Después de una
inundación, se detectaron contaminantes peligrosos en las aguas del
Canal Los Molinos, en Córdoba. Vecinos y vecinas denuncian el
“entramado político-empresarial” que encubre el desastre
ambiental. Y cómo la Justicia no reacciona. Hay medio millón de
personas en peligro.
“El mal olor
que hay en la zona es insoportable, quema las fosas nasales. Esto no
puede ser bueno. Por eso la profunda preocupación que tenemos los
habitantes de este lugar. No luchamos solo por nosotros, sino por las
futuras generaciones. Esto nos va a matar a todos”, se lamenta
José Gremo, vecino del Canal Los Molinos, zona contaminada tras un
derrame de sustancias peligrosas.
La lluvia de la
madrugada del 28 de marzo de 2017 cambiaría la vida de los y las
habitantes de la zona cercana a la capital cordobesa. Las
precipitaciones inundaron la zona de la cuenca alta y el agua
-rápidamente- se llevó por delante la contención del depósito de
residuos industriales peligrosos que tiene la Planta Taym en medio de
una cuenca natural. Y esa agua transitó libremente hasta el canal
Los Molinos-Córdoba, que abastece de agua a más de medio millón de
habitantes de esa provincia.
“Nos preocupa
que después de cuatro meses nos mandan de acá para allá y no
imputan a nadie. Hay falla de funcionarios porque nunca, pero nunca
se debió permitir que esa planta se instale allí. Se dispersaron
contaminantes por doquier: en el canal, en sembradios, en campos y
sigue su curso. Ya llevamos cuatro meses de impunidad”, denuncia
Gremo.
La Planta de
Residuos Peligrosos Taym pertenece al Grupo Roggio, encargado de la
construcción del canal de Los Molinos, y de manejar la distribución
de agua en la Ciudad de Córdoba (a través de la empresa Aguas
cordobesas) y el entubamiento en parte del canal Los Molinos. Es el
mayor licitador de obra pública de esa provincia. Lo que explica la
inacción del gobierno de Juan Schiaretti y las idas y vueltas del
poder Judicial para determinar lo obvio: el agua estuvo en contacto
con materiales peligrosos como mercurio, plomo, aceite de avión,
pesticidas, y después se desparramó por todo el territorio
contaminando el suelo, el aire y las napas, y llegando al canal.
La fiscalía de
Alta Gracia, a cargo de Alejandro Peralta Otonello, inició una
investigación de oficio, confirmando la presencia de contaminantes
peligrosos en el agua que ingresó al Canal Los Molinos. Y el
ministro de Agua y Ambiente de Córdoba, Fabián López, prometió la
conformación de una mesa de técnicos para evaluar el daño
ambiental. Sin embargo, después de cuatro meses no hubo novedades.
“A pesar de la clausura preventiva ordenada por la Policía
Ambiental hemos constatado y denunciado, en varias oportunidades,
personal trabajando dentro del predio, máquinas construyendo nuevas
fosas o taludes de contención, fuertes olores provenientes de la
planta”, aseguran desde la Asamblea Santa María Sin Basura, cuyos
integrantes son querellantes en la causa y aportaron pruebas sobre la
contaminación.
La causa judicial
iniciada de oficio por Otonello había sido girada en su totalidad -a
mediados de abril- a la Fiscalía Anticorrupción, cuando el fiscal
consideró que habría funcionarios públicos implicados. El fiscal
de anticorrupción Hugo Amayusco negó que la investigación
perteneciera a su fuero y, al mes siguiente, devolvió la causa a la
fiscalía de Alta Gracia. El movimiento de la causa de una fiscalía
a otra no terminó. El caso volvió a ser remitido el 10 de julio a
la Fiscalía Anticorrupción.
“Este derrame
viene a darse cuando ya teníamos una lucha previa: la empresa Taym
quiere instalar en la zona el tercer basural más grande de
Latinoamérica. Realmente tienen un desprecio por la vida total, por
eso lo llamamos ecocidio”, aseguran desde la Asamblea. Cuando se
produjo el derrame, estaban acampando en la zona para impedir la
instalación del megabasural del Cormecor en un predio contiguo al de
Taym. El reclamo es por la inacción, el silencio y impunidad:
“Exigimos una justicia independiente de los intereses políticos y
empresariales”.
Fuente:
"Tienen un total desprecio por la vida", 31/07/17, Revista Crítica. Consultado 01/08/17.
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