por John Schwartz
A medida que la
lucha continúa sobre la exigencia del presidente estadounidense,
Donald Trump, de extender el muro fronterizo entre Estados Unidos y
México, una cosa queda clara: cualquiera que sea el efecto del muro
en la inmigración, tendrá un impacto en el medioambiente de la
frontera.
Ya existen
alrededor de 1000 kilómetros de muro en la frontera de 3175
kilómetros entre los dos países. La mayoría de este ha sido
construido en propiedad federal donde el terreno no ofrece barreras
naturales. Trump ha pedido un muro de 1600 kilómetros, el cual se
extendería más sobre terrenos que incluye hábitats importantes
para la vida silvestre.
Una política de
la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos dice
que la agencia “integrará protecciones ambientales y prácticas de
sustentabilidad en las operaciones y actividades”. Sin embargo, el
congreso ha dado a la agencia el poder de no respetar protecciones ambientales como la Ley de Especies en Peligro. Dichas leyes podrían
requerir que el gobierno elabore un análisis profundo sobre el
impacto ambiental de un nuevo proyecto, desarrollar alternativas que
causen menor daño y generar monitoreo ambiental después de la
construcción.
Un vocero de la
Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza no estaba disponible
debido al cierre parcial de la administración, un resultado de la
pugna política sobre los recursos para el muro.
Un artículo
publicado el año pasado en la revista Bioscience, el cual ha sido firmado por más de 2900 científicos, menciona que el plan del
gobierno “amenazaría a algunas de las regiones biológicamente más
diversas del continente” al bloquear el libre movimiento de muchas
especies y contribuir a las inundaciones. Más de 1500 animales
nativos y especies vegetales serían afectadas por el muro, dice el
artículo, incluidas 62 que aparecen en la lista como en peligro de
extinción o vulnerables.
A continuación,
algunos de los posibles efectos que una frontera extendida podría
tener en la vida silvestre.
Animales, no hay
paso
Un muro
fronterizo extendido podría impedir el movimiento de muchas especies
y pondría en peligro a las criaturas que ya están en riesgo.
Aaron D. Flesch,
un científico e investigador en la Universidad de Arizona, dijo que
no dudaba que los humanos ingeniosos podrían trepar el muro, pero
este bloquearía a muchas criaturas de cuatro patas, dijo.
Incluso algunas
aves que vuelan bajo como el caburé chico (o mochuelo caburé)
podrían tener problemas. “Piensas que un ave simplemente volará
sobre un muro, pero eso no es necesariamente cierto”, dijo Flesch.
Los animales
necesitan poder moverse, para encontrar alimento y parejas, entre
otras cosas. Un brote de enfermedades, incendios o las presiones del
cambio climático pueden obligarlos a buscar nuevos hogares. Y los
espacios abiertos en el panorama que les favorecen pueden estar muy
dispersos.
Pequeñas
poblaciones de animales en peligro de extinción -tales como el
lobo gris mexicano y el berrendo de Sonora- podrían quedar varados
en cualquier lado de la frontera, lo que dejaría a algunas especies
más propensas a morir. “Para una criatura que está casi extinta
en Estados Unidos, necesitas promover la conectividad, no
restringirla”, dijo Flesch.
Incluso los
insectos y las plantas podrían resultar afectados
Los insectos que
vuelan bajo también podrían resultar afectados por un muro
fronterizo. Investigadores de la Universidad de Texas consideraron
como particularmente en riesgo a la flor silvestre en peligro
Lesquerella thamnophila y el amenazado cactus Coryphantha ramillosa,
y la Federación Nacional de Vida Silvestre nombró a la mariposa
Quino, entre otros.
Muchos
polinizadores ya están en declive debido a la pérdida de hábitat,
dijo Scott Hoffman Black, director ejecutivo de Xerces Society, una
organización de conservación enfocada en los invertebrados. “Este
es otro asunto que pondrá presión sobre las abejas y las mariposas,
y ya están estresadas con muchos muchos asuntos”, dijo. Las nuevas
largas porciones de muro, con “zonas de protección” al sur,
podrían resultar en impedimentos para muchos pequeños voladores.
Otro experto
expresó dudas sobre que el muro por sí mismo podría resultar una
barrera para los insectos voladores, pero dijo que este, sin embargo,
presentaría un enorme problema para muchos de ellos.
El experto, David
L. Wagner, un profesor de Ecología y Biología Evolutiva en la
Universidad de Connecticut, indicó que la mayoría de los insectos
pueden volar lo suficientemente alto para superar un muro. Sin
embargo, la cantidad de luces que serían parte de cualquier
construcción, dijo, afectaría las vidas de criaturas nocturnas,
como las polillas, e incluso de vertebrados que dependen de la
oscuridad.
“La
contaminación lumínica se está convirtiendo en un problema real
para los animales nocturnos”, dijo. “Estás afectando la
composición de estos ecosistemas”.
Por supuesto, hay
edificios iluminados en muchos lugares. Pero Wagner comentó que
había una pequeña diferencia entre un muro fronterizo y un Walmart.
De cualquier manera, dijo, “es una masacre”.
Los refugios para
la vida silvestre podrían ser divididos
La construcción
trastornaría varias porciones de tierra que han sido designadas
parte del Sistema Nacional de Refugios de Vida Silvestre, así como
otros tesoros como el Centro Nacional de la Mariposa, una reserva
natural privada a lo largo del río Bravo en Mission, Texas. La
construcción en el santuario de 40 hectáreas podría comenzar desde
el próximo mes, con lo que quedarían divididas alrededor de 28
hectáreas del lado estadounidense del sitio.
Después de la
indignación de parte de ambientalistas y funcionarios locales, el
Congreso de Estados Unidos votó el año pasado para proteger una
joya del medioambiente, el Refugio Nacional de Vida Silvestre Santa
Ana, un “cruce ecológico” de 850 hectáreas para aves
migratorias cerca de McAllen, Texas, al rehusarse a destinar recursos
para construir el muro a través de él.
No obstante, los
activistas ambientales dicen que las áreas que quedarán
desprotegidas son vastas y las pérdidas en biodiversidad se
extenderán mucho más allá de la delgada línea fronteriza. Como
Texas Monthly lo publicó: “La financiación federal del muro
fronterizo permite subsistir al refugio de la vida silvestre, pero
nada más”.
Se pueden perder
ingresos del turismo
Debido a la
riqueza del medioambiente a lo largo de varias porciones de la
frontera, el área atrae a turistas para realizar cacería y pesca y,
en gran medida, ecoturismo.
Las personas que
practican la observación de aves han detectado a más de quinientas
especies en los cuatro condados que componen el valle del río Grande
bajo. Un estudio de 2011 de la Universidad de Texas A&M calculó
que la observación de aves y otras formas de ecoturismo crearon una
derrama económica superior a los 344 millones de dólares al área,
y alrededor de 4400 empleos.
Los autores del
artículo en Bioscience, incluido Flesch, dijeron que el gobierno
debería proteger el “valor cultural” de la frontera. “La
seguridad nacional puede y debe ser persuadida mediante un enfoque
que conserve nuestro legado natural”, escribieron.
Fuente:
Un muro fronterizo también afectaría a la vida silvestre, 29/01/19, The New York Times. Consultado 02/02/19.
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