Tras las
denuncias de Greenpeace, Chaco derogó permisos de desmonte. Argentina está
entre los diez países del mundo que más destruyen sus bosques. El
gobernador de Chaco, señalada como “la provincia que más ha
desmontado en los últimos años”, derogó ayer por decreto los
permisos que había concedido.
A casi once años
de la sanción de la ley de Bosques, las topadoras impulsadas por el
modelo agroexportador sojero ganadero (soja transgénica y ganadería
intensiva) siguen arrasando los bosques nativos del país. Un informe
de Greenpeace, al que tuvo acceso este diario, reveló que la
superficie deforestada entre enero y diciembre de 2018 en cuatro
provincias del norte -Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco-
fue de 112.766 hectáreas. Según advirtieron los especialistas, el
40 por ciento de esa superficie desmontada pertenece a bosques
protegidos por ley. La coordinadora de la campaña de bosques del NOA
de la ONG, Noemí Cruz, dijo a Páginai12 que “la Argentina está a
nivel global entre los diez países que más destruyen sus bosques”
y advirtió que “en el norte del país se concentra el 80 por
ciento de la deforestación”. Ayer, luego de las reiteradas
denuncias de la ONG que hacen foco en la provincia porque “es la
que más ha desmontado en los últimos tres años”, el gobernador
de Chaco, Domingo Peppo, firmó el decreto 298/2019, que deroga los
permisos de desmonte sobre bosques nativos y suspende el
procedimiento que reglamenta la actualización del ordenamiento
territorial de estos bosques.
Durante 2018, de
acuerdo al reporte de Greenpeace, la provincia con mayor
deforestación fue Santiago del Estero, con 34.751 hectáreas, de las
cuales 23.910 eran bosques protegidos. En segundo lugar se encuentra
Chaco, donde se deforestaron 33.972 hectáreas, de las cuales 14.744
también pertenecían a áreas protegidas. Le sigue Formosa, donde se
desmontaron 23.996 hectáreas, de las cuales 261 fueron deforestadas
de forma ilegal. En Salta, la deforestación alcanzó 20.047
hectáreas: 2.050 de ellas también fueron arrasadas ilegalmente.
Los datos fueron
obtenidos por imágenes satelitales del Servicio Geológico de los
Estados Unidos (USGS), que luego fueron procesadas para distinguir
los distintos tipos de vegetación y comparadas con registros
anteriores. En la Región Chaqueña intervinieron además el
Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la
Facultad de Agronomía de la UBA, el Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA) y la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf).
Según datos
oficiales, desde que se sancionó la ley de Bosques (26.331) en
Noviembre de 2007 -que establece los “presupuestos mínimos de
protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración,
conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques
nativos”- hasta fines de 2017, se deforestaron 2,6 millones de
hectáreas, de las cuales más de 840 mil eran bosques protegidos.
Aunque se registra una importante disminución de la deforestación
desde 2014, la implementación de la ley continúa enfrentando serios
escollos en las provincias por la complicidad de los gobiernos
locales y la ausencia de la Secretaría de Medio Ambiente, a cargo de
Sergio Bergman, autoridad de aplicación de la ley.
Noemí Cruz
sostuvo en conversación con este diario que “las principales
causas de desmonte son la soja transgénica y la ganadería” y
esto, a su vez, tiene una fuerte vinculación con las inundaciones
que azotan a la región norte y litoral del país. “El bosque actúa
como una esponja natural. Si tenemos cultivos de pastos o soja, la
lluvia cae a una altura de 40 o 50 centímetros del suelo, sobre las
pasturas. No es lo mismo que en el bosque donde el agua cae sobre las
copas de los árboles, después escurre, va aminorando la velocidad y
llega con menor fuerza”, explicó la coordinadora.
“En el caso de
las inundaciones con grandes superficies desmontadas no hay una
infiltración apropiada: el agua escurre superficialmente. A su vez,
produce un ascenso de la napa freática, que está cada vez más
cerca de la superficie e influye en las inundaciones que terminan
siendo producto de un combo: el Niño, la deforestación que reduce
la protección y la falta de obras”, dijo Cruz y agregó que
“cuanto menos bosques haya, habrá más inundaciones”.
Por otra parte,
la coordinadora de la campaña explicó que están “haciendo foco
en la provincia de Chaco porque es la que más bosques ha deforestado
en los últimos tres años”. Y agregó: “Zonas clasificadas como
amarillas, donde habitan comunidades indígenas y sólo se permite el
uso sustentable, fueron desmontadas con la autorización del
gobernador (Domingo Peppo)”. Ayer, ante las reiteradas denuncias de
Greenpeace y otras organizaciones por las deforestaciones ilegales,
el gobernador de Chaco firmó un decreto (298/2019) que deroga los
permisos de desmonte sobre bosques nativos y suspende el
procedimiento que reglamenta la actualización del ordenamiento
territorial de bosques nativos de la provincia.“Es un gran paso en
la defensa de nuestros bosques nativos” ya que “debe garantizarse
la no regresión de las zonas protegidas y la participación
ciudadana”, dijo al respecto Cruz. Sin embargo, la ONG reclamó que
aún no fueron cancelados los permisos otorgados y que tampoco se ha
dispuesto un plan de reforestación.
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