que más sufrió las
inundaciones, hecho que volvió a repetirse este verano.
Recientemente un equipo de Greenpeace sobrevoló El Impenetrable y
detectó siete topadoras desmontando en seis fincas (2).
Las
cifras hablan por sí mismas y llaman a la acción inmediata. Sin
embargo, la deforestación no se detiene y junto a ella llegan las
inundaciones. Los bosques actúan como una esponja natural que
absorbe el agua de las lluvias. A su vez, el cambio climático
aumenta la cantidad e intensidad de las precipitaciones. Cada vez
queda más claro que más deforestación significa más cambio
climático y más inundaciones. La urgencia que requiere la crisis
climática y forestal que estamos viviendo no soporta perder ni una
hectárea más. Es hora de actuar.
Hernán Giardini, Coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino.
Notas:
- El Día Internacional de los Bosques se celebra cada 21 de marzo por una resolución de la Asamblea General de la ONU aprobada en 2012. Su objetivo es concientizar sobre la importancia de los bosques en la vida de las personas y del papel crucial que desempeñan en la erradicación de la pobreza, la sostenibilidad medioambiental y la seguridad alimentaria.
- Relevamiento de desmontes en la provincia de Chaco. Enero 2020.
Fuente:
Hernán Giardini, El desmonte, la emergencia constante del norte argentino, 22 marzo 2020, Vía País.
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