En el libro del
sello Sudestada "Agro Tóxico" (Argentina como laboratorio
a cielo abierto para el control de la alimentación mundial) el
periodista Patricio Eleisegui advierte que "los cultivos más
expandidos en el país son hijos directos del laboratorio y la
manipulación genética".
El periodista
Patricio Eleisegui, autor de investigaciones periodísticas
relevantes como Envenenados y Fruto de la desgracia, publicó con el
sello Sudestada su nuevo libro titulado "Agro Tóxico" en
donde devela desde el rol del Estado en el desarrollo de
biotecnología aplicada al agro hasta el direccionamiento de la
investigación de entidades públicas, como las universidades
nacionales, hacia la demanda de los privados, sin perder detalle del
vínculo directo entre funcionarios y multinacionales que reciben
recursos y conocimientos locales para asegurarse ganancias
millonarias que son sacadas del país en forma automática.
¿Cuál es la
apuesta de Bayer-Monsanto en la Argentina? ¿Qué opina el segmento
gubernamental de la catástrofe ambiental derivada del uso de
pesticidas que tiene lugar en las principales provincias agrícolas?
¿Qué pasa por la cabeza del empresariado que se enriqueció por
efecto del negocio sojero?
¿Cuáles son los
intereses en juego detrás de los últimos transgénicos aprobados o
en vías de recibir el permiso oficial para ser comercializados?
¿Dónde está puesta la mira de los socios comerciales
internacionales como China y el resto de los países asiáticos?
Los indicadores
de cáncer en los pueblos del interior se disparan, nuevos monitoreos
retratan el incremento en las malformaciones, los abortos
espontáneos, las enfermedades desconocidas en distritos como Entre
Ríos, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Chaco y Misiones.
El libro se puede
pedir a sudestadarevista@yahoo.com.ar o en Buenos Aires se consigue
en Librería Sudestada Tucumán 1.533.
"14 Datos
duros"
* En la Argentina
de la agricultura agrotóxica se pulveriza, en promedio, 7,6 litros
de plaguicidas por habitante. Argentina aparece hoy como el país con
mayor consumo de glifosato en el planeta, siempre en términos de
cantidad de población. Así, mientras que naciones como Estados
Unidos -uso anual de 136 millones de litros- promedian 0,42 litros
del herbicida por habitante, Argentina -187 millones- ostenta una
pauta de 4,3 litros por cada persona que puebla nuestra geografía.
* Además del
control de la genética modificada para soja, maíz y algodón,
Monsanto -ahora Bayer- en la Argentina también produce semillas de
poroto verde, pimentón, brócoli, repollo, zanahoria, coliflor,
pimiento, berenjena, tomate, lechugas, melón, cebolla, ají,
espinaca, zapallito, zapallo y sandía.
* Las compañías
que controlan el agronegocio en la Argentina mantienen vínculos
aceitados e intensos con casi todas las universidades y centros de
investigación del país. Sólo en el caso de Monsanto, la compañía
viene desarrollando proyectos científicos en vínculo con entidades
o organizaciones como INTA, Conicet o la Universidad de Buenos Aires
(UBA).
* Las lluvias que
ocurren en la Argentina presentan concentraciones elevadas de
herbicidas como el glifosato y la atrazina. La carga máxima
cuantificada de agrotóxicos en las precipitaciones locales es hasta
20 veces superior a la registrada en países como Estados Unidos, el
territorio con mayor historia en lo que hace al uso de plaguicidas y
el principal promotor mundial del uso de estas sustancias y su
aplicación a través de las ultra cuestionadas fumigaciones.
* En apenas 10
años, en la provincia de Chaco la cantidad de escuelas destinadas a
la atención de niños que habitan zonas fumigadas y sufren
inconvenientes cognitivos, además otros tipos de retrasos, pasó de
12 a 70 establecimientos.
* En la Argentina
se comercializan al año unos 20 millones de bidones de agrotóxicos.
La porción que se destina a reciclado vuelve al mercado bajo la
forma de baldes para albañilería, varillas y postes, caños
cloacales y hasta conos de señalización.
* Los ingenios
azucareros tienen en gateras el lanzamiento de una variedad de caña
de azúcar modificada genéticamente para resistir al herbicida
glifosato Apuntan a pisar fuerte en la producción de etanol para el
corte en las naftas. Por cada litro de alcohol obtenido de la caña
se generan 13 de vinaza, un residuo corrosivo que pudre las aguas.
* Nueve de cada
diez hisopos, toallas femeninas y tampones contienen residuos de
glifosato. En tanto, la totalidad de las gasas y algodones que hoy
llegan a los botiquines de los hogares se encuentra contaminada con
el herbicida, según un estudio llevado a cabo por los científicos
del EMISA de la Universidad de La Plata.
* Bocaditos de
pollo Granja Azul. Chocolate Nesquik. Papas fritas Pringles. Café
instantáneo Cabrales. Bizcochuelo Godet de Arcor. Margarina Dánica
Dorada. Mortadela Calchaquí. Salchichas Paladini. Paté Swift. Leche
entera La Serenísima. Turrón de maní Arcor. Caramelos Sugus.
Alfajor Terrabusi. Bon o Bon de Arcor. Sardinas Nereida. Puré de
tomate La Costeña. Caramelos Palitos de la Selva. Kani Kama. Vidacol
de La Serenísima. Galletitas Salvado Bagley. Algunos de los
productos alimenticios que contienen algún ingrediente derivado de
la soja transgénica tratada con pesticidas como el glifosato y hoy
se ofrecen en cualquier supermercado de la Argentina.
* Es falso que
falta producción para alimentar a toda la población del mundo. Sólo
en la Argentina, cada persona desperdicia a nivel nacional hasta 38
kilos de comida por año, lo cual representa un "volumen
superior al promedio que estima la FAO para América latina (25
kilos)". Más del 40 por ciento de las hortalizas culmina en
descarte por efecto de la misma cadena de producción y el posterior
desperdicio hogareño. En la Argentina, según fuentes oficiales,
sólo llega a consumirse la mitad de las frutas y hortalizas que se
cosechan.
* En Argentina el
grado de manipulación de las semillas es tal que se multiplican las
compañías que apelan a técnicas para eludir el creciente recelo
internacional a los transgénicos. Un ejemplo: la mutagénesis. Dicha
alternativa consiste en el desarrollo de variedades vegetales
resistentes a herbicidas a través de mutaciones en las células de
las semillas. Esto se origina mediante radiación o la exposición a
químicos a los que luego resultará inmune el producto.
* En San Salvador,
Entre Ríos, la capital del arroz, los tumores malignos provocan el
40 por ciento de las muertes en San Salvador, mientras que la segunda
causa -enfermedades cardiovasculares- no representa ni la mitad del
indicador antes mencionado. Estudios de dos universidades confirmaron
presencia de glifosato e insecticidas en el aire, el suelo y el agua
de toda la ciudad.
* Ocho de cada
diez peces monitoreados en aguas del norte de la provincia de Buenos
Aires dieron positivo en contaminación con agroquímicos. Los
análisis arrojaron presencia de 17 pesticidas diferentes en los
diversos tejidos analizados y en algunas muestras se llegó a ubicar
hasta 5 plaguicidas concentrados en un mismo ejemplar. Estos y otros
resultados surgen de un estudio que, llevado a cabo por científicos
del INTA y el CONICET.
* Dato: 6 de cada
10 frutas y verduras adquiridas en verdulerías de Buenos Aires y
evaluadas por científicos de la UNLP -a pedido de la Cátedra de
Soberanía Alimentaria de la UBA- dieron positivo en al menos un
plaguicida. En algunas de las variedades analizadas se constató la
presencia de hasta tres agroquímicos en un mismo artículo.
Zanahoria, naranjas y lechuga, los más contaminados.
Esta nota se
realizó con la información de prensa de Sudestada.
Fuente:
En Argentina los productos surgidos de la tierra de forma intensiva se elaboran con plaguicidas, 01/02/19, UNO Entre Ríos. Consultado 02/02/19.
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