El Acuífero
Guaraní es considerado el segundo mayor reservorio natural de agua
dulce subterránea del planeta. Pero la creciente sequía, la
extracción masiva de agua y los rumores de privatización amenazan
su existencia.
por Ciara Long
Brasil es un país
rico en agua. Algunos comparan la cantidad disponible de agua dulce
del país con las reservas de petróleo de Arabia Saudí. Símbolo de
ello es el Acuífero Guaraní, entre otros. Alrededor de 30.000
kilómetros cúbicos de agua dulce se almacenan en él. El Guaraní
se extiende a lo largo de 1,2 millones de kilómetros cuadrados por
debajo de la superficie de Brasil, principalmente, pero también de
Uruguay, Paraguay y Argentina.
No obstante, esa
abundancia podría desaparecer antes de lo esperado. En 2015, cuando
una grave sequía azotó São Paulo, la ciudad más poblada de
América del Sur, los científicos establecieron por primera vez un
vínculo entre el cambio climático y la disminución de los recursos
hídricos.
"Lo que
sucede en el acuífero depende muy directamente de las
precipitaciones y de la distribución del agua en la atmósfera”,
explica a DW Edson Cezar Wendland, investigador de la Universidad de
São Paulo. Wendland ha estudiado el acuífero Guaraní durante más
de una década.
Para el estado de
São Paulo, el Acuífero Guaraní desempeña un papel modesto. Sin
embargo, el suministro de agua de la región en su conjunto es
crítico, ya que su por ubicación geográfica es una zona que tiende
a la sequía. Los científicos se muestran preocupados por la
disminución de agua del acuífero y advierten sobre consecuencias
dramáticas si no se evalúa mejor el papel que juega el depósito de
agua para otros sistemas hídricos.
"Tenemos
graves problemas en todo el mundo en relación con el agua, y Brasil
no es una excepción”, lamenta Maru Whately, cofundadora de la
Alianza Brasileña para el Agua.
Una ciudad
sedienta
Aunque el
Aquífero Guaraní está protegido por leyes estrictas, el Banco
Mundial y la Organización de Estados Americanos (OEA) identificaron
2.000 pozos de perforación en 2009 en un estudio conjunto, que
acceden al acuífero. Tres cuartas partes de estas perforaciones
abastecen de agua potable a la metrópoli de São Paulo.
Si se vacían
velozmente, los depósitos de agua no pueden regenerarse lo
suficientemente rápido. La sobreexplotación del Acuífero Guaraní
ya ha causado estragos en algunas zonas.
En São Carlos,
un distrito del estado de São Paulo, por ejemplo, durante un período
de sequía en 2013 se hizo uso del agua subterránea del acuífero
para irrigar cultivos de eucalipto, que consumen mucha agua.
Posteriormente, los científicos determinaron que los niveles de agua
en los pozos del embalse habían disminuido un 50 por ciento,
alcanzando el nivel más bajo en una década.
Wendland teme que
éste sea el destino que le depare a todo el Guaraní. Por lo tanto,
aboga por controles cuidadosos y por más investigación para
determinar las tasas sostenibles de extracción de agua.
¿Vendiendo el
recurso más preciado del país?
Dados los fuertes
indicios de que el agua del Acuífero Guaraní podría estar siendo
sobreexplotada, los ecologistas se alarmaron al escuchar que, tanto
el presidente de Brasil, Michel Temer, como el presidente de la junta
directiva de Nestlé, Paul Bulcke, asistirían al Foro Económico
Mundial en Davos, que tuvo lugar a principios de este año.
El gobierno de
Temer ya ha iniciado más de 200 proyectos de privatización a nivel
municipal, estatal y federal. Sólo en 2017, el gobierno intentó
aprobar un decreto para abrir una zona del Amazonas rica en recursos
naturales, como el cobre, el oro y el hierro, al sector privado. Los
activistas temen que se esté negociando la venta del acuífero, o
parte de él, a Nestlé.
Después de
Davos, los rumores se extendieron ampliamente. El gigante de la
alimentación, por su parte, lo niega. La compañía afirma que "no
ha extraído agua de ninguna parte del Acuífero Guaraní en
Sudamérica, incluyendo Brasil”, y no tiene planes de hacerlo. Sin
embargo, esta declaración no ha calmado los temores de la población.
De hecho, el pasado mes de marzo, unas 400 mujeres protestaron
ocupando la fábrica de Nestlé en São Lourenço.
Edson Aparecida
da Silva, coordinador nacional del Foro Mundial Alternativo del Agua
(FAMA), está de acuerdo en que los rumores no pueden descartarse del
todo. "Está claro que el actual gobierno no escatimará
esfuerzos para permitir que aquellos con capital controlen el agua,
ya sea subterránea o de superficie”, afirma Aparecida da Silva.
Para Whately, el
tamaño del Acuífero Guaraní indica su importante papel en los
ecosistemas hídricos de varias partes de Brasil, y por eso debe y
seguirá desempeñando un papel importante en el futuro. "A
diferencia de otras fuentes de agua dulce, el Guaraní está más
protegido del cambio climático y de la contaminación”, dice.
"Este tipo de acuíferos constituyen fuentes futuras de agua,
por lo que su protección debería ser una prioridad”, concluye.
Ciara Long, Rio
de Janeiro (AR/CP)
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Fuente:
Ciara Long, Escasez de agua: ¿Desperdicia Brasil su mayor tesoro?, 17/04/18, Deutsche Welle.
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