En 46 años,
subieron 10 metros en el área de Marcos Juárez. Las malas prácticas
agrícolas, en la mira.
Los campos de la
Pampa cordobesa están anegados arriba pero también abajo del suelo.
El agua visible no debe esconder el problema de fondo: las napas
están saturadas y para ello la única solución es repensar el uso
del suelo con la siembra de cultivo en invierno.
Esta es una de
las principales conclusiones de la mesa redonda “Inundaciones en la
Pampa Deprimida”, que se realizó ayer en el Congreso Nacional del
Agua (Conagua) en Córdoba.
El Conagua reúne
hasta el viernes a funcionarios, técnicos, investigadores y empresas
vinculados al sector hídrico. El evento es organizado por el
Gobierno provincial, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y Epec
en la Plaza de la Música (ex Vieja Usina).
Pablo Bollatti,
investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(Inta) en Marcos Juárez, fue contundente en su charla. “En 1970,
Marcos Juárez tenía la napa a 10,95 metros de profundidad. En 2016
llegó a 0,91 metros. Ascendió 10 metros en 46 años y ahora se hizo
más sensible a las lluvias. Sube más rápido”, dijo.
Y agregó: “Este
cambio de respuesta de la napa se debe a un cambio en el uso del
suelo. No es lo mismo que el suelo tenga cultivos a que esté en
barbecho (sin cultivos en invierno)”.
“Es difícil
pronosticar algo que no se ve. El ascenso de la napa no se veía.
Pero ahora lo estamos viendo porque los campos están anegados”,
aseguró Edgar Castelló, secretario de Recurso Hídricos de la
Provincia, otro de los disertantes.
Y agregó:
“Muchos sitios que ahora están anegados no necesitaban obras
porque el sistema estaba en equilibrio: el agua que ingresaba era la
misma que la que se evapotranspiraba. El equilibrio se rompió por
este cambio de uso de suelo”.
Superficie
cultivada
Bollatti explicó
que en 1970, el departamento Marcos Juárez estaba ocupado en un 20
por ciento por cultivos agrícolas anuales, que consumen 730
milímetros por hectárea.
El 80 por ciento
restante eran pasturas, que consumen agua durante todo el año,
alrededor de 1.100 milímetros. Hoy los cultivos anuales ocupan el 95
por ciento de la superficie.
“Los canales
son fundamentales para sacar el agua anegada, lo que está del suelo
hacia arriba. Pero estos canales no son eficientes para sacar el agua
de las napas. Para descargar la napa no hay mejor herramienta que un
cultivo”, indicó.
Y dio como
ejemplo el trigo. A fines de noviembre, un cultivo de trigo habrá
tomado 480 milímetros por hectárea de agua y generado una depresión
de 1,6 metros de la napa.
“El problema es
que esta tarea debe realizarse sobre toda la cuenca. De nada sirve
que un productor siembre en invierno porque la napa de su lote se va
a llenar con el agua de los campos vecinos que no implementaron
cultivos en invierno”, explicó.
Castelló indicó
que ahora el problema es doble porque hay agua arriba y abajo del
suelo. Y recordó que la Provincia construyó 1.250 kilómetros de
canales el año pasado y este año avanzarán en una cifra similar.
“Hay que
converger en una solución integral. La Provincia está impulsando
las Buenas Prácticas Agrícolas y la ley agroforestal como acciones
para atacar el problema de las napas. Pero ya deberíamos tener una
visión nacional y lograr que el productor tome conciencia”, dijo.
Fuente:
Drenar la napa para evitar anegamientos, 21/09/17, La Voz del Interior. Consultado 22/09/17.
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