jueves, 13 de julio de 2017

La Antártida es un canario en una mina

Si se derritiera el hielo de la Antártida occidental, el mar subiría 1,2 metros.

por Lucas Viano

Antiguamente, los mineros llevaban un canario a las minas. Cuando el pequeño pajarito se moría, los obreros sabían que la atmósfera del lugar comenzaba a enrarecerse y que lo mejor era evacuar.

La Antártida funciona como el canario. La ruptura de uno de los icebergs más grandes jamás registrados es una señal de alarma de lo que estamos haciendo con el clima y con nuestra Tierra.

Pero antes de seguir, primero un poco de incertidumbre científica.

La realidad es que los científicos no tienen suficiente evidencia como para afirmar que el desgajamiento de este iceberg se deba al calentamiento global que está provocando el ser humano con sus emisiones de gases de efecto invernadero.

El cambio climático de origen antrópico está demostrado con abundantes estudios. Lo que es difícil de asociar es ese fenómeno global con este episodio antártico. Lo mismo ocurre cuando nos apresuramos en vincular la última ola de calor o la nevada serrana con el calentamiento planetario.

Los expertos en la Antártida tienen más evidencias para afirmar que la reducción de la barrera Larsen C se debe a una variabilidad climática natural. Estas capas de hielo se vienen quebrando desde hace décadas.

De hecho, si hay una barrera Larsen C, es porque también existieron la A y la B, las cuales se desintegraron en 1995 y en 2002, respectivamente.

Los geólogos, que ven la historia del planeta en escalas de miles de años, aseguran que el rompimiento de estas barreras de hielo son procesos naturales e históricos en este continente.

Una hipótesis no tan descabellada sería que estos procesos naturales ahora se están acelerando por el cambio climático.

El problema es que ese ahora incluye a los seres humanos.

Las barreras de hielo impiden que los glaciares antárticos se derritan más rápido. Si ocurre eso, la preocupación será mayor. La barrera Larsen está sobre el océano, pero los glaciares están sobre tierra firme por lo que al derretirse agregarán volumen a los océanos. El nivel del mar subirá.

Si se derritiera todo el hielo que hay acumulado en la Antártida occidental, provocaría una elevación del mar de 1,2 metros. Varias ciudades costeras deberían evacuarse. Sería una catástrofe económica, política y social.

Eso no ocurrirá de un momento para el otro. El peor escenario indica que podría tardar unos 200 años. Mucho tiempo, pero no para nuestros bisnietos.

Ayer el diario The New York Times recordó un artículo clásico sobre el cambio climático escrito por el geólogo John Mercer. Decía que la humanidad sabría que la calamidad estaría llegando cuando las barreras de hielo de la península antártica comenzaran a romperse. Esta advertencia tiene casi 40 años. El canario hace rato que agoniza.

Fuente:
Lucas Viano, La Antártida es un canario en una mina, 13/07/17, La Voz del Interior. Consultado 13/07/17.

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