En la
cuarta emergencia de este tipo en cuatro años, 733 mil capitalinos
se hallan sin agua potable desde esta madrugada.
por Rocío
Montes
Al
menos unos 733 mil habitantes de Santiago de Chile, la capital del
país sudamericano, se han quedado sin agua potable desde esta
madrugada de viernes. En la cuarta emergencia de este tipo que se
registra en los últimos cuatro años, la empresa Aguas Andinas
anunció que a causa de las últimas lluvias debió paralizar su
producción debido a las turbiedades del río Maipo, que abastece a
una inmensa parte de la ciudad. A menos de dos meses de una
emergencia similar, que afectó a cinco millones de capitalinos a
fines de febrero durante unas 50 horas, los nuevos cortes perjudican
a 25 municipios.
Como
las clases se han suspendido en las zonas afectadas, la cotidianidad
de Santiago se ve trastocada abruptamente. En un país que presume de
su desarrollo y forma parte de la OCDE, en este tipo de situaciones
la capital se transforma en un lugar de emergencia donde sus
habitantes deben ingeniárselas para intentar algo de normalidad. Los
padres y madres se las rebuscan para buscar cuidadores para sus hijos
y salir a trabajar, la gente junta agua en sus hogares para
satisfacer las necesidades básicas mientras se prolongue el corte
cuya duración es una incógnita y, como si el mundo se fuera a
acabar, la ciudadanía comienzan a acabar con el agua embotellada en
el comercio que permanecía abierto por la noche.
Los
cortes de febrero están demasiado cerca como para que los chilenos
se hayan olvidado del asunto y no se muestren indignados. Porque
Santiago de Chile, cuya agua está en manos de privados, no tiene un
sistema de respaldo que evite este tipo de emergencias en pleno siglo
XXI.
En
2014, luego de un aluvión, la empresa Aguas Andinas construyó un
sistema con siete pozos subterráneos, lo que implicó que las
cuentas de agua aumentaran en un 1,06 % mensual. Pero esos trabajos no
han evitado los cortes masivos. Recién en 2019 empezaría a operar
un nuevo complejo con seis estanques de reserva que aumentarían de
nueve a 32 las horas de autonomía de abastecimiento hídrico, por lo
que los santiaguinos tendrán un nuevo aumento de sus cuentas, en
esta ocasión de un 1,12 % adicional.
A
propósito de esta nueva emergencia que vive Santiago, desde
diferentes sectores políticos se ha hecho un llamamiento al
Ministerio de Obras Públicas para que apoye la reforma a la ley
sanitaria que aumenta las multas para las empresas responsables y
compensa a los clientes afectados.
La
empresa informó esta mañana que "si las condiciones del río
continúan mejorando y permiten que la producción de agua potable
alcance los niveles de normalidad, durante el día se iniciarían las
labores de reposición del servicio".
La
sanitaria agregó que lamenta los inconvenientes causados por este
evento de fuerza mayor, que logró superar la capacidad de las obras
de seguridad para mitigar los efectos del cambio climático. "Estas
inversiones elevaron en un 25% las reservas de agua potable,
duplicaron la seguridad del servicio, lograron mitigar 30 eventos de
alta turbiedad y evitaron 15 cortes de agua desde que entraron en
operación en 2014”, señaló Aguas Andinas.
Fuente:
Rocío Montes, Santiago de Chile nuevamente se queda sin agua, 21/04/17, El País.
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