viernes, 26 de mayo de 2017

Sin tiempo para las improvisaciones

Residuos. No hay más margen para remiendos, toda vez que estamos ante una agenda de difícil solución que amenaza con detonar una seria crisis ambiental. Propondrán seguir enterrando la basura en Piedra Blanca.

Si bien se trata de un problema que lleva años sin solución, el enterramiento sanitario de los miles de toneladas de residuos domiciliarios que son generados por municipios cercanos a la ciudad de Córdoba ha entrado en una suerte de plazo fatal, antes de que el sistema colapse con consecuencias impredecibles.

Ello es así a partir de que el predio de enterramiento de Piedra Blanca, ubicado en la zona sur de la capital provincial, está al límite de su capacidad, mientras un fallo judicial mantiene frenados los trabajos del complejo ambiental que se proyectó en jurisdicción de Villa Parque Santa Ana.

El entramado no puede ser más complejo. La Municipalidad de Córdoba notificó a 20 municipios y comunas del interior que a partir del 1º de agosto no podrán disponer del predio de Piedra Blanca para descargar sus desechos urbanos.

Esos gobiernos, agrupados en la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos del área Metropolitana de Córdoba (Cormecor), entraron en estado de exasperación porque no saben qué harán con la basura.

Sin embargo, la decisión del municipio capitalino de cerrar el ingreso a los recolectores del área metropolitana no le despeja el camino para seguir distrayéndose en remediaciones de vuelo corto. Es decir, aun con el monopolio para volcar la basura de la ciudad de Córdoba en Piedra Blanca, desde la oposición advierten de que ese predio no tendrá vida útil más allá de septiembre.

Una verdadera encerrona, de la que nadie se atreve a pronosticar cómo se sale. Muchos auguran un reverdecer de los basurales a cielo abierto: el peor de los remedios para este problema.

No es desacertado inferir que se llegó a este fenomenal entrevero luego de muchos años en que los parches y la improvisación fueron una constante en la gestión del sistema de recolección, tratamiento y entierro de los residuos urbanos.

Si bien en materia de concientización puede haber culpas compartidas con los propios vecinos, las autoridades descansaron en la desidia y no hubo información cabal sobre la utilidad de separar los desechos en sus distintas categorías, como reciclables y descartables.

Pero el conflicto sobrepasó la capacidad de reacción y el diagnóstico amerita que la Municipalidad de Córdoba y los intendentes y jefes comunales de otras localidades afectadas informen a los ciudadanos sobre la gravedad de la situación.

Los políticos, los funcionarios y quienes ostentan cargos legislativos deben tener como horizonte imaginar soluciones en bien de la comunidad y llevarlas a la práctica. No hay más margen para remiendos, toda vez que estamos ante una agenda de difícil solución que amenaza con detonar una 
seria crisis ambiental.

Fuente:
Sin tiempo para las improvisaciones, 25/05/17, La Voz del Interior.

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