Por
qué se encuentra entre las primeras preocupaciones mundiales, qué
contribuciones hace nuestro país al aumento de la temperatura global
y qué consecuencias percibimos en cada región. Inés Camilloni,
especialista en Ciencias de la Atmósfera, explica las principales
claves de este problema.
por
Pablo Nardi
En
los últimos años, la preocupación por el cambio climático ha
ganado terreno. Mientras jóvenes como Greta Thunberg se hacen
escuchar pateando puertas, otros niegan o relativizan su alcance. La
doctora en Ciencias de la Atmósfera e investigadora del Conicet en
el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, Inés
Camilloni, resume las preocupaciones ambientales a nivel a mundial en
articulación con el escenario argentino: las emisiones de gases de
efecto invernadero, las consecuencias del aumento de temperatura en
la Patagonia y por qué ya no hablamos de calentamiento global sino
de cambio climático.
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¿Cuáles son las razones por las que hoy estamos hablando del tema,
mucho más que hace 20 o 30 años?
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Porque tenemos la evidencia científica de que el cambio climático
observado, por lo menos desde la segunda mitad del siglo xx hasta
ahora, es atribuible a acciones humanas. Me refiero al uso intensivo
de combustibles fósiles –la quema de petróleo, de gas natural, de
carbón, para producir energía– y a los procesos de cambio en el
uso del suelo, como cuando uno reemplaza la cobertura natural para
construir una ciudad o para actividades productivas. Por eso la
deforestación y la urbanización son las causas principales del
cambio climático: porque con tales acciones se modifica la
composición química de la atmósfera, se intensifica un proceso
natural que es el efecto invernadero, y eso lleva a que se retenga
mayor cantidad de energía del sol en la atmósfera, lo que produce a
su vez el aumento de la temperatura en el planeta. Al comienzo, se
hablaba de calentamiento global, pero lo que se vio es que no solo
aumenta la temperatura, sino que se modifican otras variables del
tiempo, la humedad, el ciclo del agua, los vientos, las tormentas, y
por eso es que se transformó en cambio climático.
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¿Por qué es tan importante que la temperatura global se altere un
grado o dos? ¿Qué consecuencias tiene ese cambio?
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La temperatura subió 1,1 grado respecto de lo que llamamos el
período preindustrial, antes de que se utilizara de forma intensiva
el petróleo. Primero hay que pensar que el calentamiento no se
distribuye de forma homogénea en toda la tierra, no es que todos los
lugares del mundo se calentaron un grado, sino que en algunos
sectores la temperatura aumentó bastante por encima de un grado, y
en otras aumentó, pero no tanto. El lugar donde más se estuvo
calentando es la región del Ártico; eso explica el derretimiento de
los hielos y el ascenso del nivel del mar. Si la distribución es
heterogénea, los impactos son también heterogéneos: las
consecuencias que estamos viendo, como el ascenso del nivel del mar,
las lluvias cada vez más intensas que dan lugar a inundaciones, las
sequías que provocan procesos de desertificación e incendios
responden al “pequeño” calentamiento de 1,1 grados centígrados.
A lo largo de un día, un cambio no representa nada, pero si lo
pensamos en términos de promedio para la Tierra, es muchísimo.
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¿Cómo impacta el cambio climático en nuestro país?
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Argentina es muy grande, el cambio impacta de distintas formas de
acuerdo a las regiones. La región en la que más aumentó la
temperatura es la Patagonia, donde aumentó un grado, mientras que en
el centro-norte del país aumentó medio grado. Pero los impactos más
sensibles tienen que ver con el agua y la lluvia. Hubo modificaciones
importantes en el Litoral y la Pampa Húmeda, donde no solo llueve un
30 por ciento más que en la década del 60, sino que se modificó la
forma en la que llueve: tienden a darse episodios más separados en
el tiempo pero más torrenciales, lo que implica mayor cantidad de
agua en menos tiempo. Por eso, se producen inundaciones o
anegamientos. En la ciudad de Buenos Aires, se triplicaron los casos
en los que llueve más de 30 mm en media hora, y la ciudad solo puede
evacuar 30 mm en una hora por su sistema de alcantarillado y desagüe.
Esto explica por qué la infraestructura de la ciudad tiene que
adaptarse para no inundarse, mientras que en la zona de Cuyo y el
Comahue hay una tendencia a la reducción de la precipitación. La
zona de Cuyo ya es semiárida y llueve cada vez menos, lo cual
impacta en la reducción de los caudales de los ríos, cuya agua se
usa para consumo humano y para actividades productivas. En la zona
del Comahue, la zona del Alto Valle, el agua también se utiliza para
la generación de hidroelectricidad, y tener menos agua disponible
significa contar con menos producción de hidroelectricidad. En esa
zona, además, aumentó la temperatura, por eso se retraen los
glaciares en la zona andino-patagónica. Tenemos mayor recurrencia de
olas de calor, que en realidad tienden a durar más días y alcanzar
umbrales de temperatura más altos.
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¿De qué manera contribuye nuestro país al cambio climático?
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Una forma de saberlo es medir cuántos gases de efecto invernadero se
emiten. A nivel global, Argentina emite el 0,9 por ciento del total,
y eso la ubica entre los 20 y 30 mayores emisores del mundo, y en
América Latina estamos en el tercer lugar después de México y
Brasil. Entonces, si bien en el volumen de gases pareciera que no es
tanto, si nos comparamos con muchos de nuestros vecinos, estamos
entre los peores.
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¿Cómo difiere la composición de nuestras emisiones de la de otros
países?
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Acá, la mayor cantidad de emisiones proviene de la energía:
constituye el 52,5 por ciento. Energía para generación de
electricidad, comercial, residencial y transporte. El 40 por ciento
pertenece al sector de ganadería y usos del suelo, el 20 por ciento
aproximadamente es ganadería. Pero esa distribución en otros países
es distinta, suelen tener mucho más gasto de energía que en uso del
suelo, por ejemplo. Después, ese resto que queda se reparte entre
actividades industriales, principalmente de cemento, y los rellenos
sanitarios.
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Frente a este escenario, ¿usted es más bien optimista respecto al
futuro?
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El acuerdo entre países es que hay que limitar el calentamiento de
la tierra a dos grados centígrados; eso es lo que se acordó en el
marco de la ONU. Se acordó que no deberían superarse los dos
grados, pero en realidad hay que hacer esfuerzos para no superar los
1,5. Para eso, hay que reducir un 45 por ciento las emisiones de
gases invernaderos para 2030. Y llegar a hacer lo que se llama
carbono neutral para 2050, lo que significa que debemos tener la
capacidad de remover la misma cantidad que emitimos. La ciencia dice
que es posible, la tecnología existe. Faltan decisiones políticas.
Por un lado, soy optimista porque se puede hacer, pero por otro
estamos viendo que todavía no se implementan las transformaciones
que hacen falta para la reducción del 45 por ciento antes de 2030.
También creo que, si caemos en el pesimismo, caemos en la inacción.
Estamos en la instancia de demandar la acción climática: que todos
los gobiernos, las empresas y los actores que tienen un rol central
implementen con urgencia las medidas que hacen falta.
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Existe la discusión de si se proclama que las acciones tienen que
ser promovidas por los gobiernos y los grandes actores para no asumir
una responsabilidad personal, o si el accionar meramente individual
solo conduce a la tranquilidad moral de que se está haciendo algo.
¿Cómo ve este debate?
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En realidad, es la suma de las dos cosas. Encontrar una solución al
cambio climático requiere una transformación cultural enorme porque
significa cambiar la forma en la que producimos, la forma en la que
consumimos. Y las transformaciones surgen de abajo hacia arriba: si
cada uno de nosotros no está dispuesto a transformar nuestras
acciones, es difícil que la sociedad en su conjunto cambie. Creo que
las acciones individuales cumplen un rol fundamental, pero sin
políticas públicas no se van a alcanzar los objetivos. No nos
podemos desentender a nivel personal ni a nivel de la sociedad,
debemos estar agrupados para exigir las medidas necesarias.
Fuente:
Pablo Nardi, ¿Cómo impacta el cambio climático en las distintas regiones de Argentina?, 21 marzo 2020, Infobae. Consultado 23 marzo 2020.
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