por
Sergio Federovisky
La
Organización Mundial de la Salud (OMS), máximo espacio
internacional en materia sanitaria, acaba de alertar sobre la
vinculación del herbicida glifosato (el más utilizado en el mundo)
y el cáncer. Confirmó que existen pruebas de que el herbicida puede
producir cáncer en humanos y en animales de laboratorio. "También
causó daño del ADN y en los cromosomas en las células humanas",
alerta el trabajo científico, y detalla que se detectó glifosato en
agua, alimentos, y en sangre y orina de humanos. El glifosato que se
utiliza de manera masiva en soja y maíz transgénicos (entre otros
cultivos), desde hace más de diez años es denunciado por
organizaciones sociales, campesinas, médicos y científicos
independientes de las empresas.
¿En
qué se usa el glifosato en Argentina?
En el
país se aplica glifosato en más de 28 millones de hectáreas,
volcando a los suelos más de 300 millones de litros de glifosato
cada año. Los campos de soja transgénica, maíz y algodón son
rociados con el herbicida para que nada crezca, salvo los
transgénicos. También está permitido su uso en cítricos, frutales
de pepita (manzana, pera, membrillo), vid, yerba mate, girasol,
pasturas, pinos y trigo. A partir del avance transgénico, aumentó
geométricamente el uso del glifosato, desarrollado y comercializado
inicialmente por Monsanto desde la década del 70, aunque en el 2000
se venció la licencia y en la actualidad lo producen un centenar de
empresas.
A
medida que crecía la siembra de transgénicos, y mayor era el uso de
agrotóxicos, se sumaban las denuncias por daños a la salud. Caso
emblemático de Argentina es el de las Madres del Barrio Ituzaingó
Anexo, en Córdoba, que incluso llegaron a juicio penal con condenas
para el productor y el fumigador. Y también se sumaron los estudios
científicos que daban cuenta de abortos espontáneos, cáncer,
malformaciones y afecciones agudas, entre otras consecuencias.
Para
demostrar cómo el glifosato afecta la salud, aun cuando se está a
cientos de kilómetros de los campos de cultivo, el periodista Sergio
Federovisky, en Ambiente y Medio, sábados a las 16 en la TV Pública,
denunció que en un análisis de sangre le encontraron esta
sustancia.
Qué
dice la OMS
La
Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC)
es un ámbito especializado de la Organizaciones Mundial de la Salud
(OMS). Luego de un año de trabajo de 17 expertos de once países, el
20 de marzo emitió un documento inédito: "Hay pruebas
convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de
laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos
(linfoma no Hodgkin)". Detalla que la evidencia en humanos
corresponde a la exposición de agricultores de Estados Unidos,
Canadá y Suecia, con publicaciones científicas desde 2001. Y
destaca que el herbicida "también causó daño del ADN y los
cromosomas en las células humanas", situación que tiene
relación directa con el cáncer.
El
IARC-OMS recuerda que, en estudios con ratones, la Agencia de
Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos había clasificado al
glifosato como posible cancerígeno en 1985 pero luego (1991)
modificó la calificación. Los científicos del IARC consideran que,
desde la reevaluación de la EPA hasta la fecha, hubo "hallazgos
significativos y resultados positivos para llegar a la conclusión de
que existen pruebas suficientes de carcinogenicidad en animales de
experimentación" y afirman que estudios en personas reportaron
"incrementos en los marcadores sanguíneos de daño cromosómico"
después de fumigaciones con glifosato.
El
documento se llama "Evaluación de cinco insecticidas
organofosforados y herbicidas". Fue publicado en la sede del
IARC en Lyon (Francia) y remarca que las evaluaciones son realizadas
por grupos de "expertos internacionales" seleccionados
sobre la base de sus conocimientos y sin conflictos de interés (no
puede tener vinculación con las empresas). Publicaron un resumen de
dos carillas y en breve estará el detalle en el denominado "Volumen
112 de las Monografías del IARC".
En
sangre y orina
La
organización internacional recuerda que el glifosato es el herbicida
de mayor uso mundial. Se utiliza en más de 750 productos diferentes
para aplicaciones agrícolas, forestales, urbanos y en el hogar. Su
uso se ha incrementado notablemente con el desarrollo de variedades
de cultivos transgénicos y precisa que el agroquímico "ha sido
detectado en el aire durante la pulverización, en agua y en los
alimentos". Y reconoce que la población "está expuesta
principalmente a través de la residencia cerca de las zonas
fumigadas". Precisa que el glifosato se detectó en la sangre y
la orina de los trabajadores agrícolas.
Con
la nueva evaluación, el glifosato fue categorizado en el 'Grupo 2A',
que significa en parámetros de la Organización Mundial de la Salud:
"Probablemente cancerígeno para los seres humanos". Esta
categoría se utiliza cuando hay "pruebas limitadas" de
carcinogenicidad en humanos y "suficiente evidencia" en
animales de experimentación. La evidencia "limitada"
significa que existe una "asociación positiva entre la
exposición al químico y el cáncer" pero que no se pueden
descartar "otras explicaciones".
El
IARC-OMS trabaja sobre cinco categorías de sustancias que tienen
relación con el cáncer. El "Grupo 2A" es la segunda
categoría en peligrosidad, sólo superada por "Grupo 1",
donde se ubican, por ejemplo, el asbesto y la radiación ionizante.
"Por la nueva clasificación, el glifosato es tan cancerígeno
como el PCB (compuesto químico que se usaba en los transformadores
eléctricos) y el formaldehído, ambos miembros del Grupo 2A en
cuanto su capacidad de generar cáncer en humanos", explicó
Medardo Ávila Vázquez, de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.
Fuente:
Sergio Federovisky, "Tengo el veneno del glifosato en la sangre", 17/04/17, Infobae. Consultado 18/04/17.
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