martes, 29 de agosto de 2017

El huracán Harvey anega el corazón de la infraestructura energética de Estados Unidos


Se teme que los daños por las inundaciones actuales igualen en costo a los de Katrina. Los puertos de la zona cerraron y el 15 por ciento de la capacidad de refinado estaba paralizada.

El área metropolitana de Houston, la cuarta mayor de Estados Unidos y con una economía que se coloca entre las 25 más ricas del mundo, está inundada y sigue lloviendo.

El impacto del huracán Harvey, el más potente que azota Texas desde Rita en 2005, también se hará sentir en el resto del país. Dos de los mayores puertos del continente estaban cerrados ayer y el 15 por ciento de la capacidad de refinado de petróleo en suelo estadounidense está suspendido.

Las petroleras ya evalúan los daños. Texas es un nodo vital en la infraestructura energética de Estados Unidos, con cerca del 30 por ciento de la capacidad de refinado. Harvey también forzó el cierre temporal de las plataformas de extracción de petróleo y gas natural en el golfo de México. Se calcula que el 22 por ciento de la capacidad de producción en la región está suspendido.

Todo el combustible de las refinerías instaladas en la zona se transporta por oleoductos o barcos. Harvey provocó el cierre del puerto de Houston, el segundo mayor del país tras el de Luisiana, en Nueva Orleans. También está fuera de servicio el de Corpus Christie, el sexto más importante del país y clave para el transporte de energía. Juntos, mueven 319 millones de toneladas, el equivalente al 14 por ciento de todos los puertos de la nación.

El impacto inmediato fue el incremento del cinco por ciento en el precio de los combustibles, pero el alza puede ser mayor si las refinerías tienen daños que obliguen a prolongar la suspensión. La prueba a la que está sometiendo Harvey a la industria, por tanto, es real y puede afectar también a las exportaciones.

Efecto en la gran ciudad
Si las anteriores catástrofes naturales como Katrina o Rita sirven de referencia, el impacto de Harvey en el mercado de la energía se notará durante dos semanas. Sin embargo, la tempestad Sandy, que azotó Nueva York hace cinco años, demostró lo que cuesta recuperar las zonas más afectadas de una gran ciudad.

Cada evento catastrófico es diferente, por eso los expertos evitan hacer comparaciones. Katrina provocó daños por valor de 108 mil millones. Con Harvey las lluvias siguen y el daño está más extendido. La recuperación será aún más compleja.

Las primeras estimaciones anticipan un costo superior a los 30 mil millones de dólares, aunque esa cifra es conservadora y dependerá del tiempo que dure la crecida de las aguas. Las proyecciones más pesimistas multiplican esa cifra por tres, con lo que se colocaría como la segunda mayor catástrofe por delante de Sandy.

Ayuda coordinada
El fondo de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (Fema, por su sigla en inglés) tiene más de tres mil millones de dólares, pero ayer advirtió que las acciones de respuesta a Harvey lo están “mermando rápidamente”.

Una inyección de dinero de la Fema se requerirá pronto dada la magnitud de la tormenta.

El Congreso está dispuesto a añadir un paquete de ayuda a una ley de gastos temporal para prevenir que el Gobierno se paralice el 1° de octubre.

Es casi seguro que Harvey necesitará un gran plan de recuperación, así como en su momento lo requirieron los huracanes Katrina y Sandy. Sin embargo, aún es muy pronto para saber cuánto dinero se necesitará, ya que las aguas siguen subiendo en Houston.

El Gobierno federal indicó que se asegurará de que Texas reciba lo que necesita. “Lo que ustedes van a ver es que el Gobierno federal, y prevemos que también el Congreso, pondrán recursos a disposición para que Texas tenga una operación de recuperación”, manifestó ayer el vicepresidente Mike Pence a una estación de radio de Houston.

Pence apuntó que dada la “magnitud de las inundaciones” en el área se necesitarán años para que todo regrese a la normalidad.

El primer desafío natural para Trump

Hoy buscará el mejor ángulo para una foto que pasará a la historia.

por Pedro Luque

George W. Bush sufrió a Katrina en 2005. Barack Obama afrontó a Sandy en 2012. Ahora, Donald Trump tiene a Harvey, un huracán devenido en tormenta que pondrá a prueba la cintura del magnate ante un desastre natural.

Los estadounidenses, y sobre todo los habitantes de la golpeada Texas, están pendientes de cada gesto, de cada decisión de sus autoridades. Son momentos concluyentes que se graban en la memoria.

Bush respondió tarde y mal a la devastación que provocó el huracán Katrina hace 12 años. El hecho de que la peor parte se la llevara la población negra y pobre de Nueva Orleans no hizo más que acrecentar las críticas y deteriorar el dudoso legado del mandatario republicano.

Obama, en cambio, se mostró enérgico y activo frente a Sandy. Un día después del paso del huracán, el demócrata se sacaba fotos con las víctimas que lo habían perdido todo.

Así, el desastre natural se convirtió en un inesperado elector: 4 de cada 10 estadounidenses decidieron reelegirlo como presidente por cómo manejó esa crisis, según una encuesta de 2012 elaborada por la cadena CBS.

Trump sabe que una buena gestión de la crisis actual acallará las críticas que recibe por su tibia respuesta ante la violencia racial; desviará la atención de sus vínculos con Rusia anteriores a su victoria en las urnas; y acallará las disputas internas en la Casa Blanca.

Por eso, el presidente se apuró a publicar una andanada de tuits en los que elogió su capacidad de respuesta, al tiempo que anunciaba su visita a la zona más afectada por el desastre. Por la noche, llamó a una conferencia de prensa en la que les dijo a todos los estadounidenses: “Lo superaremos, saldremos de esto fortalecidos”.

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Con el agua al cuello, los habitantes de Texas piden auxilio

Las autoridades de Texas elevaron a ocho la cifra provisional de muertos por el paso de Harvey, seis de ellos en los alrededores de Houston.

Houston. Las aguas alcanzaron los techos de las casas desde los que se escuchaban gritos pidiendo auxilio, a medida que la tormenta Harvey seguía provocando torrenciales aguaceros en Texas.

Houston, la cuarta ciudad de Estados Unidos, estaba ayer paralizada, sin atisbos de alivio tras el huracán de categoría cuatro que el fin de semana llegó a las costas de Texas. Previendo que todavía caerá más de medio metro de lluvia, las autoridades creen que lo peor todavía está por venir.

Los vehículos de los servicios de emergencia eran los únicos que se veían en el solitario centro de Houston. Muchos semáforos no funcionaban y la mayoría de negocios estaban cerrados. Algunas personas se arreglaron con canoas, lanchas o nadaron.

Las autoridades liberaron más agua de los embalses sobrecargados por Harvey, a pesar de que esa medida que pretende proteger el centro de la ciudad podría empeorar las inundaciones.

El alcalde de Houston, Sylvester Turner, dijo que unas 5.500 personas llegaron a refugios en la ciudad y que la mitad de ellos están en el Centro de Convenciones George Brown. El número se acrecienta con el pasar de las horas.

Turner defendió su decisión de no evacuar la ciudad antes de la llegada de Harvey. “No se puede poner 2,3 millones de personas en la ruta de un momento al otro”, expresó, y recordó que la población combinada entre la ciudad y el condado de Harris asciende a los 6,5 millones de personas. “Sería una pesadilla ordenar una evacuación obligatoria”, agregó.

En una conferencia de prensa, el jefe de policía, Art Acevedo, apuntó que al menos dos mil personas ya fueron rescatadas de las inundaciones y que detuvieron a cuatro personas por saquear.

Las autoridades de Texas elevaron a ocho la cifra provisional de muertos por el paso de Harvey, seis de ellos en los alrededores de Houston.

Nunca registrado
Las previsiones no son buenas. Según pronosticó el Servicio Meteorológico Nacional, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos podría recibir hasta un metro y treinta centímetros de precipitaciones, lo que sería la mayor cantidad jamás registrada en Texas. Las precipitaciones recién cesarían mañana o el jueves.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, movilizó a unos tres mil miembros de la guardia nacional y estatal.

Nuestra prioridad por ahora es rescatar vidas”, apuntó Abbott. “Esta es la peor inundación que Houston ha tenido”, añadió.

Más de dos millones de personas intentaron salir de Houston en 2005 cuando el huracán Rita pasó por Texas, una evacuación que causó severos embotellamientos de tráfico mientras que las inundaciones ocasionaron la muerte de más de 100 personas.
Fuentes:
El huracán Harvey anega el corazón de la infraestructura energética de EE.UU., 29/08/17, La Voz del Interior. Consultado 29/08/17.
Pedro Luque, El primer desafío natural para Trump, 29/08/17, La Voz del Interior. Consultado 29/08/17.
Con el agua al cuello, los habitantes de Texas piden auxilio, 29/08/17, La Voz del Interior. Consultado 29/08/17.

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