Aunque faltan más
estudios, hay indicios de que los volcamientos de la precaria planta
de Bajo Grande ya impactan en la laguna. Si no se controla a tiempo,
será un problema para el futuro del mayor parque nacional del país.
por Fernando
Colautti
Un trámite
judicial en el que se discute si una causa por contaminación es de
competencia de los tribunales provinciales o de los federales abre la
puerta a un interrogante de fondo: ¿el inadecuado tratamiento de
cloacas de la ciudad de Córdoba ya está comprometiendo el
ecosistema del que pronto será el mayor parque nacional de la
Argentina?
La laguna Mar
Chiquita es área protegida por la Provincia y está a punto de ser
transformada en parque nacional, con lo que pasaría a formar parte
de los sitios mejor conservados del país. En ese marco, aparece como
un riesgo que uno de los tres ríos que tributa sus aguas a la quinta
laguna salada más grande del mundo lo haga con la contaminación
generada por el precario sistema cloacal de la capital cordobesa.
El juez federal
Miguel Vaca Narvaja resolvió, días atrás, que una denuncia
presentada por un concejal opositor contra las autoridades
municipales de Córdoba por volcamientos cloacales sin tratar al río
Suquía, desde la planta de Bajo Grande, no era de competencia de los
tribunales nacionales, sino un asunto de la Justicia provincial.
Argumentó que ese fue el ámbito de otras causas similares ya
tramitadas y que, para ser federal, el caso debería involucrar a más
de una provincia.
Desde el Foro
Ambiental Córdoba, presentaron un recurso para que se reconsiderara
la cuestión, señalando que podría estar afectada la provincia de
Santiago del Estero, que comparte con Córdoba la geografía de la
enorme laguna.
Para el juez, hoy
no hay elementos que comprueben que haya afectación sobre la
provincia vecina. Citó la respuesta dada al tribunal por el biólogo
Ricardo Taselli, del Centro de Química Aplicada de la UNC, que ante
la consulta sobre si la contaminación del río Suquía habría
llegado a la laguna, señaló: “Es de esperar que sí, aunque
habría que tomar los muestreos correspondientes para tener una
evidencia objetiva”. Además, citó que debería distinguirse si
hay otras fuentes adicionales de impacto, aguas abajo de la Capital.
Indicios
Desde el Foro
Ambiental Córdoba, Federico Kopta apuntó que sobran evidencias de
la alta contaminación registrada en los tramos del río Suquía más
cercanos a la planta cloacal de Bajo Grande. En poblaciones como
Capilla de los Remedios y Río Primero (en el primer tercio del
recorrido del río), el impacto representa un serio riesgo desde hace
años. Por eso, hay varias causas abiertas en la Justicia provincial,
incluso con empleados municipales imputados.
El biólogo Kopta
consideró que, aunque se deberían hacer estudios más exhaustivos y
puntuales, hay suficientes elementos para considerar que la laguna
Mar Chiquita ya padece impactos por la contaminación del Suquía.
La situación del
Suquía (o Primero) parece contrastar con la de su paralelo río
Xanaes (o Segundo), que también desemboca en la laguna. Un estudio
de investigadores (Carranza, Oroná, Cosavella, Larrosa) de la UNC,
publicado en 2010, describe que en sus 300 kilómetros el Xanaes
“mantiene buena calidad del agua, sin diferencias significativas
entre épocas de lluvia y de sequía, ni influencia de los centros
poblados que atraviesa”. Aclara que sólo en el último sitio de
muestreo (sobre la desembocadura en la laguna) “la calidad del agua
disminuye a regular por aumento del material en suspensión,
probablemente debido a la erosión del terreno”.
El Suquía, en
cambio, atraviesa una geografía similar, pero numerosos estudios han
advertido sobre su contaminación.
El Foro Ambiental
aportó un trabajo del Instituto de Diversidad y Ecología Animal
(Idea), de la UNC, que recopila estudios que marcaron alta afectación
por material fecal, metales pesados, pesticidas y hasta fármacos
entre la planta de Bajo Grande y la ciudad de Río Primero.
Ese informe
aborda luego el análisis de la Laguna del Plata, el estuario en el
que desemboca el río Suquía y que está unido a la Mar Chiquita (en
ciclos de bajante, como antes de 1977, estaban separadas). Allí, los
investigadores (Bistoni, Hued, Ballesteros) citan los vestigios
hallados de tres pesticidas ya prohibidos: lindano y DDT, por arriba
de los niveles guía máximos, y endosulfán, por debajo del tope
permitido por normas nacionales de calidad de agua. En pejerreyes
también detectaron la presencia de PCB, un contaminante típico de
zonas urbanas (se usaba en transformadores eléctricos).
Kopta planteó
que “es difícil de presumir” que si el río Xanaes no recibe
mayores impactos por el paso por zonas rurales agrícolas y por
varias poblaciones urbanas, los tenga el Suquía al atravesar similar
territorio.
Laguna del Plata
Otro estudio,
publicado en 2016 por investigadores de la UNC (Bucher, Pilati,
Castellino), marca para la Laguna del Plata “altos niveles de
nutrientes, que hacen que se la caracterice como hipereutrófica
durante todo el año, con mayor concentración de nitrógeno, fósforo
y clorofila respecto al resto de la laguna Mar Chiquita”.
El estado
hipereutrófico es el que caracteriza, en la mayor parte del año, al
dique San Roque, el más contaminado de Córdoba. Se sabe, en ese
caso, que la causa central está en el escaso tratamiento cloacal en
la cuenca hídrica de Punilla.
El informe agrega
que “el mayor nivel de clorofila se debe a una mayor concentración
de fitoplancton, con una importante proporción de cianobacterias”.
Ese párrafo parece una copia de los estudios que describen la
situación del lago San Roque.
Profundizar los
estudios sobre contaminación, para precisar realidades y fuentes
objetivas, es vital para garantizar la sustentabilidad de un
ecosistema que elevará su estatus a parque nacional.
Un pedacito de la
gigante laguna
Un alivio futuro
representaría la demorada mejora del sistema cloacal de la ciudad de
Córdoba. La Provincia está ejecutando actualmente la obra de
ampliación de la red colectora de la Capital, además de una nueva
planta de tratamiento en Bajo Grande.
Un aliciente es
que el impacto percibido en la Laguna del Plata, el estuario donde el
río Suquía entrega sus aguas a la Mar Chiquita, no se reproduce en
el resto del gigante lago salado, que goza de mejor salud. Ese
estuario representa, además, una muy pequeña porción de la
superficie de la Mar Chiquita.
Un alivio futuro
representaría la demorada mejora del sistema cloacal de la ciudad de
Córdoba. La Provincia está ejecutando actualmente la obra de
ampliación de la red colectora de la Capital, además de una nueva
planta de tratamiento en Bajo Grande. Si se cumplen los plazos
previstos, a fines de 2019 esos trabajos estarían terminados. A la
vez, el municipio capitalino anunció un plan de mejoras en la actual
y deficiente planta, que aún no se puso en marcha. Si se culminan
esas obras, el impacto sobre el río Suquía se reduciría.
Además de los
dos ríos cordobeses (Suquía y Xanaes), el también llamado Mar de
Ansenuza es alimentado, desde el otro extremo (el norte), por el río
Dulce, que baja desde Tucumán y Santiago del Estero. Desde hace
años, se advierte sobre la necesidad de revisar también los efectos
de los efluentes de la industria azucarera y de otras fuentes sobre
ese río.
Fuentes:
Fernando Colautti, Contaminación por cloacas en Córdoba: ¿llega a Mar Chiquita?, 08/06/18, La Voz del Interior.
Un pedacito de la gigante laguna, 08/06/18, La Voz del Interior.
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