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Hace dos
programas compartíamos la primera y la segunda parte de las
reflexiones de Esther Vivas, del sitio Público.es el de julio de
2014 y hoy concluimos con estas excelentes reflexiones de doña
Esther diciendo que:
Una “agricultura
ecológica” al servicio del capital
“La agricultura
ecológica no tiene fines sociales y agudiza la huella de carbono”,
dicen sus detractores. Aquí la pregunta clave es: ¿de qué
agricultura ecológica estamos hablando? Como decíamos en el
artículo anterior, una de las amenazas a la agricultura ecológica
es precisamente su cooptación, la asimilación de su práctica por
parte de la industria agroalimentaria. Y es que cada vez son más las
grandes empresas del agribusiness y los supermercados que apuestan
por este modelo de agricultura libre de pesticidas y aditivos
químicos de síntesis, pero vaciándola de cualquier atisbo de
cambio social. Su objetivo es claro: neutralizar la propuesta. Se
trata de una “agricultura ecológica” al servicio del capital,
con alimentos kilométricos, escasos derechos laborales en la
producción y la comercialización. Ésta no es la alternativa de
quienes apostamos por un cambio en el modelo agroalimentario. La
agricultura ecológica, a mi entender, sólo tiene sentido desde una
perspectiva social, local y campesina, como han defendido siempre la
mayoría de sus impulsores.
Por otro lado, me
sorprende que los detractores de la agricultura ecológica se
preocupen tanto por la huella de carbono y el impacto de los gases de
efecto invernadero en el medio ambiente, cuando su apuesta por una
agricultura industrial es precisamente una de las principales
responsables de los mismos. Según el informe Alimentos y cambio
climático: el eslabón olvidado de GRAIN, entre el 44 % y el 55 % de
los gases de efecto invernadero son provocados justamente por el
conjunto del sistema agroalimentario global, como consecuencia de
sumar las emisiones provocadas por el cambio en el uso del suelo y la
deforestación; la producción agrícola; el procesamiento, el
transporte y el empaquetado de los alimentos; y los desperdicios
generados. Si a los críticos de la agroecología tanto les inquieta
el cambio climático, les sugeriría que apostaran por una
agricultura ecológica, local y campesina.
¿Quién impone
qué?
“Nos imponen la
agricultura ecológica. Yo quiero comer transgénicos, y no me
dejan”, dicen algunos, aunque parezca una broma. Sin embargo,
¿quién impone qué? La agricultura industrial sí fue resultado de
una imposición, la de la Revolución Verde, promovida desde los años
40, y en décadas posteriores, por gobiernos como el de Estados
Unidos y fundaciones como la Fundación Ford y Rockefeller, y que
implicó la progresiva sustitución de un modelo de agricultura
tradicional, donde los campesinos tenían la capacidad de decidir
sobre qué y cómo conreaban a una agricultura industrial adicta al
petróleo y a los fitosanitarios, que llevó a la privatización de
los bienes comunes, y en particular de las semillas. Muchos
campesinos no tuvieron elección. Hoy, vemos las consecuencias de
este modelo agrario: hambre, descampesinización, patentes sobre las
semillas, acaparamiento de tierras, etc.
Aunque la
principal imposición agraria ha sido sin lugar a dudas la del
cultivo transgénico, y la imposible coexistencia entre agricultura
trasgénica y agricultura convencional y ecológica es el mejor
ejemplo. Los cultivos transgénicos a través del aire y la
polinización contaminan a otros, así funciona lo que podríamos
llamar “la dictadura transgénica”. En Aragón y Catalunya, las
zonas donde más se cultiva transgénico, en concreto la variedad de
maíz MON 810 de Monsanto, la producción de maíz ecológico
prácticamente ha desaparecido debido a los múltiples casos de
contaminaciones sufridas. Las evidencias son irrefutables, y quien
diga la contrario miente.
La enumeración
de frases con el único propósito de desautorizar la agricultura
ecológica podría continuar. Son tantas las falsedades vertidas que
este artículo podría tener tres, cuatro y hasta cinco partes, pero
lo dejo aquí. Espero que las informaciones y los datos aportados
puedan ser de utilidad a aquellos que frente a verdades únicas se
preguntan y cuestionan la realidad que nos imponen”.
Reflexiones de
Esther Vivas, del sitio Público.es
Contenido
- Abejas y
pesticidas. Walter Farina
Se ha realizado un estudio en abejas melíferas jóvenes (las que aún no salen a colectar néctar) que evidenció que la exposición crónica a trazas de glifosato y a otros insecticidas en el alimento, les afecta la sensibilidad gustativa y la memoria, cosa que puede resultar letal para la pervivencia de las colmenas. Y por ende, de nuestra alimentación. Walter Farina es investigador principal del Conicet sobre el tema y nos cuenta cual es la situación actual
- Reciclando
sustentablemente. Roxana Ruseckaite. Josefa Martucci
Las últimas
noticias en ambiente y desarrollo.
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS se halla al
aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de
información y debate en el que se trabajan cuestiones globales
(convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales
(cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo general
Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión de las
temáticas ambientales y culturales en aras de la concientización y
la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
- Aumentar el
bagaje de información disponible para el público en general.
- Difundir las
cuestiones ambientales y culturales que se problematizan en la
región.
- Acompañar los
emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo sustentable.
- Facilitar el
acceso a las informaciones generadas en el seno de las instituciones
formales dedicadas al medio ambiente y a la recuperación de las
culturas tradicionales.
- Poner en
conocimiento del público en general disposiciones vigentes que
protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana Buján es
Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y
periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos
décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios
gráficos del país y del exterior.
Es activista
ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva adelante
desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y
las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y
salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción
Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro
del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red
Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de
Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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