Advierte
de que la mayor preocupación es por las emergencias, ya que hay
muchas familias que residen en la zona rural.
Muchos
recuerdan las fotos de Adolfo Gondra, del Centro Ganadero de Italó,
que con el 70 por ciento del campo inundado -en parte con más de un
metro de agua-, tuvo que sacar las vacas prácticamente “a nado”
y trasladarlas a otra provincia.
Hoy
menciona que las lluvias cesaron, pero los caminos siguen
intransitables: “Estamos un poco mejor porque no llovió, pero los
caminos siguen anegados. Mucho se perdió, y el que pudo cosechar
tiene la producción en el campo. No puede sacarla. Sigue habiendo
reuniones, pero no hay soluciones mágicas. Va a demandar mucho
trabajo arreglar esto”.
Éxodo
ganadero
Señala
que, como él, varios ganaderos han llevado tropas grandes de vacas a
una parte de La Pampa, donde no está inundado, o a San Luis. “Peor
le fue al que más aguantó. Se las llevó en muy mal estado. No se
si volverán a traer esos animales, porque no están en condiciones
los campos; ahora va a venir el pico de lluvia y mucha obra no se ha
hecho”, sostuvo Gondra.
El
productor opina: “No hay otra opción que ponerse de acuerdo,
porque los del campo perdemos, pero la Provincia también. Yo no he
sacado la cuenta de las pérdidas, porque todavía estamos viendo
cómo salir airosos de esto. Creo que hay que dejar banderías
políticas de lado y trabajar juntos, hacer lagunas de retención,
canalizar hasta el río Quinto, no hay otra”.
Sin
caminos
Fernando
Rossi, contratista rural, traza un panorama de la región de Arias:
“Todos los caminos están rotos, no hay uno que no esté
complicado. Hay un barro total. En los últimos días volvió a
llover y los productores que iban a salir a sembrar, no pueden entrar
con las herramientas al campo. Yo también me quedé encajado con la
sembradora”, explica.
“Acá
son todos campos productivos, siempre mirábamos las inundaciones por
televisión, no había problemas. Ahora todos tienen, como mínimo,
un 15 por ciento con agua. En Maggiolo (provincia de Santa Fe) no
pueden llegar ni al cementerio. Llevan los féretros en tractor. Es
muy grave el problema en toda la zona y sigue lloviendo, el agua come
cada vez más” , testimonia.
Advierte
de que la mayor preocupación es por las emergencias, ya que hay
muchas familias que residen en la zona rural. “Quienes trabajamos
lo hacemos de corajudos porque nos metemos y, si nos accidentamos, no
sé qué pasará. Queremos trabajar, pero sin caminos no se puede
aguantar”, dice Rossi.
Fuente:
“Todos los caminos están rotos; no hay uno que no esté complicado”, 17/09/17, La Voz del Interior. Consultado 18/09/17.
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