viernes, 1 de diciembre de 2017

Las condiciones ambientales de la pobreza


por Antonio Elio Brailovsky

Queridos amigos:

El Congreso de Brasil aprobó una reforma laboral que profundiza la precariedad de las condiciones de trabajo en ese país y que se propone como modelo para acciones equivalentes en Argentina y otros países.

Algunas de ellas son de tal nivel de violencia social que resulta difícil de creer que alguien hubiera podido siquiera imaginarlas. Por ejemplo, según la nueva ley brasileña, ”se permite que las embarazadas trabajen en ambientes no del todo salubres si presentan un certificado médico que asegure que no hay riesgo para ella o el feto”. Aclaremos lo obvio: los bebés y los fetos son mucho más sensibles a la contaminación que las personas adultas.

Aún más: un ambiente que es salubre para los adultos puede ser de muy alto riesgo para embarazadas y sus fetos. Es decir que no puede permitirse que mujeres embarazadas trabajen en ambientes “no del todo salubres”, aunque las empresas puedan comprar un certificado médico irresponsable que diga que eso es inocuo.

Es sólo un caso extremo de un conjunto de medidas de un extraordinario riesgo social: contempla la limitación de horas extras, abaratamiento de las indemnizaciones por despido, reducción de las jubilaciones, debilitamiento del rol de las organizaciones sindicales, acuerdos individuales por debajo de los convenios colectivos, dificultad de realizar juicios laborales, la posibilidad de trabajar en días no laborables sin remuneración adicional, y varias más de la misma orientación.

Este cambio en las políticas laborales se fundamenta en argumentos de lograr una mayor competitividad internacional de la producción. No se dice por qué es mejor ahorrar en los costos laborales que en los costos financieros, por ejemplo.

Hay, sin duda, un importante antecedente que respalda esta manera de pensar. Es la extraordinaria competitividad de la industria británica durante el siglo XIX, basada en el desarrollo de la máquina de vapor y en la sobreexplotación del proletariado inglés. Podemos discutir las ventajas y desventajas de liberalizar algunas variables económicas. Pero la salud humana nunca debe estar sujeta a los vaivenes de la oferta y la demanda.

Para ver las consecuencias sociales de estos proyectos económicos tenemos que analizar cómo fueron las condiciones de vida de los trabajadores ingleses en la época en que la reina Victoria logró la mayor competitividad mundial de la industria británica.

Quiero compartir con ustedes un texto del libro “La situación de la clase obrera en Inglaterra”, de Federico Engels, publicado en 1845, que es quien mostró del modo más descarnado, el costo social de la expansión económica británica del siglo XIX. Se trata de la descripción de las condiciones de vida de los trabajadores en la ciudad de Londres, alojados en casuchas infames y en medio de basurales. Va como documento adjunto.

Es frecuente que leamos sólo aquellos autores que confirman nuestros propios puntos de vista. Así, los agnósticos no suelen leer la Biblia y los creyentes no suelen leer a los autores marxistas. Les pido entonces, que lean estos textos sin demasiados preconceptos ideológicos. Se trata, simplemente, de la descripción de aquellas partes de una ciudad que nunca figurarían en una guía turística.

Como textos complementarios, les agrego dos páginas, como estudios de caso del mismo autor sobre Manchester, la ciudad emblemática de la industria británica. El primero se refiere a la convivencia de las familias obreras con los ríos contaminados:

Ríos contaminados de Manchester

Abajo fluye, o más bien se estanca el Irk, riachuelo oscuro como la pez y de olor nauseabundo, lleno de inmundicias y detritos que deposita sobre la orilla derecha que es más baja.

En tiempo de seca, subsiste en este río toda una serie de parches fangosos, fétidos, de un verde negruzco, desde el fondo de los cuales suben burbujas de gas mefítico que despide un tufo que, incluso desde lo alto del puente, a 40 ó 50 pies sobre el agua, todavía es insoportable. El propio río, además es retenido casi a cada paso por grandes obstáculos detrás de los cuales se depositan en masa el fango y los desperdicios que allí se descomponen.

Río arriba desde el puente, se levantan grandes tenerías más allá tintorerías, fábricas de carbón de huesos y fábricas de gas, cuyas aguas usadas y desperdicios terminan todos en el Irk que recibe además el contenido de las cloacas y retretes que allí desaguan.

Río abajo, desde el puente, se ve por encima de los montones de basura, las inmundicias, la suciedad y el deterioro de los patios, situados sobre la escarpada orilla izquierda: Las casas están apiñadas las unas contra las otras y la pendiente del río permite percibir sólo una fracción de ellas, todas ennegrecidas de hollín, decrépitas, vetustas, con sus ventanas de cristales rotos”.

(Federico Engels: “Situación de la clase obrera en Inglaterra”)

El segundo texto, también sobre Manchester, describe la cría de cerdos dentro de los patios de las viviendas populares de esa ciudad.

Cría de cerdos en las viviendas populares en Manchester

Por lo demás, los montones de escombros y de cenizas, los charcos en las calles existen en ambos barrios y, en el distrito de que hablamos en este momento, comprobamos además otro hecho muy desventajoso para el aseo de los vecinos: el gran número de cerdos sueltos por las callejuelas escarbando en la basura o encerrados en los patios en pequeñas cochiqueras. Los criadores de cerdos alquilan aquí los patios, como en la mayoría de los barrios obreros de Manchester, e instalan cochiqueras.

En casi todos los patios hay uno o más rincones separados del resto, donde los vecinos del lugar arrojan toda la basura y los detritos. Los cerdos se engordan en ellos, y la atmósfera de esos patios, ya cerrados por todos lados, es infestada debido a la putrefacción de las materias animales y vegetales.

Se ha abierto una calle ancha y bastante conveniente a través de ese barrio -Miller Street- y disimulado el fondo con bastante éxito, pero si se deja uno arrastrar por la curiosidad en uno de los numerosos pasajes que conducen a los patios, podrá comprobar cada veinte pasos esta cochinada, en el sentido exacto del término”.

(Federico Engels: “Situación de la clase obrera en Inglaterra”)

Sabemos que, con este abaratamiento de los costos laborales, las industrias británicas lograron dominar el mercado mundial. No siempre recordamos la enorme rentabilidad de la esclavitud.

En esta entrega, ustedes reciben:
El recordatorio de mi libro “La guerra contra el Planeta”, que acaba de publicar la editorial Capital Intelectual y el contacto con el editor para quienes estén interesados en adquirir la obra.
La obra de arte que acompaña esta entrega es Las Cigarreras, de Gonzalo Bilbao, pintado en 1915. Muestra las condiciones de trabajo de las cigarreras de Sevilla, de las cuales la más famosa es Carmen, la protagonista de la ópera del mismo nombre, de Georges Bizet. En la obra se ve a una mujer amamantando a su bebé en el interior de la fábrica de tabacos, cuyas tremendas condiciones de insalubridad ya eran bien conocidas en la época.
Un gran abrazo a todos.

Antonio Elio Brailovsky.


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Los estudios de caso elegidos son los siguientes:

La Peste Negra en la Europa Medieval
Entre los años 1348 y 1350, una epidemia conocida como la Peste Negra mató a la cuarta parte de la población europea, en lo que podríamos calificar como uno de los peores desastres ambientales de la historia de la humanidad. El aumento del comercio, unido a intercambios masivos como los resultantes de las Cruzadas, y condiciones urbanas de miseria y hacinamiento, aumentaron la vulnerabilidad social. El desencadenante fueron las ratas infestadas que bajaron de un barco que llegó a Italia desde el Mar Negro. Qué sucede cuando las medidas sanitarias están condicionadas por los prejuicios.

Ecocidio y dominación colonial: la destrucción de los cultivos andinos en terrazas
La consolidación del poder colonial en América Latina llevó a la destrucción de las bases de sustentación de muchas comunidades indígenas autosuficientes. Desde la demolición de las primeras terrazas incaicas, testimoniada por el Inca Gracilaso de la Vega, hasta el abandono de las de Iruya, Salta, por presión de los pistoleros de los ingenios azucareros, a principios del siglo XX. Y también la erosión de las famosas terrazas del cañón del Colca, desatendidas por presión del negocio turístico. El ecocidio como una forma de obligar a los campesinos a ingresar al mercado de trabajo.

El hundimiento de la Ciudad de México
Por razones militares, para evitar que los aztecas inundaran a los españoles, Hernán Cortés inició el desecamiento de la laguna Texcoco, en la actual Ciudad de México. Después de varios siglos de irracionalidad, el proceso se dio por terminado bajo la gestión de Porfirio Díaz, a principios del siglo XX. Hoy México saca el agua de un subsuelo poroso, que es el que soporta la urbanización que crece en forma explosiva. Y a medida que la quita, la ciudad va descendiendo, lo que se ve acelerado por el cambio climático. Una de las mayores ciudades del mundo en una trampa de la que no puede salir.

Hambre y desertificación en la Isla de Pascua
Después de haber hecho la inmensa travesía del Pacífico desde la Polinesia, los pascuenses destruyeron sus bosques y quedaron atrapados en una isla que no podía alimentarlos y de la que no pudieron escapar por falta de madera para construir canoas. El cambio de las condiciones climáticas, la violencia entre clanes rivales, acentuada por el hambre, sólo empeoró las cosas. Tragedia de una sociedad que no pudo cuidar los recursos naturales que la sustentaban.

El creciente impacto ambiental de la actividad militar
A veces olvidamos que la peor forma de contaminación y de deterioro del medio ambiente es la guerra. A menudo se silencian sus efectos, en nombre de una política mal entendida. Por eso mis­mo, nos interesa destacar de qué modo y hasta dónde la actividad militar puede ser contaminante, tanto en la guerra declarada como en la preparación para la guerra. El primer efecto ambiental es el de usar -es decir, inutilizar- enormes superficies de terreno que podrían emplearse para otros fi­nes. Pero además, el armamento utilizado en el siglo XX generó profundos impactos ambientales, como puede verse en los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki y en el uso de plaguicidas como arma de uso masivo en la guerra de Vietnam.

Nueva Orleáns, arrasada por el huracán Katrina
En 2005, un huracán arrasó la ciudad norteamericana de Nueva Orleans. Fue un desastre anunciado, ya que los especialistas habían advertido que las defensas de la ciudad no resistirían un huracán. En la gestión de la emergencia se cometieron todos los errores posibles que multiplicaron a cantidad de víctimas. Se dejó la evacuación librada a la iniciativa individual, sin ningún apoyo estatal. No se atendió a los sectores vulnerables. La reconstrucción quedó en manos de la especulación inmobiliaria. Cuando un evento meteorológico afecta más a los pobres y a los negros, la explicación no surge de la meteorología sino de las ciencias sociales.

Amazonia, del infierno verde al desierto rojo
Desde la utopía racista del Marqués de Pombal hasta los delirios de Henry Ford, la mayor parte de los proyectos de explotación de la Amazonia no tuvieron en cuenta sus procesos ecológicos e inventaron una fertilidad sin límites que no existía. Los indígenas habían creado ecosistemas artificiales de muy alta productividad, mientras que la sociedad contemporánea la arrasa para plantar cultivos efímeros o la inunda para producir energía.

Bhopal, una fábrica que estalla
En 1984 se produjo una fuga de isocianato de metilo en una fábrica estadounidense de la Union Carbide en la India. Se trata de un compuesto de cianuro que provocó la muerte o la invalidez de miles de personas, en el mayor accidente químico de la historia. Bhopal es un caso emblemático, ya que mostró el tremendo costo económico y humano de ahorrar en los sistemas de prevención y seguridad.

Hombres empetrolados, impacto ambiental del extractivismo
La extracción de los recursos no renovables suele hacerse en sitios remotos, cuyas poblaciones afectadas suelen estar en condiciones de desamparo. Los derrames de petróleo, los accidentes diversos en la generación y transporte de hidrocarburos y los peligros de la fractura hidráulica, un método de extracción que ni siquiera declara los procedimientos que utiliza. El daño provocado por Shell en el Río de la Plata, en el mayor derrame de hidrocarburos sobre agua dulce de la historia es un ejemplo del modo en que trabajan esas empresas.

La gran minería con cianuro
Las técnicas de extracción de minerales de baja ley, con empleo de grandes cantidades de explosivos y de soluciones cianuradas, representan un riesgo muy elevado para las comunidades afectadas. En los casos en que los residuos peligrosos se acumulan en un dique de colas, se trata de un pasivo ambiental que permanece peligroso en forma permanente. Al mismo tiempo, el cambio climático significa la reducción de las precipitaciones (y por ende, de la disponibilidad de agua) en las zonas áridas y semiáridas. Destinar enormes volúmenes de agua para la gran minería implicará restarlos de las poblaciones y los cultivos.

La sojización y la economía de los transgénicos
Se ha construido un modelo productivo que monopoliza la producción de semillas, la maquinaria agrícola, los plaguicidas y los mercados de comercialización. Este monocultivo maximiza la vulnerabilidad económica, ya que gran parte de la economía nacional depende de un producto agrícola cuyo precio no contribuye a formar. Existen importantes cambios territoriales, por la pérdida de diversidad biológica, la expulsión de población, el uso masivo de plaguicidas y los riesgos consiguientes para la salud pública y la contaminación de las fuentes de agua potable.

El accidente en la central nuclear de Fukushima, Japón
En 2011 un terremoto y maremoto afectaron esta central atómica, ubicada en una zona costera. Se produjeron explosiones en los edificios que albergan los reactores nucleares, fallas en los sistemas de refrigeración, triple fusión del núcleo y liberación de radiación al exterior. A varios años del evento, el resultado de las técnicas de descontaminación es incierto. Nadie sabe cuánto costarán y ni siquiera si serán eficaces. El evento reactualiza la discusión sobre los márgenes de seguridad a adoptar en los proyectos y sobre la viabilidad en el largo plazo de la energía nuclear.

Fuente:
Antonio Elio Brailovsky, Las condiciones ambientales de la pobreza, 28/11/17, Defensoría Ecológica. Consultado 29/11/17.

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