Unas 50 mil
personas lo visitan por año. Es el cerro más alto y el más
concurrido de Córdoba: un emblema que enfrenta varios desafíos.
Para sostenerlo como una apuesta fuerte de ecoturismo hacia el
futuro, requiere atender ahora los impactos ambientales que ya se
observan.
por Fernando
Colautti
Unas 50 mil
personas por año visitan el cerro más alto de Córdoba. Hay 11
albergues en su base, a 200 metros en altura de la cima, con cerca de
mil camas disponibles. Es como una ciudad turística, pero en el
techo de Córdoba.
El Champaquí,
con sus 2.790 metros, es la montaña más concurrida de la provincia,
a pesar de representar el ascenso que requiere mayores precauciones.
Casi no pasa fin
de semana sin visitantes, y llega a multitudes en dos fechas alejadas
de los mayores fríos o calores: Semana Santa y el “finde” del
feriado del 12 de octubre. Buena parte de la concurrencia son
estudiantes de Santa Fe, de Buenos Aires y de Córdoba. Una decena de
empresas prestan servicios de guía, más otros que lo hacen desde la
informalidad.
Es un sitio clave
para el desarrollo del ecoturismo, pero para sostener ese potencial
requiere que se asuman a tiempo acciones de preservación de su
entorno. Más aun por integrar la Reserva Hídrica Provincial Pampa
de Achala, ese tanque de agua que nutre a gran parte de los ríos y
embalses cordobeses.
Cómo asegurar su
sustentabilidad turística y ambiental es quizá el principal dilema
que enfrenta este ícono cordobés. El desafío es que siga siendo un
paisaje atractivo y silvestre, sin necesidad de restringir el acceso.
Sus laderas se
reparten entre numerosos dueños, y hasta la cima tiene propietario
privado. Pero, a la vez, representa un patrimonio de todos los
cordobeses.
De qué hablamos
La basura que
sube pero no baja con los excursionistas y los refugios con efluentes
cloacales hacia los arroyos son dos impactos que merecen un abordaje
que nunca tuvieron. También, la travesía de motos, cuatriciclos y
camionetas por fuera de caminos, o el paso de excursionistas
esquivando senderos, que compactan y erosionan los frágiles suelos
serranos. O, por igual consecuencia, el sobrepastoreo de ganado o la
quema de pastizales de altura. Esos parecen ser los puntos por
atender, según coincidentes apreciaciones
Opiniones, con
matices
Ricardo
Bellegarde, desde este año coordinador de Turismo Alternativo de la
Agencia Córdoba Turismo, admitió que una mirada de preservación
del Champaquí está pendiente. “Es el sitio de montaña más
visitado. Calculamos unas 50 mil personas por año”, indicó. Para
comparar, marcó que otros cerros muy concurridos están bien por
debajo: 22 mil anuales en Quebrada del Condorito y 18 mil en el cerro
Uritorco.
Bellegarde
promovió semanas atrás la primera reunión entre lugareños, guías,
prestadores de servicios, bomberos y otros involucrados con el
turismo en el Champaquí. Casi todos valoraron ese paso, inédito, y
esperan que se traduzca en resultados.
Bellegarde
reconoció una lista de dilemas ambientales que, con matices,
coincide con la de guías y lugareños consultados. La basura es uno:
pocos refugios la bajan, la mayoría la quema o la entierra. O queda
ahí arriba.
Los efluentes
cloacales de esos albergues son otro dilema: “50 mil personas por
año van al baño, sin pozos negros. Eso impacta en arroyos y ríos.
Estamos empezando a hablar con los 11 refugios para buscar una
solución”, dijo.
Sobre las
travesías a campo traviesa con motos, cuatriciclos y camionetas,
marcó que “desde hace unos años se redujeron, porque fueron
prohibidas y Policía Ambiental hace controles”. Agregó que “ese
tránsito debe ser admitido para necesidades de lugareños, pero no
con fines recreativos”.
Los frágiles
suelos serranos son vitales para una reserva hídrica. El paso
reiterado de vehículos los deteriora y los erosiona. Con los años,
donde había suelo queda roca limpia.
Rodolfo Benassi
es guía en el Champaquí desde hace 20 años. En la cumbre del
cerro, acompañando a un grupo, planteó a La Voz: “Es necesario ir
hacia el ecoturismo, de bajo impacto, que no deje rastro, con
prácticas seguras para las personas y para el ambiente. Bajar la
basura, caminar por los senderos para proteger los suelos, reducir el
sobrepastoreo, mejorar los efluentes de los albergues”, resumió.
Con ellos
“El Champa”
conserva una particularidad que puede mostrar como mérito: son los
lugareños quienes ofrecen albergue, con lo que logran una actividad
económica en una zona complicada para sobrevivir.
El guía Benassi
remarcó que “la movida de visitantes es relevante para la gente
local y debería mantenerse a ese poblador como artífice y
protagonista”.
Nelio Escalante,
uno de esos lugareños, reclama que no se avance en decisiones que
los ignoren. Con albergue en Villa Alpina y refugio en el cerro,
planteó que el Champaquí “le trae a Córdoba visitantes de varias
provincias” y opinó que se está a tiempo de reducir impactos.
“Les pediría a todos que sigamos con la tracción a sangre sobre
el cerro; no recibamos a quienes llegan arriba en moto, cuatriciclo o
camioneta. Yo no los recibo desde hace años. En eso hay más control
ahora, pero falta”, subrayó.
Sobre los suelos
que se degradan, Escalante opinó que, más que la excesiva ganadería
(“que no es tanta”), afecta la quema de pastizales, que algunos
dueños de campos aún provocan por la errónea tradición de generar
rebrotes. “Eso aumenta el riesgo de incendios y erosiona más los
suelos que el pisoteo de las vacas”, acotó. Admitió que la basura
y los efluentes en los refugios son dilemas “a los que debiéramos
buscarles una salida, con la Provincia”, aunque expuso que “tampoco
es fácil hacer un pozo negro con rocas a centímetros del suelo”.
Diego Calieri, de
una empresa de excursiones para esa zona, planteó también como
desafíos reducir residuos y efluentes, así como ordenar el tránsito
sólo sobre caminos y senderos. Apuntó que puede haber sobrecarga de
ganado, aunque consideró que “en algunos casos es un recurso de
subsistencia de los lugareños”.
Calieri agendó
otro punto: acentuar los controles sobre competencias de trekking o
similares que se autorizan en las sierras para que no dejen secuelas
ni marcas sin remediar tras su realización.
El desafío está
a la vista: es hora de coordinar acciones entre todos los actores
involucrados para un sitio emblemático de Córdoba.
Dentro de una
reserva hídrica clave
Un área
estratégica para proteger la “fábrica” de agua de Córdoba.
Diego Calieri,
guía de turismo y propietario de una empresa de excursiones con
especialización en el Champaquí y alrededores, plantea como
cuestión de fondo que el cerro es parte integrante de una reserva
hídrica provincial, la de Pampa de Achala. “Eso supone un plan de
manejo para preservar el ambiente, pero que nunca se aplicó”,
señala.
De hecho, por
ejemplo, esa y otras reservas cordobesas cuentan con muy escaso
personal en el lugar.
Subamos las
defensas del Champaquí
No hablamos con
frecuencia de la necesidad de preservar el ambiente en el cerro
Champaquí, un imán turístico.
por Juan Carlos
Simo
En la cumbre del
cerro Champaquí hay un imán invisible que todos los años atrae a
unas 50 mil personas. Me anoto entre los que sucumbimos a esa
atracción hace poco.
Apenas comienza
el trayecto, uno no puede no preguntarse por qué no vino antes: la
Pampa de Achala es un tesoro natural que devuelve con creces el
esfuerzo que se invierte en recorrerla y llegar hasta su techo, que
es también el techo de Córdoba, con sus 2.790 metros sobre el nivel
del mar.
En los días
soleados, desde la cima se puede apreciar la extensión del valle de
Calamuchita, del lado este; y del otro, el descenso en picada hacia
Traslasierra.
Cuando aparecen
los bancos de niebla, no sólo se pierde el paisaje, sino que de
inmediato se ingresa en una situación de riesgo que algunas veces
termina en noticias.
Hasta ahí, las
situaciones por las que hablamos del Champaquí. De lo que no
hablamos con frecuencia es de la necesidad de preservar ese ambiente.
De eso nos ocupamos en este Primer plano, luego de ascender en dos
oportunidades al cerro en los últimos fines de semana largos.
El ascenso desde
Villa Alpina -o desde Tres Árboles, una vía más corta- demanda
cierto esfuerzo físico y no se hace en menos de dos días.
En 11 refugios al
pie del Champaquí, pernoctan hasta mil personas, que producen basura
difícil de retirar del área de reserva si los visitantes no se la
llevan consigo. Y está el impacto en los ríos, que surge de los
efluentes cloacales de esos establecimientos, ubicados a pocos metros
de los cursos de agua.
Además, hay que
tener en cuenta que por el camino que lleva a cerro Los Linderos,
cuando se hace en vehículo, se llega en pocas horas. Esta vía
representa un permanente flujo de personas durante los fines de
semana, poco habituados a la vida en la montaña y a los cuidados que
se requieren.
Son todos
aspectos que demandan una respuesta, si queremos que el imán siga
funcionando y que todos lo puedan disfrutar, como hasta ahora.
Subir por Los
Linderos: cómo hacerle una “trampita” al Champaquí
En 1995 se
inauguró el camino provincial de 42 kilómetros que, desde Villa
Yacanto, permite llegar en vehículo hasta la cima del cerro Los
Linderos. De allí, con apenas 40 minutos de caminata, se pisa la
cumbre del Champaquí. Ese acceso varió la escenografía de
visitantes.
“Llegan al
cerro más alto de Córdoba señoras con polleras y tacos altos”,
ironizan algunos. La exageración grafica, de todos modos, que pueden
hacer cumbre quienes jamás caminarían decenas de kilómetros
durante dos o tres días. No está mal. Pero suma riesgos cuando los
que llegan suponen que se trata de un paseo que no requiere
precauciones.
La zona presenta
una topografía irregular, senderos difusos en varios tramos y un
clima de altura cambiante que, en minutos, transforma un día
despejado en una niebla que cierra la visibilidad a pocos metros o
que hace descender la temperatura en forma abrupta.
El riesgo es para
los excursionistas que llegan sin guías, subestiman esa altura o
sobreestiman su capacidad de ubicación.
Un equipo de La
Voz ascendió por Los Linderos. Desde Villa Yacanto partimos a las
10, hicimos cima en el Champaquí y a las 18 estábamos de regreso en
aquella localidad, junto a la ruta que la une con Santa Rosa de
Calamuchita.
El ascenso fue
con sol, pero, en la zona más alta, una niebla intensa no dejaba ver
más allá de 70 metros. Es fácil intuir allí que un extravío es
posible para quien no conoce al sitio como a su barrio.
No tomarlo como
una excursión más
Guías advierten
de que “no es un simple paseo de montaña”.
Luis Torres, guía
que acompañó a La Voz, apuntó que ese camino estuvo en mal estado
en los últimos seis años. “Subían sólo en motos o cuatro por
cuatro. Ahora está mejor, en reparación, y ya se percibe que más
gente lo usa”.
Varios accesos
para llegar a la cima del Champaquí
Aunque hay varios
accesos posibles para llegar al Champaquí desde distintos flancos de
las Sierras Grandes, los más utilizados son los de menor pendiente
desde el Valle de Calamuchita. Más del 95 por ciento de los
excursionistas llegan por allí.
Por Villa Alpina.
Se llega en vehículo desde Villa General Belgrano hasta ese paraje,
a 1.400 metros de altura. Allí larga la caminata de 18 kilómetros
(unas seis horas) hasta los refugios de base, a 2.600 metros. Al día
siguiente, se recorren otros seis kilómetros (dos horas y media)
hasta alcanzar la cumbre, a 2.790 metros. La travesía representa
tres días (dos noches). Es el más usado, el más tradicional y el
que permite una mejor vivencia integral del cerro.
Por Tres Árboles.
Desde Villa Yacanto, donde acaba la ruta asfaltada, en vehículo se
asciende por el camino que conduce al cerro Los Linderos. A mitad del
recorrido, tras unos 23 kilómetros, se llega a ese puesto, a 2.330
metros de altura. De allí, a pie se recorren 12 kilómetros hasta
los refugios de base del Champaquí (esto demanda unas cuatro horas).
Al día siguiente, restan seis kilómetros (dos horas y media de
trekking ) para hacer cumbre. Luego, el regreso. Esta vía supone dos
o tres días en total, según el ritmo. Para la mayoría, se sugiere
hacerlo en tres días.
Por Los Linderos.
Desde Villa Yacanto, se recorren 42 kilómetros en vehículo, hasta
la cima de ese cerro, donde culmina el camino. La demora depende del
estado en que se encuentre. Desde esa cumbre (a 2.700 metros), resta
sólo una caminata de mil metros (unos 40 minutos) para hacer cumbre
en el Champaquí, apenas 100 metros más alto que Los Linderos. Es
una excursión de un día.
Por Altas
Cumbres. Desde Pampa de Achala, hay un sendero de 75 kilómetros sólo
transitable para motos y camionetas doble tracción. Está prohibido
su uso con vehículos, salvo emergencias (por protección de suelos).
No es un acceso habitual.
Por Traslasierra.
Hay varios senderos desde San Javier y Villa de las Rosas, pero con
pendientes mucho más escarpadas y complejas que por Calamuchita. Son
poco utilizados y sólo por conocedores de la montaña.
Para que el cerro
más alto y más visitado de Córdoba tenga un futuro sustentable
como sitio de ecoturismo, dos aspectos merecen abordaje. Su
preservación ambiental fue desarrollada en estas páginas. Mañana,
un segundo capítulo profundizará el debate sobre qué hacer para
reducir los riesgos de extravíos de excursionistas y los costosos
operativos de rescate que representan.
Fuentes:
Fernando Colautti, Champaquí: llegó la hora de cuidarlo, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Juan Carlos Simo, Subamos las defensas del Champaquí, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Subir por Los Linderos: cómo hacerle una “trampita” al Champaquí, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Varios accesos para llegar a la cima del Champaquí, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
Un paseo por el Champaquí en imágenes, 19/05/17, La Voz del Interior. Consultado 24/05/17.
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