miércoles, 24 de mayo de 2017

Champaquí: llegó la hora de cuidarlo


Unas 50 mil personas lo visitan por año. Es el cerro más alto y el más concurrido de Córdoba: un emblema que enfrenta varios desafíos. Para sostenerlo como una apuesta fuerte de ecoturismo hacia el futuro, requiere atender ahora los impactos ambientales que ya se observan.

por Fernando Colautti

Unas 50 mil personas por año visitan el cerro más alto de Córdoba. Hay 11 albergues en su base, a 200 metros en altura de la cima, con cerca de mil camas disponibles. Es como una ciudad turística, pero en el techo de Córdoba.

El Champaquí, con sus 2.790 metros, es la montaña más concurrida de la provincia, a pesar de representar el ascenso que requiere mayores precauciones.

Casi no pasa fin de semana sin visitantes, y llega a multitudes en dos fechas alejadas de los mayores fríos o calores: Semana Santa y el “finde” del feriado del 12 de octubre. Buena parte de la concurrencia son estudiantes de Santa Fe, de Buenos Aires y de Córdoba. Una decena de empresas prestan servicios de guía, más otros que lo hacen desde la informalidad.

Es un sitio clave para el desarrollo del ecoturismo, pero para sostener ese potencial requiere que se asuman a tiempo acciones de preservación de su entorno. Más aun por integrar la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala, ese tanque de agua que nutre a gran parte de los ríos y embalses cordobeses.

Cómo asegurar su sustentabilidad turística y ambiental es quizá el principal dilema que enfrenta este ícono cordobés. El desafío es que siga siendo un paisaje atractivo y silvestre, sin necesidad de restringir el acceso.

Sus laderas se reparten entre numerosos dueños, y hasta la cima tiene propietario privado. Pero, a la vez, representa un patrimonio de todos los cordobeses.

De qué hablamos
La basura que sube pero no baja con los excursionistas y los refugios con efluentes cloacales hacia los arroyos son dos impactos que merecen un abordaje que nunca tuvieron. También, la travesía de motos, cuatriciclos y camionetas por fuera de caminos, o el paso de excursionistas esquivando senderos, que compactan y erosionan los frágiles suelos serranos. O, por igual consecuencia, el sobrepastoreo de ganado o la quema de pastizales de altura. Esos parecen ser los puntos por atender, según coincidentes apreciaciones

Opiniones, con matices
Ricardo Bellegarde, desde este año coordinador de Turismo Alternativo de la Agencia Córdoba Turismo, admitió que una mirada de preservación del Champaquí está pendiente. “Es el sitio de montaña más visitado. Calculamos unas 50 mil personas por año”, indicó. Para comparar, marcó que otros cerros muy concurridos están bien por debajo: 22 mil anuales en Quebrada del Condorito y 18 mil en el cerro Uritorco.

Bellegarde promovió semanas atrás la primera reunión entre lugareños, guías, prestadores de servicios, bomberos y otros involucrados con el turismo en el Champaquí. Casi todos valoraron ese paso, inédito, y esperan que se traduzca en resultados.

Bellegarde reconoció una lista de dilemas ambientales que, con matices, coincide con la de guías y lugareños consultados. La basura es uno: pocos refugios la bajan, la mayoría la quema o la entierra. O queda ahí arriba.

Los efluentes cloacales de esos albergues son otro dilema: “50 mil personas por año van al baño, sin pozos negros. Eso impacta en arroyos y ríos. Estamos empezando a hablar con los 11 refugios para buscar una solución”, dijo.

Sobre las travesías a campo traviesa con motos, cuatriciclos y camionetas, marcó que “desde hace unos años se redujeron, porque fueron prohibidas y Policía Ambiental hace controles”. Agregó que “ese tránsito debe ser admitido para necesidades de lugareños, pero no con fines recreativos”.

Los frágiles suelos serranos son vitales para una reserva hídrica. El paso reiterado de vehículos los deteriora y los erosiona. Con los años, donde había suelo queda roca limpia.

Rodolfo Benassi es guía en el Champaquí desde hace 20 años. En la cumbre del cerro, acompañando a un grupo, planteó a La Voz: “Es necesario ir hacia el ecoturismo, de bajo impacto, que no deje rastro, con prácticas seguras para las personas y para el ambiente. Bajar la basura, caminar por los senderos para proteger los suelos, reducir el sobrepastoreo, mejorar los efluentes de los albergues”, resumió.

Con ellos
El Champa” conserva una particularidad que puede mostrar como mérito: son los lugareños quienes ofrecen albergue, con lo que logran una actividad económica en una zona complicada para sobrevivir.

El guía Benassi remarcó que “la movida de visitantes es relevante para la gente local y debería mantenerse a ese poblador como artífice y protagonista”.

Nelio Escalante, uno de esos lugareños, reclama que no se avance en decisiones que los ignoren. Con albergue en Villa Alpina y refugio en el cerro, planteó que el Champaquí “le trae a Córdoba visitantes de varias provincias” y opinó que se está a tiempo de reducir impactos. “Les pediría a todos que sigamos con la tracción a sangre sobre el cerro; no recibamos a quienes llegan arriba en moto, cuatriciclo o camioneta. Yo no los recibo desde hace años. En eso hay más control ahora, pero falta”, subrayó.

Sobre los suelos que se degradan, Escalante opinó que, más que la excesiva ganadería (“que no es tanta”), afecta la quema de pastizales, que algunos dueños de campos aún provocan por la errónea tradición de generar rebrotes. “Eso aumenta el riesgo de incendios y erosiona más los suelos que el pisoteo de las vacas”, acotó. Admitió que la basura y los efluentes en los refugios son dilemas “a los que debiéramos buscarles una salida, con la Provincia”, aunque expuso que “tampoco es fácil hacer un pozo negro con rocas a centímetros del suelo”.

Diego Calieri, de una empresa de excursiones para esa zona, planteó también como desafíos reducir residuos y efluentes, así como ordenar el tránsito sólo sobre caminos y senderos. Apuntó que puede haber sobrecarga de ganado, aunque consideró que “en algunos casos es un recurso de subsistencia de los lugareños”.

Calieri agendó otro punto: acentuar los controles sobre competencias de trekking o similares que se autorizan en las sierras para que no dejen secuelas ni marcas sin remediar tras su realización.

El desafío está a la vista: es hora de coordinar acciones entre todos los actores involucrados para un sitio emblemático de Córdoba.

Dentro de una reserva hídrica clave
Un área estratégica para proteger la “fábrica” de agua de Córdoba.

Diego Calieri, guía de turismo y propietario de una empresa de excursiones con especialización en el Champaquí y alrededores, plantea como cuestión de fondo que el cerro es parte integrante de una reserva hídrica provincial, la de Pampa de Achala. “Eso supone un plan de manejo para preservar el ambiente, pero que nunca se aplicó”, señala.

De hecho, por ejemplo, esa y otras reservas cordobesas cuentan con muy escaso personal en el lugar.

Subamos las defensas del Champaquí

No hablamos con frecuencia de la necesidad de preservar el ambiente en el cerro Champaquí, un imán turístico.

por Juan Carlos Simo

En la cumbre del cerro Champaquí hay un imán invisible que todos los años atrae a unas 50 mil personas. Me anoto entre los que sucumbimos a esa atracción hace poco.

Apenas comienza el trayecto, uno no puede no preguntarse por qué no vino antes: la Pampa de Achala es un tesoro natural que devuelve con creces el esfuerzo que se invierte en recorrerla y llegar hasta su techo, que es también el techo de Córdoba, con sus 2.790 metros sobre el nivel del mar.

En los días soleados, desde la cima se puede apreciar la extensión del valle de Calamuchita, del lado este; y del otro, el descenso en picada hacia Traslasierra.

Cuando aparecen los bancos de niebla, no sólo se pierde el paisaje, sino que de inmediato se ingresa en una situación de riesgo que algunas veces termina en noticias.

Hasta ahí, las situaciones por las que hablamos del Champaquí. De lo que no hablamos con frecuencia es de la necesidad de preservar ese ambiente. De eso nos ocupamos en este Primer plano, luego de ascender en dos oportunidades al cerro en los últimos fines de semana largos.

El ascenso desde Villa Alpina -o desde Tres Árboles, una vía más corta- demanda cierto esfuerzo físico y no se hace en menos de dos días.

En 11 refugios al pie del Champaquí, pernoctan hasta mil personas, que producen basura difícil de retirar del área de reserva si los visitantes no se la llevan consigo. Y está el impacto en los ríos, que surge de los efluentes cloacales de esos establecimientos, ubicados a pocos metros de los cursos de agua.

Además, hay que tener en cuenta que por el camino que lleva a cerro Los Linderos, cuando se hace en vehículo, se llega en pocas horas. Esta vía representa un permanente flujo de personas durante los fines de semana, poco habituados a la vida en la montaña y a los cuidados que se requieren.

Son todos aspectos que demandan una respuesta, si queremos que el imán siga funcionando y que todos lo puedan disfrutar, como hasta ahora.

Subir por Los Linderos: cómo hacerle una “trampita” al Champaquí

En 1995 se inauguró el camino provincial de 42 kilómetros que, desde Villa Yacanto, permite llegar en vehículo hasta la cima del cerro Los Linderos. De allí, con apenas 40 minutos de caminata, se pisa la cumbre del Champaquí. Ese acceso varió la escenografía de visitantes.

Llegan al cerro más alto de Córdoba señoras con polleras y tacos altos”, ironizan algunos. La exageración grafica, de todos modos, que pueden hacer cumbre quienes jamás caminarían decenas de kilómetros durante dos o tres días. No está mal. Pero suma riesgos cuando los que llegan suponen que se trata de un paseo que no requiere precauciones.

La zona presenta una topografía irregular, senderos difusos en varios tramos y un clima de altura cambiante que, en minutos, transforma un día despejado en una niebla que cierra la visibilidad a pocos metros o que hace descender la temperatura en forma abrupta.

El riesgo es para los excursionistas que llegan sin guías, subestiman esa altura o sobreestiman su capacidad de ubicación.

Un equipo de La Voz ascendió por Los Linderos. Desde Villa Yacanto partimos a las 10, hicimos cima en el Champaquí y a las 18 estábamos de regreso en aquella localidad, junto a la ruta que la une con Santa Rosa de Calamuchita.

El ascenso fue con sol, pero, en la zona más alta, una niebla intensa no dejaba ver más allá de 70 metros. Es fácil intuir allí que un extravío es posible para quien no conoce al sitio como a su barrio.

No tomarlo como una excursión más
Guías advierten de que “no es un simple paseo de montaña”.

Luis Torres, guía que acompañó a La Voz, apuntó que ese camino estuvo en mal estado en los últimos seis años. “Subían sólo en motos o cuatro por cuatro. Ahora está mejor, en reparación, y ya se percibe que más gente lo usa”.

Varios accesos para llegar a la cima del Champaquí

Aunque hay varios accesos posibles para llegar al Champaquí desde distintos flancos de las Sierras Grandes, los más utilizados son los de menor pendiente desde el Valle de Calamuchita. Más del 95 por ciento de los excursionistas llegan por allí.

Por Villa Alpina. Se llega en vehículo desde Villa General Belgrano hasta ese paraje, a 1.400 metros de altura. Allí larga la caminata de 18 kilómetros (unas seis horas) hasta los refugios de base, a 2.600 metros. Al día siguiente, se recorren otros seis kilómetros (dos horas y media) hasta alcanzar la cumbre, a 2.790 metros. La travesía representa tres días (dos noches). Es el más usado, el más tradicional y el que permite una mejor vivencia integral del cerro.

Por Tres Árboles. Desde Villa Yacanto, donde acaba la ruta asfaltada, en vehículo se asciende por el camino que conduce al cerro Los Linderos. A mitad del recorrido, tras unos 23 kilómetros, se llega a ese puesto, a 2.330 metros de altura. De allí, a pie se recorren 12 kilómetros hasta los refugios de base del Champaquí (esto demanda unas cuatro horas). Al día siguiente, restan seis kilómetros (dos horas y media de trekking ) para hacer cumbre. Luego, el regreso. Esta vía supone dos o tres días en total, según el ritmo. Para la mayoría, se sugiere hacerlo en tres días.

Por Los Linderos. Desde Villa Yacanto, se recorren 42 kilómetros en vehículo, hasta la cima de ese cerro, donde culmina el camino. La demora depende del estado en que se encuentre. Desde esa cumbre (a 2.700 metros), resta sólo una caminata de mil metros (unos 40 minutos) para hacer cumbre en el Champaquí, apenas 100 metros más alto que Los Linderos. Es una excursión de un día.

Por Altas Cumbres. Desde Pampa de Achala, hay un sendero de 75 kilómetros sólo transitable para motos y camionetas doble tracción. Está prohibido su uso con vehículos, salvo emergencias (por protección de suelos). No es un acceso habitual.

Por Traslasierra. Hay varios senderos desde San Javier y Villa de las Rosas, pero con pendientes mucho más escarpadas y complejas que por Calamuchita. Son poco utilizados y sólo por conocedores de la montaña.

Para que el cerro más alto y más visitado de Córdoba tenga un futuro sustentable como sitio de ecoturismo, dos aspectos merecen abordaje. Su preservación ambiental fue desarrollada en estas páginas. Mañana, un segundo capítulo profundizará el debate sobre qué hacer para reducir los riesgos de extravíos de excursionistas y los costosos operativos de rescate que representan.

Fuentes:
Fernando Colautti, Champaquí: llegó la hora de cuidarlo, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Juan Carlos Simo, Subamos las defensas del Champaquí, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Subir por Los Linderos: cómo hacerle una “trampita” al Champaquí, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Varios accesos para llegar a la cima del Champaquí, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Un paseo por el Champaquí en imágenes, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.

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