Esta tradición
centenaria, que se festeja en el noroeste del país, comprende
diferentes rituales que van de la purificación al agradecimiento.
El cielo está
más azul que nunca en el noroeste argentino; pueblos y ciudades
amanecieron inmersos en una neblina dulzona que se desprende de
chimeneas y ventanas y que embriaga a lugareños y visitantes. Esto
no se debe a ningún fenómeno meteorológico, sino a una tradición
ancestral: se trata del primer paso de los festejos por el Día de la
Pachamama.
El humo es parte
de un proceso de purificación y la tradición marca que debe hacerse
con muña muña, una hierba muy popular en esta parte del globo,
aunque también se utiliza el incienso, la mirra y el sándalo. Se
debe sahumar el hogar, los negocios, el espacio de trabajo e incluso
a las personas más cercanas en los afectos, para sacar las malas
energías y comenzar un nuevo ciclo.
Siglos antes de
la contaminación ambiental, los pueblos andinos ya tenían una
profunda conciencia con respecto al cuidado de la tierra, el respeto
por sus frutos, animales y vegetales, un entendimiento más profundo
sobre lo que significa ser hijos de la Tierra, de la Pacha, de la
Pachamama. Si bien no es un feriado nacional, el ritual es vivido
como un día tanto o más importante que otras celebraciones post
independendistas en esta parte del país.
¿Qué es la
Pachamama?
La Pachamama es,
ante todo, una deidad. Para algunos historiadores tiene orígenes
aymara (kollas), pobladores de la meseta andina del lago Titicaca,
que se distribuyeron entre el occidente de Bolivia, el sur del Perú
y el Norte Grande de Chile. Sin embargo, su expansión se la debe al
Imperio Inca (Tahuantinsuyo), que saliendo de Perú llegó hasta
Colombia, en el norte del continente, y Mendoza, en el sur.
Al principio la
palabra "pacha" refería solo un tiempo o edad del mundo,
un cosmos o universo, pero luego comenzó a ser utilizada para
determinar un lugar o espacio, y a la misma tierra como generadora de
la vida, como un símbolo de fecundidad.
Es en la
actualidad la deidad suprema de los pueblos originarios de la región
andina del Noroeste en Argentina (kollas y diaguitas-calchaquíes), y
también en Bolivia y Perú, donde se la conoce como Mamapacha.
Considerada como la madre de los cerros y de los hombres, la
responsable de que los frutos maduren y se multiplique el ganado,
aunque, como toda deidad, favorece a algunos más que a otros,
dependiendo de cómo le caiga la persona o si es respetuosa de la
vida y los animales.
Por eso, resulta
importante invocarla antes de acometer cualquier empresa, desde
cultivar a salir de caza; a fin de cuentas, la tierra toda es su
templo y protege a cada una de sus criaturas. Pero su poder es aún
más amplio y también se la invoca ante ciertas enfermedades e,
incluso, se le pide protección para no apunarse durante una
travesía.
De acuerdo al
libro Seres Mitológicos Argentinos, de Adolfo Colombres, "se la
describe como una india de baja estatura, cabezona y de grandes pies,
que lleva sombrero alón y calza enormes ojotas. Vive en los cerros y
a menudo la acompaña un perro negro y muy bravo. La víbora es su
lazo y el quirquincho su cerdo. Carga a veces petacas de cuero llenas
de oro y plata. Es celosa, rencorosa y vengativa, pero si alguien le
cae en gracia lo favorece. Cuando se enoja, manda el trueno y la
tormenta".
La señalada
Luego de sahumar,
llega el momento de la "señalada". Esta tradición, que
también puede realizarse en el primer día de carnaval o el primer
día del año nuevo, consiste en marcar el ganado ovino, caprino y
camélido (llamas).
Las familias se
dirigen a los corrales, donde se realiza la enflorada: se colocan
pompones de colores a los animales. Luego de pedir por prosperidad
para el ciclo que se inicia, se debe comenzar la señalada, que
consiste en marcar los bordes de las orejas con pequeños cortes, que
representarían la "firma" de cada familia. De esta manera,
se puede reconocer a sus animales cuando se mezclan en los cerros.
¿Qué es la
"Corpachada" y cómo se celebra?
La "Corpachada"
es la celebración que se realiza especialmente el 1° de agosto,
fecha en que se inicia la temporada de lluvias o el fin de la época
seca, y simboliza la gratitud por los frutos que la Tierra ofrece y
el pedido de volver a recibirlos, multiplicados, en el ciclo que se
inicia.
Si bien se le
pueden realizar ofrendas en cualquier lugar, es en las apachetas
donde se erigen los principales centros de culto. Esta "pirámide"
de piedras se va levantando de a una a la vez, a medida que los
arrieros y viajeros hacen su contribución y suelen encontrarse a
orillas del camino o en encrucijadas, generalmente en las cumbres.
Las ofrendas que
se depositan pueden ser de lo más variadas, aunque generalmente es
un acullico (hojas de coca mascadas), aunque también puede ser solo
la coca o la llicta (masa hecha con papas hervidas, de sabor salado y
coloración gris oscura por la ceniza de algunas plantas), el tabaco,
la chicha (bebida derivada principalmente de la fermentación no
destilada del maíz y otros cereales) u otra bebida fermentada.
Cuando no se
tiene una apacheta cerca, lo ideal es depositar la ofrenda en un hoyo
cavado en la tierra, aunque también se puede hacerlo en cualquier
parte, dándole de beber, comer o fumar, aclarando siempre que es
para ella.
Fuente:
Qué es la Pachamama y cómo se celebra su día, 01/08/17, Infobae.
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